Como toda actividad humana, la investigación científica no es inmune a los actos de corrupción y fraude. Lamentablemente durante los últimos años los casos de fraude científico, manipulación de datos y plagio han aumentado, a causa del interés de un grupo pequeño, pero dañino de investigadores que están motivados por el interés económico de los fondos que pueden obtener con sus investigaciones y el prestigio de ser publicados en las revistas científicas más importantes.
El fraude científico de una minoría puede afectar gravemente la imagen y apoyo que se le da a una de las actividades más importantes para el desarrollo humano como lo es la investigación científica.
¿Cómo podemos saber si una investigación cometió actos de fraude y cómo evitarlos?
Ángela Bernardo, escribió para Hipertextual un excelente artículo que recopila la información y datos que tenemos que tener en cuenta para poder juzgar la integridad, el fraude y las prácticas cuestionables dentro de la investigación científica.
Sobre la integridad de una investigación científica:
(…) el Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona ha publicado la Declaración sobre integridad científica en investigación e innovación responsable. En el informe, se plantea que, en el ámbito concreto de la investigación científica, la integridad se relaciona con los principios de honestidad (en el compromiso con la verdad), de independencia (en la preservación de la libertad de acción en relación con presiones exteriores a la profesión) y de imparcialidad (en la neutralidad de la práctica profesional en relación con intereses particulares, ajenos a la investigación).
El fraude se relaciona con:
(…) el fraude se relacionaría únicamente con la fabricación de datos a través de resultados inventados, la falsificación mediante la manipulación de los estudios o de las conclusiones y el plagio a partir de la apropiación del trabajo intelectual de terceras personas a las que no se reconoce su autoría original.
Las prácticas cuestionables:
Las prácticas cuestionables, por el contrario, abarcarían la práctica de investigación censurable, la conducta censurable relativa a datos, a publicaciones y de tipo personal o la conducta financiera, entre otras.
Conductas poco éticas que propician el fraude:
(…) parámetros de carácter individual (como la tendencia a la vanidad o el ansia de lograr reputación), factores organizativos (como inadecuada comunicación, falta de formación o carencia de políticas sólidas y equitativas) o razones estructurales (la presión por publicar, la lógica empresarial o los índices de citación pueden afectar negativamente a la I+D).