El pensamiento posmoderno introduce un nuevo conocimiento crítico, guiado bajo las versiones psicológicas y sociológicas que dan lugar al constructivismo y al construccionismo. Su versión más radical es expuesta a través de autores representativos y es valorada desde el paradigma epistemológico de la complejidad que emerge en la ciencia más avanzada. De esta forma se analiza su impacto en la educación mediante la siguiente pregunta: ¿Cómo se genera el aprendizaje para el constructivismo, el construccionismo y la complejidad?
Constructivismo
En primer lugar, el constructivismo surge como una corriente epistemológica, preocupada por discernir los problemas de la formación del conocimiento en el ser humano. Para ello, existe la convicción de que los seres humanos son producto de su capacidad para adquirir conocimientos y para reflexionar sobre sí mismos, lo que les ha permitido anticipar, explicar y controlar propositivamente la naturaleza y por ende construir la cultura. De acuerdo a lo anterior, se destaca que el conocimiento se construye activamente por sujetos cognoscentes (Díaz, Hernández, 2002). Es importante destacar al constructivismo radical, planteado por autores como Von Glaserfeld o Maturana, quienes postulan que la construcción del conocimiento es subjetiva, por lo cual no es posible formar representaciones objetivas ni verdaderas de la realidad, solo existen formas efectivas de actuar sobre la misma.
De acuerdo con la interpretación antes mencionada, el sujeto parte de sus experiencias previas y de la interacción con otros para el logro de la construcción de nuevos conocimientos significativos. Según esto, podemos decir que el aprendizaje humano es siempre una construcción interior y subjetiva, y por tanto la objetividad en sí misma, separada del hombre, no tiene sentido, pues todo conocimiento es una interpretación (Agudelo, Estrada, 2012). Adicionalmente, el desarrollo cognitivo de las representaciones del mundo, surgen a partir de la creación de significados a través de la experiencia.
A partir de lo anterior, el conocimiento no se recibe pasivamente, ni a través de los sentidos, ni por medio de la comunicación, sino que es construido activamente por el sujeto cognoscente (Pakman, 2005). Por ende, la función de la cognición es adaptativa y sirve a la organización del mundo experiencial del sujeto, por lo cual surge un interés a nivel individual e intrapsíquico de la manera como se construye el conocimiento dando espacio al pensamiento individual, personal y libre del individuo, reconociendo al sujeto como a un agente autopoyético.
Construccionismo
Por otro lado, el construccionismo acepta que lo que ocurre entre los seres humanos adquiere significado a partir de la interacción social expresada a través del lenguaje (Agudelo, Estrada, 2012), de está forma el lenguaje es el que posibilita la construcción de acciones conjuntas entre quienes comparten contextos específicos, y estas acciones tienen significados para quienes intervienen en ellas y las comprenden. Por esta razón, el aprendizaje surge del intercambio social y es mediatizado por el lenguaje. Es por ello, que no se trata de construir conocimiento intrapsíquico o interpsíquico, es necesario construir conocimiento por el otro y para el otro, para beneficios de la comunidad y no sólo para beneficios individuales.
Cabe añadir, que surge un interés por el pensamiento cooperativo de los grupos sociales en donde el sujeto se ve disuelto en estructuras lingüísticas. De acuerdo a lo anterior, los términos y formas mediante los cuales obtenemos la comprensión del mundo y de nosotros mismos son artefactos sociales, productos de intercambios históricos y culturalmente situados entre las personas (Pakman, 2005), ya que en la medida en la cual una descripción del mundo o de nosotros mismos se mantiene a través del tiempo no dependerá de la validez empírica de la descripción sino de las alteraciones del proceso social. Adicionalmente, el lenguaje es un subproducto de la interacción, por lo cual su principal significado se deriva del modo en que está inmerso dentro de patrones de relación (Pakman, 2005).
Complejidad
De acuerdo a lo anterior, el paradigma de la complejidad surge como un principio regulador que no pierde nunca de vista la realidad del tejido como fenómeno en el cual estamos y que constituye nuestro mundo, en él se afirma que la formación del ser humano es una actitud de búsqueda constante de incertidumbres y contradicciones (Palva, 2004). Morín (citado en Bucheli, 2012) postula los 7 principios de la complejidad para la explicación del conocimiento:
- Principio sistemático u organizacional: “Para comprender el todo se deben estudiar las partes, para comprender la parte se debe estudiar el todo”.
- Principio hologramático: “ Los individuos se transforman por el todo, al igual que el todo refleja cada uno de los individuos”.
- Principio de bucle retroactivo: “La causa actúa sobre el efecto, el efecto retorna sobre la causa”.
- Principio del bucle recursivo: “El individuo produce a la sociedad en su interacción y la sociedad produce a sus individuos en su tradición”.
- Principio de autonomía, dependencia: “El individuo es auto-organizador y auto-productor pero dependerá siempre de su entorno”.
- Principio dialógico : “ El uno y el otro son indisolubles de la misma realidad”.
- Principio de reintroducción del conocedor en todo conocimiento: “El conocimiento es una reconstrucción en una cultura y un tiempo determinados”.
Finalmente, al retomar los paradigmas se muestra a la construcción como la forma de expresar la búsqueda y la creatividad del conocimiento, lo cual le permite al ser humano una comprensión profunda de la realidad. Para ello, se rescata con estos paradigmas el papel activo del individuo, llevado a cabo mediante sus instrumentos psicológicos, los cuales favorecen la interacción en contextos específicos y por ende el surgimiento del aprendizaje (Cubero, 2005). Asimismo, se encuentra que no hay límites para la creación del conocimiento y que las distintas perspectivas dan cuenta de la construcción de la realidad en la que se emerge.
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Referencias bibliográficas:
- Agudelo, M; Estrada, P. (2012). Constructivismo y construccionismo social: Algunos puntos comunes y algunas divergencias de estas corrientes teóricas. Prospectiva, 17, 353-378.
- Bucheli, A. (2012). 7 Principios de la Complejidad. Recuperado de http://www.slideshare.net/alejandrabuchelli/principios-de-complejidad
- Cubero, R. (2005). Elementos básicos para un constructivismo social. Avances en Psicología Latinoamericana, 23, 43-61.
- Díaz, F; Hernández, G. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. México; McGraw-Hill/Interamericana Editores, S.A de C.V
- Pakman, M. (2005). Construccionismo de la Experiencia humana. Barcelona; Gedisa, S.A.
- Palva, A. (2004). Edgar Morín y el pensamiento de la complejidad. Revista de la ciencias de la educación, 1,23, 239-253.