David Robson para la BBC:
Si se piensa en la última vez que se falló o se cometió un error importante. ¿Todavía se sonroja y se regaña por haber sido tan tonto o egoísta? ¿Se tiende a sentirse solo en ese fracaso, como si fuera la única persona que se equivocó? ¿O se acepta que el error es parte del ser humano y se trata de hablarse a sí mismo con cuidado y ternura? Para muchas personas, el ser crítico con uno mismo es lo más natural.
De hecho, incluso se puede enorgullecerse de ser duros consigo mismo como señal de la ambición por mejorar. Pero una gran cantidad de investigaciones muestra que la autocrítica a menudo es contraproducente. Además de aumentar los niveles de infelicidad y estrés, puede aumentar la procrastinación y hace a la persona aún menos capaz de lograr sus metas en el futuro.
En lugar de castigarse sí mismo, se debe practicar la autocompasión: un mayor perdón de nuestros errores y un esfuerzo deliberado por cuidarnos a nosotros mismos en momentos de decepción o vergüenza.
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Nosotros también publicamos hace unos años un artículo buen artículo de Steven Hayes, cocreador que explica por qué la autocompasión es más importante que la autoestima.