Jan Osterkamp describe los hallazgos de la investigación publicada en Science para el portal Investigación y Ciencia:
Para su estudio, los científicos se plantearon, en primer lugar, con qué sujetos podían comparar su grupo experimental («casi todas las personas») para descubrir si la conducta de contar y clasificar es innata o aprendida en los humanos. De este modo, escogieron dos grupos de participantes a los que todavía no se ha podido imprimir una manera preferente de clasificar: niños pequeños que están aprendiendo a contar y miembros de los tsimane’, una población indígena de la cuenca amazónica de Bolivia. Estos pobladores raramente contactan con personas de la sociedad industrial, no asisten a la escuela, rara vez utilizan la tecnología moderna y, según la hipótesis, es poco probable que estén influenciados culturalmente para preferir ordenar en una dirección concreta. Así pues, si los niños y los tsimane’ también contaban y clasificaban de izquierda a derecha, ello hablaría a favor de un comportamiento innato.
Resultados:
Al parecer, este forma de comportamiento no está fijada ni es heredada en el ser humano, sino que es aprendida en la mayoría de sociedades, concluyen los autores. Este hallazgo contradice teorías previas, las cuales sugieren que el cerebro de los bebés (y también el de algunos animales) favorece una determinada semirrecta numérica, en la que los números van de menor a mayor de izquierda a derecha. Como explicación señalan la asimetría cerebral: el hemisferio derecho preside el procesamiento visuoespacial, por lo que la atención tiende a orientarse hacia el lado izquierdo. Pero los nuevos resultados sugieren que los factores culturales desempeñan una importante función en este caso.
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