En marzo del año pasado los habitantes del planeta nos enteramos de la proliferación de una nueva enfermedad potencialmente mortal. Desde entonces, la información sobre COVID-19 invadió todos los medios de comunicación, redes sociales, noticieros, hasta programas de entretenimiento. Según los investigadores, cuanta más información sobre el coronavirus consume una persona más puede verse afectada su salud mental (Khubchandani et al., 2021).
Cómo afecta el volumen de información a la salud pública
El equipo de investigadores distribuyó un cuestionario online a más de 1800 estadounidenses, en cual les pidieron que indicaran cuán preocupados estaban por la cantidad de información relacionada con COVID-19 en los medios de comunicación. Las opciones de respuesta fueron: “nada preocupado”, “levemente preocupado”, “preocupado” o “muy preocupado”. También se les pidió que indicaran cuán preocupados estaban por la calidad de la información relacionada con COVID-19, donde la calidad se refería a la veracidad, confiabilidad y precisión de la información. Además, la encuesta incluyó el cuestionario de salud del paciente-4, que midió los síntomas de ansiedad y depresión.
Qué encontraron
Según los resultados, los encuestados estaban más preocupados por la calidad de la información relacionada con el coronavirus: el 64% dijo que estaba preocupado o muy preocupado, el 28% dijo que estaba un poco preocupado y solo el 8% dijo que no estaba preocupado en absoluto. Por el contrario, el 49% estaba preocupado o muy preocupado por la cantidad de información sobre el coronavirus, el 32% estaba ligeramente preocupado y el 19% no estaba preocupado en absoluto.
Pero cuando los investigadores realizaron un análisis de regresión lineal para comparar los dos tipos de preocupación con los síntomas psicológicos de los encuestados, solo la preocupación por la cantidad de información sobre COVID-19 pareció tener un efecto perjudicial en la salud mental de los participantes. Aquellos que estaban preocupados o muy preocupados por la cantidad de dicha información eran más propensos a tener síntomas de depresión, ansiedad o ambos. Por el contrario, sentirse preocupado o muy preocupado por la calidad de la información sobre el coronavirus no se asoció con la probabilidad de presentar síntomas de depresión o ansiedad.
Cuando los autores del estudio observaron los datos demográficos, los participantes que sintieron mayor preocupación por la cantidad de información de COVID-19 tendían a ser aquellos que eran más jóvenes, pertenecían a un grupo minoritario racial o étnico, tenían ingresos más bajos, tenían una educación más baja, estaban casados, tenían hijos en casa o vivían en una zona urbana. El equipo señala que los miembros de estos grupos probablemente estuvieron expuestos a un mayor número de dificultades socioeconómicas durante la pandemia, como sugieren estudios anteriores.
Mitigar el impacto psicológico
Ante estos hallazgos, el equipo aconseja el uso de estrategias para morigerar el impacto psicológico de la excesiva exposición a la información relacionada con la COVID-19 en los medios:
- hacer ejercicio fisico de forma regular,
- practicar técnicas para reducir el estrés, como meditación mindfulness y técnicas de respiración,
- establecer una rutina de sueño y descansar al menos 7 horas por día,
- y, principalmente, disminuir la cantidad de fuentes que consulta, eligiendo confiar en fuentes de información científicas confiables.
Referencia bibliográfica: Khubchandani, J., Sharma, S., Wiblishauser, M. J., Price, J. H., & Webb, F. J. (2021). COVID-19 related information and psychological distress: Too much or too bad? En Brain, Behavior, & Immunity – Health (Vol. 12, p. 100213). https://doi.org/10.1016/j.bbih.2021.100213
Fuente: Psypost