Partiendo de la mentalidad con que lo abordamos, tenemos la posibilidad de hacer un uso efectivo u optimizar el estrés en nuestro beneficio. ¿Qué quiere decir esto? La manera en que evaluamos el estrés puede tener implicaciones importantes sobre cómo lo enfrentaremos cuando surja en nuestra vida diaria.
Cuando pensamos “el estrés es malo para mí,” es probable que le agreguemos una carga adicional: la de estar estresados por estar estresados (Brady et al., 2018). Al sentir estrés los esfuerzos se enfocarían en intentar minimizarlo para evitar sus resultados negativos. Pero, ¿qué pasaría si valoráramos al estrés como bueno para nosotros? Según un nuevo estudio es más probable que (Crum et al., 2020):
- no agreguemos más tensión a nuestras circunstancias preocupándonos por los efectos negativos de estar estresados,
- aceptemos el estrés, y
- nos sintamos empoderado para optimizar nuestra respuesta al estrés con el fin de lograr nuestros objetivos.
Estudios previos han encontrado que, en comparación con la supresión o la evitación, la aceptación de experiencias emocionales incómodas cuando se enfrentan situaciones muy estresantes se correlaciona con una serie de resultados positivos (Shallcross et al., 2010).
El equipo de investigación de Crum señala que también es importante la manera como definimos al estrés. Explican que ver al estrés como la anticipación o experiencia de encontrar demandas en los contextos relacionados con las metas propias, y separarlo de los resultados, sugiere que las respuestas al estrés pueden ser reguladas – e idealmente optimizadas – independientemente de si el factor estresante (es decir, la demanda) en sí se considera como “bueno” (por ejemplo, tener un hijo) o “malo” (por ejemplo, tener una enfermedad).
Entonces, incluso si la causa del estrés es “mala”, una evaluación positiva del estrés en sí puede afectar la forma en que las personas adaptan sus respuestas al estrés para lograr sus objetivos.
Estrategias de regulación para optimizar el estrés
Elegir las situaciones
Hay situaciones que nos ofrecen oportunidades para el crecimiento y el descubrimiento, independientemente de cuán estresantes puedan ser. Un ejemplo es tomar la decisión de defenderse ante un trato injusto en el trabajo, incluso cuando esto signifique tener una conversación difícil con tus compañeros de trabajo. O bien, inscribirte en un torneo de tu deporte, aunque esto signifique meses de preparación y entrenamiento previos
Prestar atención
La habilidad humana de prestar atención a ciertas situaciones o cosas y no a otras puede, en muchos casos, determinar el abanico de experiencias que viviremos. Prestar atención implica concentrarnos en las oportunidades (tanto las evidentes como las inesperadas) que surgen con el estrés, en lugar de enfocarnos en todo lo negativo del asunto. Cuando pensamos en el estrés como algo funcional en lugar de verlo como amenazante, ponemos más atención en los estímulos positivos, aumentando el afecto positivo y la flexibilidad cognitiva (Crum et al., 2017). Entonces, en lugar de centrarnos en el nerviosismo que nos genera una presentación que se acerca, podemos centrarnos en la ambición de tener un buen desempeño, y consecuentemente dedicar más tiempo a la preparación para alcanzar tal objetivo.
Elegir pensar de otra manera
Esta estrategia de regulación emocional para la optimización del estrés consiste en repensar de forma diferente la situación, el estrés y tu propia capacidad para manejarlo. En lugar de focalizarte en los nervios por una nueva presentación, podrías cambiar la forma en que percibís el factor estresante dirigiendo tu atención, por ejemplo, a que no es la primera vez (ni la última) que te piden que hables frente a una audiencia; o bien a tu capacidad de afrontarlo basado en que te preparaste para esto y en que cada vez que lo hacés adquirís más experiencia.
Cambiar la respuesta psicológica y comportamental
La respuesta más común cuando sentimos estrés es procurar suprimirlo, no sentirlo. En su lugar, podemos recurrir a otras estrategias que nos ayuden a superar la ola de estrés, como las técnicas para regular la excitación y mejorar el rendimiento que utilizan los atletas: escuchar música de ritmo rápido, animarse con charlas de motivación, realizar ejercicios de relajación, o practicar mindfulness, entre otras.
Seguramente has pasado, estás pasando o pasarás por situaciones estresantes en la vida, por eso, aprender que el estrés tiene una función y relacionarnos con este de forma eficaz puede ser mucho más útil que estresarnos por sentirnos estresados.
Referencias bibliográficas:
- Brady, S. T., Hard, B. M., & Gross, J. J. (2018). Reappraising test anxiety increases academic performance of first-year college students. En Journal of Educational Psychology (Vol. 110, Número 3, pp. 395-406). https://doi.org/10.1037/edu0000219
- Crum, A. J., Akinola, M., Martin, A., & Fath, S. (2017). The role of stress mindset in shaping cognitive, emotional, and physiological responses to challenging and threatening stress. Anxiety, Stress, and Coping, 30(4), 379-395. https://doi.org/10.1080/10615806.2016.1275585
- Crum, A. J., Jamieson, J. P., & Akinola, M. (2020). Optimizing stress: An integrated intervention for regulating stress responses. Emotion , 20(1), 120-125. https://doi.org/10.1037/emo0000670
- Shallcross, A. J., Troy, A. S., Boland, M., & Mauss, I. B. (2010). Let it be: Accepting negative emotional experiences predicts decreased negative affect and depressive symptoms. Behaviour Research and Therapy, 48(9), 921-929. https://doi.org/10.1016/j.brat.2010.05.025
Fuente: Psychology Today