Los niños toman a sus padres como ejemplo para saber cómo actuar y hablar, aunque muchos padres no se dan cuenta de que los están observando constantemente. La forma en que les hablas les muestra la manera en que querés que te hablen a vos y va a determinar en gran manera si te van a escuchar y cómo van a responder a lo que decís.
Adicionalmente, algunas investigaciones indican que las conversaciones entre adultos y niños no solo mejoran el vocabulario de éste último sino que también proveen un contexto rico para su desarrollo social y emocional.
Hablar con los niños, por lo tanto, importa y mucho. Los padres deberían preocuparse por mejorar sus habilidades de comunicación. Los expertos recomiendan:
Cuando tu hijo/a te habla, dale toda tu atención
Es frustrante hablar con alguien que está mirando televisión o revisando su teléfono ¿no? Así se sienten tus hijos si deben competir por tu atención. Aprende a parar lo que estás haciendo y escucharlos si vienen a buscarte para compartir pensamientos, miedos y preocupaciones.
Si realmente no podés hablar en ese momento, no pretendas que estás escuchando. Es mucho mejor prometerles que les vas a dar un tiempo donde puedas ponerles toda la atención del mundo y cumplir. Ellos se van a abrir cuando vean que estás genuinamente interesado en sus vidas.
Moderar tu respuesta
A nadie le gusta a hablar con una persona que está enojada y te grita. Los niños no son la excepción. Es probable que te dejen de escuchar y se vayan si pareces estar a la defensiva o enojado, así que aprende a suavizar tus respuestas. También debes dominar tu impulso a discutir sobre quién tiene razón. En su lugar, comunica tu posición sobre un asunto de manera firme y calma. Esto da la impresión de que estás al control y tus hijos te van a escuchar. Es bueno además, que adquieras el hábito de reconocer los esfuerzos de tus hijos y utilices refuerzos positivos para ayudarlos a mejorar.
Reconocer sus sentimientos
Cuando hablar con los niños, permitiese expresar sus sentimientos y opiniones incluso cuando sean difíciles de escuchar. Pedirles que supriman sus emociones o, peor aún, negárselas, puede tener un efecto adverso en su desarrollo emocional. No es necesario que hables mucho, simplemente calmarlos y proveerles un espacio seguro para dejar salir sus sentimientos negativos, suele ser suficiente para ellos. Si requieren que les des una respuesta, trata de evitar los juicios y críticas. No importa lo triviales que te puedan parecer los problemas de tus hijos, son reales para ellos y deben ser tratados.
Elegir un momento oportuno para hablar
Conversar con tus niños es mucha más fácil cuando lo haces en un momento en que ambos puedan poner atención a lo que el otro dice. Tratar de hablar con tu hijo/a cuando está teniendo una rabieta o está molesto por algo, es una pérdida de tiempo. De manera similar, hablar con todos tus hijos al mismo tiempo puede no ser efectivo, ya que los más grandes pueden hablar por los menores. La solución es agenda tiempo de uno a uno con cada uno ellos semanalmente, así podés hablar a cada uno según su nivel.
Abordar los temas difíciles de frente
Converse con tus hijos sobre el bullying, el racismo y otros temas difíciles. Tal vez pienses que son muy chiquitos para entender, pero los chicos de ahora están más expuestos de lo que los padres creen. Un buen enfoque es preguntarles qué saben sobre estos temas y partir desde allí, aclarando malentendidos y dándoles más información en el proceso. Cuando sean más grandes podés hablar sobre otras cuestiones como el suicidio, el abuso de sustancias o la depresión. Aunque sean conversaciones incómodas, puede que le salven la vida a tus hijos algún día.
Las conversaciones deben ser acordes a la edad
Al empezar a hablar sobre temas difíciles con los chicos, asegurase de que la conversación sea para su edad. No es necesario darles mucha información a los niños sobre cuestiones como la muerte, ya que podría alarmarlos. Tus respuestas deben ser cortas, simples y concisas si estás dirigiéndote a niños pequeños, ya que las conversaciones largas y extensas podrían ser confusas y aburridas para ellos. Los hermanos mayores, sin embargo, requieren conversaciones más profundas donde puedan aprender y preguntar, así que allí se podés dar más información.
La habilidad de comunicarse efectivamente con nuestros niños es importante debido a que cumple un papel central para tener una relación sana con ellos, que será la base para el resto de sus relaciones.
Fuente: PsychCentral
Imagen: Unsplash