Queridas psicólogas, queridos psicólogos, estudiantes: tengo el orgullo de estar transitando hacia el 35 aniversario en el ejercicio de la Psicología, una disciplina apasionante, generosa y agradecida.
Es verdad que su entrega no es incondicional; muy por el contrario, suele ser exigente en las condiciones. Es necesario un convencimiento vital, empeño y dedicación, sobre todo por aquello que decía uno de nuestros maestros: estamos hablando de aquello que vamos a hacer toda la vida.
Hay momentos en que parece mostrarse esquiva. Siempre pensé que era su forma de probar nuestras convicciones. Y no lo digo hoy que tengo la fortuna de ejercer plenamente. Fue la batería que pude recargar en los momentos difíciles, que los hay y muchos, pero al final siempre regala recompensas.
La psicología, una disciplina apasionante, generosa y agradecida
Hablaba de la fortuna del ejercicio. Ese es un tema a definir previamente porque justamente la fortuna del ejercicio, y valga la redundancia, es la única garantizada. La otra solo viene por añadidura en algunos casos. No ha sido el mío, pero si el de otros.
Los primeros pasos garantizan los siguientes, pero sin ser fatalistas, ya que bastante fatal suele ser la vida y siempre es posible revisar y corregir.
Cada quien hará lo que pueda desde los comienzos mismos pero si apostamos a nuestra profesión, prontamente se hará amigable. No podría predicar con el ejemplo pero si compartirlo. Decidí, una vez recibido, que tan solo iba a trabajar como psicólogo. Me costó fuertes privaciones de toda índole, supe hasta lo que significaba racionar la comida, busqué changas complementarias…durante un buen tiempo durante el día era el Lic. Garaventa y por las nochecitas limpiaba oficinas en la calle Alem, que era el Puerto Madero de entonces. Pero, ¿saben que? Nuestra fauna es generosa, y un día salta la liebre. Y así fue. Y empecé a manejar con confianza el colectivo que se fue poblando de pasajeros, hasta esta realidad de hoy donde trato de que se aprieten un poquito pero que nadie quede afuera.
Aquel famoso trípode de antaño sigue vigente: terapia personal, supervisión y seminarios…formación permanente
No es solo voluntad, es convicción, al punto tal que en algún momento hasta se confunda nuestra persona con el rol…ya vendrá nuestra terapia personal a poner las cosas en su lugar, pero mientras tanto es la mejor promoción. No hablo, que quede claro, de andar interpretando a todo el mundo sino del orgullo de gritar que uno es psicólogo y que quiere ejercer. Una pasión que se trasmita a quienes estén en condiciones de aportarnos o de acompañarnos, que tampoco es poco.
Al principio quedamos encapsulados en el arbitrio de quienes nos han formado y hasta podemos suponer, casi con fanatismo, que es lo óptimo. Tal vez sea una buena herramienta en el principio. Recuerdo un docente que aconsejaba: sean ortodoxos en sus comienzos. Conocen una técnica. Aplíquenla ciñéndose a un encuadre que seguramente dará contención a nuestras experiencias e inseguridades.
Después vendrán otras etapas. El campo de nuestras teorías y técnicas es vasto, y es bastante difícil afirmar que alguna tiene la suma del saber y la eficiencia. Es necesario abrirse al conocimiento y empezar a saber de que se trata. Personalmente practico el psicoanálisis, pero ha sido un punto de llegada, un largo recorrido transitando técnicas y teorías que me trajeron a este destino.
Todo exige formación y empeño. Incluso el eclecticismo. Hay que saber que paso se da, porqué y para qué. Estamos trabajando con la salud y la vida de los semejantes. Nada puede quedar librado al azar.
Aquel famoso trípode de antaño sigue vigente: terapia personal, supervisión y seminarios…formación permanente.
El título nos habilita al ejercicio una vez que tenemos la matrícula, no pide nada extra. La Ética si.
Es verdad que la formación de post grado puede tornarse onerosa y superar las posibilidades de quienes se inician, pero también es cierto que las instituciones ofrecen opciones interesantes e Internet ha dinamizado las posibilidades de formación por un lado, y de pensar con otros, por otro lado.
Estamos trabajando con la salud y la vida de los semejantes. Nada puede quedar librado al azar
La psicología es una profesión que se ejerce en soledad pero que necesariamente hay que transitar acompañados porque produce tanta alegría como dolor extremo…solos no se puede.
Bueno, esto, modestamente trasmitirles que es difícil, pero posible y que la elección de nuestra carrera cuando anida en la vocación, nos promete una de las aventuras mas bellas…no todo es bueno, pero lo bueno es tan bueno que finalmente justifica cualquier sacrificio…al menos esta es mi aventura de ser psicólogo…la recomiendo…cariñosamente la recomiendo.
*Artículo de opinión (Op-ed): La opinión es una creencia subjetiva, y es el resultado de la emoción o la interpretación de los hechos. Una opinión puede ser apoyada por un argumento, aunque las personas pueden dibujar las opiniones opuestas de un mismo conjunto de hechos. Este artículo representa la opinión del autor y no necesariamente de aquellos que colaboran en Psyciencia.