Artículo publicado en TerapiasContextuales y cedido para su republicación para Psyciencia.
Puede ser que hayas acabado la carrera, tengas formación de posgrado, tengas un montón de conocimiento pero… realmente no sepas cómo hacer con tus primeros casos.
Es bastante normal que cuando al fin nos sentamos enfrente de una persona podamos tener muchas dudas, antes, durante y después de la entrevista. En este artículo vas a encontrar 10 recomendaciones para abordar a tus primeros casos.
1 – Utiliza la escucha activa en el primer contacto con la persona
Normalmente el primer contacto con la persona no es en la propia consulta; puede darse inicialmente a través de una llamada telefónica o un correo electrónico. Sabiendo esto, muestra interés y empatía para recoger parte de la necesidad de la persona al contactar contigo. Además valora la disponibilidad para concertar una cita.
2 – Despliega tu sensibilidad, empatía, aceptación incondicional y valida el sufrimiento de la persona durante la primera entrevista
En la primera entrevista la persona va a exponerte su sufrimiento, sea lo que sea, es entendible de acuerdo a su experiencia, así pues, intenta validar el malestar, mostrar sensibilidad y empatía para entender lo que le pasa desde su marco de referencia y, por supuesto, evita enjuiciar o criticar, muestra aceptación incondicional.
3 – Termina la primera sesión sabiendo al menos motivo de consulta y objetivos
Saber qué le sucede a la persona (cuál es su malestar) y qué quiere conseguir en terapia son dos aspectos fundamentales sin los cuales no podrías orientar el tratamiento. Piensa que, por un lado, hay motivos de consulta que no son objeto de atención psicológica y, por otro lado, hay personas que acuden a psicoterapia con objetivos imposibles de conseguir. Por ello, termina la primera sesión conociendo ambos aspectos.
4 – Ten en cuenta posibles reacciones emocionales intensas
Que la persona llore, hiperventile, sienta ansiedad, se bloquee o muestre otras emociones intensas (enfado, desconfianza, rabia,…) es normal y puede darse en cualquier momento de la terapia, especialmente en los inicios. En estos casos, haz un reflejo de lo que observas que siente la persona y puedes valorar cómo acompañarla en su emoción.
5 – Promueve la sensación de equipo y alianza terapéutica desde el principio
Hacer saber a la persona que estás trabajando para abordar su situación, que sois un equipo y que pondrás a su disposición tus herramientas y conocimientos puede ayudarte a forjar el vínculo o alianza terapéutica, siendo esto un componente relevante en el éxito terapéutico.
6 – Realiza una entrevista y aplica cuestionarios de forma eficiente
En los primeros contactos de valoración de la problemática de la persona, aplicar una entrevista semi-estructurada junto con la administración de cuestionarios puede facilitarte la conceptualización del caso y orientar la intervención. Recuerda ser eficiente en la valoración, especialmente en población infanto-juvenil.
7 – Explica la confidencialidad, el consentimiento informado y la protección de datos
Antes de finalizar, deja un momento para aclarar la confidencialidad de sus datos. También ofrece tiempo a la persona para que se lea y cumplimente tanto el consentimiento informado como la protección de datos.
8 – Aclara tus honorarios y valora disponibilidad para la siguiente la cita
Es probable que la persona, incluso desde la primera llamada o correo, te haya preguntado cuál es el precio de tus servicios; no obstante, si no es el caso, antes de finalizar puedes aclarar tus honorarios y cómo puede pagarte (en efectivo, a través de una transferencia bancaria o con tarjeta).
Además, pregunta a la persona cuándo os podéis volver a ver para seguir este trabajo que habéis comenzado en esa primera sesión y facilita una cita para la próxima consulta.
9 – Supervisa tus primeros casos
¡No estás solo/a! Puede parecerte que la psicoterapia es un trabajo “solitario”, sin embargo esto no es del todo cierto. Hacer supervisiones con un/a psicoterapeuta con más experiencia puede facilitarte tanto la conceptualización como la intervención de tus primeros clientes y te sentirás acompañado/a en tus inicios. Supervisar es especialmente recomendable en tus comienzos pero también más allá de estos.
10 – No te preocupes, ¡nada está controlado!
Lo cierto es que en una primera sesión todo puede ir de acuerdo a los esquemas que tenemos sobre “primeras sesiones“, o… puede ser que no. Hay primeras sesiones en las que nada sale como te esperas o la otra persona espera, hay una variedad de dificultades o situaciones potencialmente complejas que pueden darse en la primera sesión, luego simplemente observa qué ocurre y valida estas dificultades que pueden darse tanto en la persona como en ti mismo/a para llevar tus primeras sesiones.
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