Más de 40 años de datos revelan que las personas con mayores capacidades cognitivas tienden a apoyar más la libertad de expresión, incluso la de los grupos con los que no comparten postura (Keersmaecker et al., s. f.).
El equipo de investigadores analizó 21 oleadas de datos recopilados entre 1974 y 2018 en los Estados Unidos por la Encuesta Social General (GSS), la mayor encuesta nacional de opinión pública de los Estados Unidos. Todas las encuestas incluyeron una prueba de vocabulario, que los investigadores utilizaron como medida de la capacidad cognitiva. Las encuestas también evaluaron las actitudes hacia la libertad de expresión para racistas, militaristas, homosexuales, antirreligiosos, comunistas y clérigos anti-estadounidenses-musulmanes.
Los participantes que obtuvieron mejores puntajes en la prueba de vocabulario tenían más probabilidades: de permitir que los miembros de un grupo social en particular dieran un discurso en la comunidad; de permitir libros que favorecen las ideas del grupo social en la biblioteca y de permitir que sus miembros enseñen en las universidades, independientemente del grupo social al que se dirigieran.
De keersmaecker y sus colegas realizaron un estudio similar con otros 300 estadounidenses, con la incorporación de fundamentalistas cristianos, miembros de grandes empresas y la Fiesta del Té como grupos sociales específicos. También se les pidió a los participantes que calificaran su preferencia hacia todos los grupos.
Aquellos con mayor capacidad cognitiva tendían a tener opiniones más favorables de los socialistas, homosexuales y antirreligiosos, mientras que tenían opiniones menos favorables de los militaristas, las grandes empresas, los miembros de la Fiesta del Té y los fundamentalistas cristianos. A pesar de la adición de los nuevos grupos de tendencia conservadora, los investigadores descubrieron que la capacidad cognitiva todavía se asociaba positivamente con el apoyo a la libertad de expresión, incluso después de controlar la ideología política.
“Las personas con niveles relativamente más altos de capacidad cognitiva apoyan con mayor fuerza la libertad de expresión para los grupos sociales en todo el espectro ideológico, también para los grupos que les disgustan relativamente,” dijo De Keersmaecker, autor principal de la investigación.
En un tercer estudio, los investigadores hicieron que 495 estadounidenses completaran una prueba de habilidad verbal más exhaustiva junto con una evaluación de la humildad intelectual. Luego, los participantes completaron las mismas medidas de apoyo a la libertad de expresión que en el estudio anterior. Una vez más, los investigadores encontraron una relación positiva entre la capacidad cognitiva y el apoyo a la libertad de expresión, que fue mediada por la humildad intelectual.
“Nuestros resultados demuestran que las personas con niveles más altos de capacidad cognitiva apoyan la libertad de expresión con más fuerza, y especialmente de manera más ‘amplia.’ En particular, también apoyan más la libertad de expresión para los grupos que expresan ideas con las que no están de acuerdo,” señaló De Keersmaecker.
“Sin embargo, el documento recibió cierta atención en las redes sociales, y algunas personas interpretaron estos hallazgos como una justificación del ‘discurso de odio,’ o que el ‘enfoque inteligente’ de la libertad de expresión es que debe ser absoluta, sin ninguna limitación. Este no es un mensaje que queremos transmitir, ni una conclusión que pueda extraerse del documento.”
“Cabe señalar que nuestros resultados muestran que las personas con mayor capacidad cognitiva apoyan más ampliamente la libertad de expresión, pero aún así diferencian entre los grupos y sus respectivas ideas. De hecho, para algunos grupos, como los que generalmente se asocian con el discurso de odio, el apoyo a la libertad de expresión sigue siendo limitado, pero, en interés de la discusión y el valor del intercambio de ideas, las personas con alta capacidad cognitiva tienen menos probabilidades de silenciar esas voces,” explicó De keersmaecker.
Finalmente debemos señalar que dentro de las limitaciones del estudio no queda claro qué tan bien se generalizan los resultados fuera de los Estados Unidos, particularmente en países que no tienen una fuerte tradición de protección del discurso. La investigación futura también podría emplear diversas medidas de inteligencia además de la capacidad verbal.
Referencia bibliográfica:
Keersmaecker, J. D., De keersmaecker, J., Bostyn, D. H., Van Hiel, A., & Roets, A. (s. f.). Disliked but free to speak: Cognitive ability is related to supporting freedom of speech for groups across the ideological spectrum. https://doi.org/10.31234/osf.io/b7kty
Fuente: Psypost