Científicos de la Universidad de California presentaron una investigación con hallazgos que, sumados a otros, resaltan el importante rol de los mecanismos cerebrales en los trastornos de la alimentación. Dichos descubrimientos podrían también tener implicaciones relacionadas al desarrollo de nuevos tratamientos para la anorexia nerviosa.
“Cuando la mayoría de las personas tiene hambre, están motivados a comer. Pero los individuos con anorexia pueden tener hambre y aún así restringir su ingesta de comida. Queríamos identificar mecanismos cerebrales que podrían contribuir a la habilidad de ignorar recompensas, como la comida,” dijo la Dra. Christina E. Wierenga, primer autora del estudio.
Mostraron una respuesta disminuida a las recompensas, incluso cuando tenían hambre
Wierenga explica que su estudio mostró diferencias en la respuesta cerebral a las recompensas en mujeres recuperadas de la anorexia: “Mostraron una respuesta disminuida a las recompensas, incluso cuando tenían hambre. Esto es lo opuesto a las mujeres saludables sin un trastorno alimenticio, quienes mostraron mayor sensibilidad a las recompensas cuando tenían hambre.
Walter H. Kaye, profesor de psiquiatría, director del Eating Disorders Treatment and Research Program en UC San Diego y autor principal, comenta que los resultados del estudio apoyan más la visión de que la neurobiología está fuertemente relacionada con el trastorno: “Nuestro estudio sugiere que las diferencias en los circuitos cerebrales de los anoréxicos los hace menos sensibles a las recompensas y a la dirección motivadora del hambre.”
En el estudio, los investigadores analizar la actividad cerebral de 23 mujeres que se habían recuperado de la anorexia y presentaban un peso normal (para eliminar la influencia de la malnutrición que presentaría una persona en la fase activa de la enfermedad). También se contó con un grupo control de 17 mujeres saludables que nunca habían sufrido de dicho trastorno.
Los científicos analizaron los circuitos cerebrales relacionados a la motivación y la recompensa durante dos períodos metabólicos distintos: cuando tenían hambre y otra vez cuando estaban satisfechas.
Vieron mayor actividad en regiones del cerebro importantes en el autocontrol
Junto con las diferencias en la respuesta cerebral a las recompensas, Kaye dijo que los investigadores vieron mayor actividad en regiones del cerebro importantes en el autocontrol entre los anoréxicos recuperados, independientemente del estado metabólico. Lo que sugiere que dichos individuos podrían poseer un mayor grado de auto-control comparados con las personas sin trastornos de la alimentación.
Los resultados han inspirado a los autores para tratar de desarrollar nuevos tratamientos que ayuden a las personas con Trastornos de la Alimentación, basándose en las evidencias encontradas en su investigación.
Fuente: Psypost
Imagen: evelina zachariou (Flick)