Los celos en la relación de pareja (conocidos como celos románticos) ha sido un tema que ha suscitado mucho interés de estudio durante muchos años, sobre todo respecto a las variables que está asociadas a los celos y que marcan la diferencia entre unas personas y otras en su vivencia y expresión. Es decir, ¿Por qué unas personas tienden a experimentar elevados niveles de celos y otras apenas sienten celos? ¿Qué es lo que marca esta diferencia?
En primer lugar, es importante conocer el significado del concepto de celos románticos. Pines define los celos románticos como “una sospecha real o imaginada de una amenaza a una relación que se estima valiosa”. White (1981) sin embargo define los celos como “una interacción de pensamientos, sentimientos y conductas, que aparecen tras una amenaza a la autoestima o a la existencia o calidad de una relación de pareja”.
En ambas definiciones podemos observar que aparece un sentimiento de amenaza por la posible pérdida, bien sea de la pareja o de nuestra propia autoestima, como propone White, al percibir que nuestro compañero sentimental muestra mayor interés o afecto hacia otra persona.
En los celos patológicos el malestar emocional que generan los celos es de una intensidad mucho más elevada
Otra gran cuestión que generan los celos, es saber cuándo son considerados como patológicos. La principal diferencia es que los celos patológicos implican la evaluación de una amenaza imaginaria o sospechas paranoicas que generan conductas dirigidas a controlar a la pareja o al “rival”. Sin embargo, los celos “normales” o no patológicos, se basan en evaluaciones de amenaza reales (Pfeiffer y Wong, 1989). Asimismo, en los celos patológicos el malestar emocional que generan los celos es de una intensidad mucho más elevada que en los normales, aunque esto puede generar confusión a la hora de diferenciar sobre todo a las personas que tienen unos altos niveles de celos de aquellas que sufren celos patológicos o celotipia, puesto que en ambos casos se presentarían altos niveles de malestar emocional. Por lo tanto, la principal diferencia sería la distorsión de la realidad en el caso de los celos patológicos, que incluso en ocasiones puede llegar a convertirse en delirante.
Respecto a la etiología de los celos, se han identificado determinadas variables de la personalidad que tienden a estar asociadas, de las cuales la más estudiada ha sido la autoestima. En diversas investigaciones se han asociado bajos niveles de autoestima con altos niveles de celos. Según autores como Stieger, Preyss y Voraceck (2012) cuando la persona percibe una amenaza hacia su relación sentimental, al ver que su pareja puede estar interesado/a en otra persona, esto amenaza su propia autoestima y genera que surja el sentimiento de celos.
La baja autoestima también se ha relacionado con sentimientos de inseguridad hacia uno mismo, por lo tanto, es más probable que una persona que tiene una baja autoestima pueda sentirse más insegura respecto a su pareja y tienda a mostrar mayores niveles de celos. Además, una persona insegura puede tener una mayor tendencia a pensar que otras personas pueden ser mejores que ella y que es probable que su pareja en algún momento se interese por otra persona mejor, lo que les lleva a cuestionar constantemente el compromiso de su pareja y mostrar sentimientos de celos.
Uno de los principales efectos positivos de los celos es que permiten que la pareja establezca unas reglas básicas que ayudan a que se mantengan los lazos
Canto y Burgos (2009) consideran que los celos son un mecanismo que hemos heredado de nuestros antepasados, que todas las personas sentimos (aunque lo expresemos de diferentes maneras) y cuya finalidad es la protección y mantenimiento de la relación de pareja, puesto que actuarían como una señal de alarma ante una posible amenaza.
¿Los celos son siempre malos?
En muchas ocasiones, se ha considerado que los celos son negativos y dañinos para la relación de pareja, y de hecho es habitual que aquellas personas que suelen tener un sentimiento elevado de celos tiendan a ocultarlo hacia los demás por el miedo a recibir críticas. Por esto, es importante señalar que los celos no siempre son negativos, sino que pueden tener efectos positivos en la relación de pareja.
