Las reacciones rápidas a eventos futuros son cruciales. Cuando un semáforo en verde cambia al color amarillo y nuestro vehículo está muy próximo al cruce de calles, el cerebro necesita responder en fracciones de segundo para anticipar si podremos cruzar o no nos alcanzará el tiempo antes de que el semáforo encienda la luz roja. Estas respuestas rápidas se basan en estimaciones de si ocurrirán eventos y cuándo.
Cada evento futuro conlleva dos tipos distintos de incertidumbre: si sucederá dentro de un período de tiempo determinado y, de ser así, cuándo es probable que ocurra. Pero, ¿cómo afectan estas fuentes de incertidumbre al comportamiento anticipatorio humano? En otras palabras, ¿cómo interactúa el cerebro humano con la estructura temporal de su entorno? Según un estudio reciente, tanto la posibilidad de que ocurra un evento futuro como cuándo ocurrirá, moldean de forma independiente el comportamiento anticipatorio; este efecto es muy dinámico a lo largo del tiempo y no es estable como se creía (Grabenhorst et al., 2021).
Metodología
Para averiguarlo, los investigadores manipularon sistemáticamente las probabilidades de que ocurran eventos sensoriales y cuándo ocurrirían, y analizaron el comportamiento del tiempo de reacción humana.
Resultados
El equipo encontró dos hallazgos novedosos: primero, la probabilidad de que ocurra un evento tiene un efecto altamente dinámico sobre la anticipación a lo largo del tiempo; segundo, las estimaciones del cerebro sobre si un evento ocurrirá y cuándo ocurrirá toman lugar de forma independiente.
Los investigadores ilustran esto con un ejemplo cotidiano: cuando conducimos un vehículo, al acercarnos a un cruce de ferrocarril, la probabilidad de que las barreras bajen determina nuestra disposición general para frenar. Esto es intuitivo y conocido. Sin embargo, los autores encontraron que esta disposición a responder aumenta drásticamente con el tiempo. Uno se vuelve mucho más alerta, aunque la probabilidad de que las barreras bajen objetivamente no cambia. Este efecto dinámico de si un evento ocurrirá es independiente de cuándo ocurrirá. El cerebro sabe cuándo prestar atención basándose en cálculos independientes de estas dos probabilidades.
Estos hallazgos indican que el cerebro humano ajusta dinámicamente su disposición para responder basándose en estimaciones de probabilidad separadas de si ocurren eventos y cuándo. Este estudio contribuye significativamente a la comprensión de cómo el cerebro humano predice eventos futuros para interactuar en consecuencia con el medio ambiente.
Referencia bibliográfica: Grabenhorst, M., Maloney, L. T., Poeppel, D., & Michalareas, G. (2021). Two sources of uncertainty independently modulate temporal expectancy. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, 118(16). https://doi.org/10.1073/pnas.2019342118
Fuente: Science Daily