Un estudio longitudinal exploró los cambios en la severidad de los síntomas entre niños y niñas con trastorno del espectro autista (TEA).
El trastorno es considerado como espectro ya que los síntomas y su severidad varían mucho entre individuos. La autora principal, Einat Waizbard-Bartiv, y su equipo se interesaron por estudiar los cambios en la severidad de los síntomas a medida que pasa el tiempo, ya que no existe mucha investigación al respecto.
Hay cierta evidencia de que las personas con autismo experimentan cambios sustanciales en la severidad de los síntomas. Identificar estas diferentes trayectorias puede ayudar a señalar ciertos marcadores por los cuales esta población probablemente experimente un incremento, disminución o estabilidad en sus síntomas. Adicionalmente, tal vez podría indicar qué tipo de intervenciones serían más eficaces en cada caso.
¿Cómo se realizó el estudio?
Se recolectaron los datos de 86 niños y 36 niñas con autismo, que eran parte de un estudio longitudinal más grande, llamado Autism Phenome Projet.
A aproximadamente los 3 años de edad los niños y niñas eran evaluados para conocer la severidad de sus síntomas y habilidad cognitiva. También se evaluaba el funcionamiento adaptativo que incluye puntajes de socialización, comunicación, habilidades motoras y habilidades de la vida diaria. La evaluaciones fueron realizadas o supervisadas por clínicos entrenados y especializados en TEA y se repitieron cuando los participantes cumplieron 6 años.
¿Qué observaron?
Se calculó la extensión de los cambios en la severidad de los síntomas desde la primer evaluación hasta el seguimiento. Se asignó a cada niño y niña un puntaje de cambio, lo que dio como resultado tres grupos:
- Un grupo donde los síntomas permanecieron estables, marcado por puntajes que no cambiaron más de 1 punto (54.4%).
- Un grupo donde la severidad disminuyó por al menos 2 puntos (28.8%).
- Un grupo donde la severidad aumentó por 2 o más puntos (16.8%).
Cerca del 46% de los participantes experimentó cambios en la severidad de los síntomas.
Al explorar características que podrían diferenciar a los tres grupos, el equipo de investigación observó que la historia de intervenciones (total de horas de intervención recibidas a la semana) era similar en los tres grupos. Sin embargo, en el grupo donde la severidad de los síntomas había disminuido había mayor presencia femenina (36.1%). En dicho grupo también habían más niñas y niños con CI mas elevado (tanto en la línea base como en el seguimiento) y mejor funcionamiento adaptativo en el seguimiento.
En el grupo cuya severidad había aumentado, habían un grupo desproporcionadamente pequeño de niñas (8.3%), así como un CI más bajo y habilidades adaptativas reducidas con el tiempo.
Finalmente, en el grupo donde los síntomas se mantuvieron estables, tenía una proporción similar de niñas (55.6%) y niños, habilidades adaptativas estables y tendía a un aumento del CI con el tiempo.
Estos hallazgos sobre las niñas con TEA podría relacionarse a que ellas son más propensas a enmascarar sus síntomas.
El equipo de investigación planea explorar más asociaciones longitudinales en futuros seguimientos para ganar mayor conocimiento de cómo los niños y las niñas con TEA presentan diferentes trayectorias en la severidad de sus síntomas.
Referencia del estudio: Waizbard-Bartov, E., Ferrer, E., Young, G.S. et al. Trajectories of Autism Symptom Severity Change During Early Childhood. J Autism Dev Disord 51, 227–242 (2021). https://doi.org/10.1007/s10803-020-04526-z
Fuente: Psypost