Uno de los principales efectos positivos de los celos es que permiten que la pareja establezca unas reglas básicas que ayudan a que se mantengan los lazos frente a las posibles amenazas a la relación. De hecho, muchas personas pueden vivir los celos de su pareja como una señal de amor, de tal manera que si tu pareja siente celos es porque te ama, te valora por eso tiene miedo a perderte. Es decir, los celos pueden ser interpretados como una expresión de cuidado y cariño. Esto pude explicar que algunas personas en ocasiones realicen intentos intencionados de despertar celos en su pareja, para comprobar si realmente su pareja les quiere y valora.
La cara negativa de los celos
Las consecuencias negativas de los celos comienzan a aparecer cuando los niveles de celos son demasiado elevados y generan un intenso malestar emocional para quien los padece o cuando son expresados de manera frecuente, lo que puede llevar a constantes problemas de pareja.
Puede suceder que uno de los miembros de la pareja sienta celos por determinados aspectos que el otro miembro de la pareja considera irrelevantes, por ejemplo, el hecho de quedar con un/a amigo/a hacia el cual no existe ningún interés romántico o sexual, pero que su pareja pueda considerar que sí existe y de ahí nace el sentimiento de celos.
Por otra parte, se ha visto una elevada asociación entre los celos y la violencia en la pareja, que es otro de los motivos por los que se ha investigado tanto los celos.
los celos son una emoción presente en todas las personas
Autores como Canto y Burgos (2009), o Montes-Berges (2008), consideran que tanto hombres como mujeres sienten celos pero son más los hombres quienes llegan a someter a sus parejas a algún tipo de maltrato psicológico y/o físico, aunque esto no excluye a las mujeres como maltratadoras en determinados casos.
Los celos generan sentimientos de rabia, frustración, tristeza, desesperanza e incertidumbre, lo que puede dar lugar a la insatisfacción y la violencia en la pareja, y de hecho son una de las principales causas de divorcio.
El trabajo con los celos en terapia
Como acabamos de explicar, los celos pueden tener consecuencias muy negativas para la relación de pareja, por lo que es importante trabajar con ellos, de cara a evitar posibles actos violentos o de maltrato, como evitar también la insatisfacción en la pareja.
Es importante trabajarlo sobre todo porque en muchas ocasiones los celos pueden ser el resultado de una falta de comunicación o malos entendidos entre los miembros de la pareja, y ambos pueden sufrir malestar por causas injustificadas que podrían resolverse si aprenden a comunicarse de manera sincera y empática.
En los casos en que la persona que siente celos reconoce que estos son injustificados y dependen de inseguridades y miedos propios, es importante realizar un trabajo personal orientado hacia la autoestima, la seguridad personal y el origen de los posibles miedos que pueda sufrir.
En definitiva, los celos son una emoción presente en todas las personas, que se vive y se expresa de manera diferente en cada individuo, y dicha expresión y vivencia resultará positiva o negativa para la relación dependiendo de su intensidad, frecuencia y justificación.
Artículo publicado en el blog de Aprende Viendo Terapia, una plataforma online y presencial en el entrenamiento de habilidades terapéuticas.
Imagen: Unsplash
Bibliografía
- Attridge, M. (2013). Jealousy and relationship closeness: exploring the good (reactive) and bad (suspicious) sides of romantic jealousy. SAGE Open. DOI: 10.1177/2158244013476054.
- Canto, J.M. y Burgos, M. (2009). Diferencias entre sexos en los celos románticos: una confrontación teórica. Psicología &m Foco, 2(1), 120-130.
- González, E. (2005). Celos, celos patológicos y delirio celotípico. Revista Psiquiatría Fac Med Barna, 32(1), 14-22.
- Montes-Berges, B. (2008). Tácticas para la resolución de conflictos y celos románticos en relaciones íntimas: adaptación y análisis de las escalas CTS2 y CR. Estudios de Psicología, 29(2), 1-15.
- Pfeiffer, S. y Wong, P. (1989). Multidimensional Jealousy. Journal of Social and Personal Relationship, 6, 181-196.
- Stieger, S., Preyss, A. y Voracek, M. (2012). Romantic jealousy and implicit and explicit self-esteem. Personality and Individual Differences, 52, 51-55.
- White, G. (1981). A model of romantic jealousy. Motivation and emotion, 5(4), 295-310.