Es probable que con cierta regularidad seas consultado por amigos y conocidos que, en rigor de verdad, necesitan ayuda profesional. Ellos tal vez están en medio de una crisis, una importante relación que no está funcionado, quizás son emocionalmente inestables o tienen una conducta errática. Cuando las drogas y el alcohol están involucrados, especialmente alrededor de los niños, es crítico tomar las medidas necesarias.
Sin embargo, no es fácil decirle a alguien: “Creo que deberías ver a un psicoterapeuta.”
Es posible que esta frase los ofenda, los avergüence o afecte su relación con ellos. Tu amigo puede oír: “piensas que hay algo malo conmigo” y esto puede provocar que se enoje, que se ponga a la defensiva o que niegue vehementemente que hay un problema.
Raramente un enfoque directo puede llegar a funcionar bajo estas circunstancias.
Para obtener el resultado que buscas, necesitas escuchar atentamente las quejas de la persona sobre su problema en orden de encontrar un camino no-confrontativo. Enfócate en la normalización del problema – haciéndolo parecer normal, como conducta de todos los días – y crea una alianza con esa persona. No caigas en la tentación de ofrecer consejos del tipo: “Yo soy normal; tu no lo eres.”
Raramente un enfoque directo puede llegar a funcionar
Por ejemplo, si escuchas las quejas de tu amigo sobre su relación, tal vez podrías decir algo como: “Sé lo que quieres decir, me he encontrado en esa situación antes. Sabes, estaba leyendo algo el otro día sobre este tema y lo encontré muy informativo. ¿Te gustaría que te envíe el link?”
Una vez que tu amigo sienta que estás de su lado y no se sienta “mal” o “equivocado” sobre su problema, puedes entonces entrar al segundo nivel de apoyo, como por ejemplo: “He oído hablar a un amigo que “X” es un verdadero experto en la materia y se ocupa de estas cosas todo el tiempo. Incluso estoy pensando en ir a verlo. Me pregunto que hará. Tal vez podría darte una perspectiva diferente.”
Considera de manera realista si ésta es una responsabilidad que un adulto debería asumir
Un enfoque suave y sensible funciona bien para abrir formas alternativas de ver el problema. Este es especialmente el caso cuando eres el soporte principal de la persona y tu amigo se apoya mucho en ti. Puede ser que te sientas abrumado y no sepas qué hacer. Puede ser que el consejo que ofrezcas sea inútil y parece que la relación gira en torno al problema. Ustedes nunca discuten otra cosa, y tus necesidades como amigo son ignoradas y ya no puedes hacerle frente a las largas y tardías horas al teléfono. Entonces ¿cómo puedes decir: “Ya es suficiente” de una manera eficaz y compasiva?
Como regla general, considera de manera realista si ésta es una responsabilidad que un adulto debería asumir. Después de todo, el problema es de tu amigo, no tuyo. Reflexiona sobre lo que está pasando dentro de ti y con lo que puedes cargar. ¿Eres como el “caballero de la armadura brillante”? ¿Tienes la necesidad de ser necesitado? ¿Te sientes atraído por el deseo de control?
Una consideración cuidadosa de los beneficios secundarios que podrías estar recibiendo al participar en una relación agotadora, es el primer paso más importante. Ya que lo que comenzó como “hacer lo correcto”, termina debilitando la relación y no te sirve a ti ni a la persona que estás “ayudando”. Has ido más allá de la bondad hasta la necesidad, así como también puedes estar negándole a tu amigo la oportunidad de tomar la responsabilidad para su propio crecimiento.
Organiza una comunicación apropiada tan pronto como sea posible
Por lo tanto, es en beneficio de ambos intereses implementar un límite firme y permitir a otra persona, más objetiva, intervenir y ayudar, ya sea para su amigo o para los dos. Una salida es escuchar con atención a un pedido de ayuda, la cual no eres capaz de proporcionar. Por ejemplo, si tu amigo viene con un problema que está fuera de tu capacidad (violencia doméstica, etc.), puedes decir: “No sé si pueda serte de ayuda. Este problema sobrepasa mi capacidad. Sin embargo, conozco a alguien que sabe mucho sobre esto, ¿qué tal si hablo con ella para que te llame?, tal vez pueda sugerirte algo que yo no he pensado.”
Luego, organiza una comunicación apropiada tan pronto como sea posible. Cuanto más pronto puedas permitirle obtener la ayuda adecuada, más pronto podrás respirar, relajarte y recuperarte.
Artículo originalmente publicado en Psychcentral por Sophie Henshaw y traducido y adaptado para Psyciencia por David Aparicio y Maria Fernanda.
Imagen: NJ.. (Flickr)