La meditación activa es meditación en movimiento. Esencialmente, se trata de conectarse con el aquí y ahora mientras se realizan actividades diarias: prestar más atención a lo que sucede en tu cuerpo mientras realizas una tarea, te ayuda a conectarte más con el presente y a ser más consciente de tí mismo. Practicar la meditación activa puede beneficiar a aquellos que tienen dificultades para quedarse quietos en un entorno de meditación tradicional.
Este tipo de meditación te ayuda a apreciar los momentos simples de tu vida cotidiana y a encontrar la paz interior simplemente eligiendo ser más consciente.
Ejemplos de meditación activa
La meditación activa se basa en encontrar momentos meditativos durante la vida cotidiana. Expertos en el tema sugieren los siguientes ejemplo:
- Preparando comidas: mientras cortas verduras para la cena, puedes enfocarte en tus cinco sentidos, un sentido a la vez.Observa las sensaciones sin juzgar. Quizás el cuchillo se siente frío, suave y pesado en tu mano, escuchas el sonido del cuchillo balanceándose rítmicamente contra la tabla de cortar mientras cortas, al mismo tiempo el pimiento es de color verde brillante y el aroma de las cebollas ya cocinandose en la sartén impregna tus fosas nasales. Además, asegúrate de prestar atención a las emociones que sientes en el momento. Tal vez sientas calidez hacia tu familia al pensar en preparar esta comida para nutrirlos. Tal vez también sientas estrés cuando tu lista de tareas vuelve a entrar en tu cabeza. Tu mente divagará, y eso está bien, siempre puedes volver a concentrarte en tus sentidos y dejarte absorber por ellos. Con la práctica, simplemente observarás tus sentimientos en lugar de dejarte consumir por ellos.
- Limpieza: el simple acto de lavar un plato puede ser consciente. Observa el agua que sale del grifo y siente su cálida temperatura cuando toca tu piel. Al barrer el piso, concéntrate en la forma en que se mueve tu cuerpo y, si te sientes valiente, encuentra un ritmo y comienza a bailar mientras realizas esta tarea doméstica. ¡Diviértete con eso!
- Caminando: céntrate en la forma en que el pavimento presiona tus pies con cada paso, mientras das un paseo. Nota la sensación de estiramiento en cada pantorrilla cuando las levantas, la frescura de la brisa en tu cara, la suavidad de la bufanda que envuelve tu cuello. Recuerda, la forma más rápida de salir de tu cabeza es entrar en tu cuerpo.
- Ducha: cierra los ojos y siente el agua acariciando tu piel. Huele el champú y el jabón. Escucha el relajante sonido del agua. Si quieres ir un paso más allá, imagina que tus preocupaciones desaparecen.
¿A quién beneficia?
La meditación activa puede beneficiar a aquellos que han tenido dificultades para mantener una práctica regular de meditación, ya sea debido a horarios ocupados o por factores mentales o físicos que hacen que la quietud sea incómoda, ya que integra la meditación con sus actividades diarias.
Esta técnica puede ser una forma de meditación más accesible para las personas con antecedentes de trauma que quizás encuentran que las prácticas de meditación basadas en la quietud provocan sentimientos de ansiedad. También puede ser una herramienta importante para desarrollar habilidades para calmarse uno mismo para aquellos que luchan con la regulación de las emociones o la tolerancia a la angustia.
Además, este tipo de meditación es más práctica para las personas con tipos de dolor crónico que les dificultan sentarse por períodos prolongados. Y para aquellos que lidian con el insomnio, los beneficios combinados del movimiento y la meditación pueden mejorar el estado de ánimo.
Consejos para meditar
- Sintoniza tus sentidos: ¿qué ves, hueles, oyes, saboreas y tocas? Mientras caminas desde el estacionamiento hacia el edificio de oficinas, observa los colores, las formas y las áreas de sombra y luz a tu alrededor. Abre los oídos a los sonidos de cerca y de lejos. Siente cada zancada y observa tu modo de andar natural mientras caminas. Si hay olores o sabores presentes, internalízalos. La mejor parte es que no necesitas apartar una hora en tu agenda para comenzar a cultivar las cualidades de presencia que te brinda la meditación activa. Pruébalo durante 5 o 10 minutos la próxima vez que vayas a tomar ese café con leche de la tarde, ¡y verás cómo te sientes!
- Olvídate de movimientos específicos: la meditación activa es menos sobre el movimiento y más sobre la energía detrás del movimiento. Cuando hacemos ejercicio, tendemos a centrarnos en cómo nos movemos, la posición del cuerpo, etc. La meditación activa no se trata de esto. Se trata de enfocarse en la energía detrás del movimiento. Concéntrate en la energía que crean tus movimientos, el lugar donde la mente se encuentra con el cuerpo. Conéctate con la intención de moverte. Puedes hacer esto con movimientos notablemente simples. Por ejemplo, intenta girar lentamente la mano en círculos. Ahora enfócate en la energía detrás del movimiento, investiga cómo la mente crea este movimiento. Esto aumentará tu conexión mente-cuerpo, y solo necesitas hacerlo durante unos 5 a 10 minutos al día.
- Próximos pasos: al iniciar tu práctica de meditación activa, comienza vinculando este nuevo hábito a un hábito existente. Esto aumentará tus posibilidades de éxito. ¿Te cepillas los dientes todas las mañanas? ¿Paseas al perro todas las noches? Puedes hacer que tu actividad rutinaria sea tu tiempo para la meditación activa. No solo está bien, sino que es preferible comenzar poco a poco. Tal vez durante la primera semana, desees intentar usar la meditación activa durante 2 minutos y luego realizar tu actividad normalmente. Tal vez la próxima semana quieras probar 5 minutos al día. Establecer metas pequeñas y alcanzables te dará el impulso que necesitas para seguir avanzando.
Fuente: Psychcentral