La personalidad y la salud mental de madres y padres influye en el desarrollo socioemocional y cognitivo-motor de los niños y, de hecho, las prácticas de crianza juegan un papel mediador, según los hallazgos de un estudio reciente (Vásquez-Echeverría et al., 2022).
Los autores buscaron explorar cómo interactúan los diferentes procesos de crianza, utilizando datos transversales de una muestra uruguaya representativa a nivel nacional.
Por qué es importante
En general, la salud mental, los rasgos de personalidad del cuidador y la posición socioeconómica del hogar se interrelacionan y actúan juntos para dar forma al desarrollo infantil. Conocer esto puede ser útil para mejorar el diseño de políticas públicas o para informar el trabajo de los profesionales que tienen como objetivo promover el desarrollo infantil o la crianza positiva.
Qué metodología usaron
Los investigadores analizaron datos de una encuesta de primera infancia de familias uruguayas, llamada Encuesta de Nutrición, Desarrollo y Salud Infantil (ENDIS). Se centraron en los datos informados por las madres, con una muestra final de 4693 niños de entre 0 meses y 6 años de edad y sus madres. Además de las medidas demográficas como el ingreso familiar, las madres completaron medidas de síntomas depresivos y evaluaciones sobre los Cinco Grandes rasgos de personalidad: extraversión, amabilidad, escrupulosidad, neuroticismo y apertura a la experiencia.
Las madres también completaron instrumentos sobre el comportamiento de sus hijos, con elementos diseñados para evaluar el desarrollo cognitivo-motor y el desarrollo socioemocional. Un entrevistador también realizó una observación del niño en su entorno familiar, que incluyó evaluaciones de la agresividad/hostilidad del cuidador hacia el niño y su calidez/afecto hacia el niño.
Qué encontraron
Los rasgos de personalidad de las madres estaban vinculados a los resultados del desarrollo de los niños: las madres que puntuaron más bajo en neuroticismo y más alto en extraversión, amabilidad, apertura a la experiencia y escrupulosidad tendieron a tener hijos con un mejor desarrollo cognitivo-motor y menos problemas de conducta. Las madres que eran mayores, reportaron ingresos familiares más altos, tenían menos síntomas depresivos y participaban en una crianza positiva también tendían a tener hijos con un mejor desarrollo cognitivo-motor y socioemocional.
Luego, los investigadores aplicaron análisis de ruta para explorar más a fondo las relaciones entre estas variables. Esto reveló que el desarrollo socioemocional estaba directamente relacionado con las prácticas de crianza de las madres y la sintomatología depresiva. Además, las prácticas de crianza y la depresión materna explicaron en parte la relación entre los ingresos del hogar y el desarrollo socioemocional de los niños. En general, la depresión materna parecía estar más fuertemente asociada con el desarrollo socioemocional de los niños que con la personalidad.
Además, las prácticas de crianza explicaron en parte la relación entre los síntomas depresivos de las madres y los problemas socioemocionales de los niños. Los autores dicen que esto está en línea con la investigación que sugiere que las madres deprimidas tienden a ser menos receptivas emocionalmente. La falta de capacidad de respuesta puede producir un ambiente desfavorable y menos estimulante para el niño, perjudicando su progreso socioemocional.
Las prácticas de crianza también se asociaron directamente con el desarrollo cognitivo-motor de los niños. La apertura de las madres y los ingresos del hogar se relacionaron indirectamente con el desarrollo de los niños, a través de las prácticas de crianza. Según los autores del estudio, estos hallazgos dan fe del papel crucial de la crianza positiva en el desarrollo cognitivo-motor de los niños.
Destacaron que los efectos de las variables distales (por ejemplo, personalidad, nivel socioeconómico) en el desarrollo infantil se explican en gran medida por las variables intermedias, en particular las prácticas de crianza. En otras palabras, hallaron asociaciones entre niveles más altos de síntomas depresivos, un nivel socioeconómico más bajo en el hogar y una menor apertura de padres y madres, por un lado, y madres con prácticas de crianza menos cálidas y más duras, por el otro.
Dentro de los límites señalan que no se puede establecer la causalidad ya que su estudio se basó en datos transversales. Futuras investigaciones longitudinales pueden arrojar más luz sobre la relación direccional de las variables. No obstante, dicen que sus resultados pueden ayudar a informar intervenciones para niños pequeños y sus madres.
Referencia bibliográfica: Vásquez-Echeverría, A., Alvarez-Nuñez, L., Gonzalez, M., Loose, T., & Rudnitzky, F. (2022). Role of parenting practices, mother’s personality and depressive symptoms in early child development. En Infant Behavior and Development (Vol. 67, p. 101701). https://doi.org/10.1016/j.infbeh.2022.101701
Fuente: Psypost