Existen varias maneras de descender de peso para personas con sobrepeso u obesidad. Una vez logrado el objetivo, viene la fase de mantenimiento del peso saludable. Este momento puede ser muy difícil por varios factores, uno de los más desafiantes tiene que ver con las relaciones interpersonales.
El cambio en el estilo de vida de estas personas influye en quienes los rodean, haciendo que algunos sientan tal vez un poco de culpa, o puede que simplemente no esten de acuerdo con algunas de las decisiones tomadas por el individuo que baja de peso. Todo esto genera comentarios que se transforman en una dificultad para quien trata de mantener su estilo de vida saludable.
Lynsey Romo llevó a cabo una investigación en Estados Unidos (el país con mayor porcentaje de obesidad del mundo) para conocer cómo las personas afrontan el criticismo y la falta de apoyo.
Todos los participantes reportaron tener al menos alguna persona que tratase de subestimar o minimizar el esfuerzo que estaban haciendo para comer mejor y mantener un peso más saludable
Romo entrevistó a profundidad a 40 personas que habían tenido sobrepeso u obesidad (en promedio habían perdido 35 kilos) para saber qué herramientas comunicativas utilizaban para mantener la pérdida de peso al enfrentarse con desafíos planteados por familiares, amigos y colegas.
Según la autora, su estudio indica que esta población sufre un estigma luego de la pérdida de peso, incluyendo sarcasmos sobre sus nuevos hábitos saludables (“si hasta hace poco te comías todo”) o tener que escuchar que el esfuerzo no vale la pena porque, según lo que ellos han oído, probablemente volverán a ganar el peso que perdieron.
Tristemente, todos los participantes reportaron tener alguna persona que tratase de subestimar o minimizar el esfuerzo que estaban haciendo para comer mejor y mantener un peso más saludable.
¿Cómo afrontaban estas situaciones?
El estudio encontró que los participantes utilizaban varias estrategias comunicativas para prevenir o mitigar las amenazas, con el fin de mantener el peso y no perder sus relaciones interpersonales:
- Daban explicaciones sobre su manejo de peso o días de “permitidos” (también conocidos como cheat days).
- Aceptaban pero no consumían comida que se les ofrecía.
- Evitaban situaciones sociales donde hubiera comida involucrada.
- Comían alimentos no saludables pero en porciones más pequeñas para acomodarse al grupo.
- Afirmaban que no estaban juzgando a nadie sino que el cambio en el estilo de vida se debía a una elección personal o a razones de salud.
Sin duda debe ser difícil acomodarse a un estilo de vida saludable mientras que te ves casi obligado a recurrir a todos esos recursos (y probablemente otros más) para afrontar los sentimientos que esto causa en las personas que te rodean.
El estudio de Romo resalta una gran barrera que afrontan las personas que optan por una vida más saludable y que pone en peligro el mantenimiento de éstos nuevos hábitos. El estudio de estos temas nos permite diseñar estrategias que les ayuden a mantener una vida saludable y contar con el apoyo de las personas significativas para ellos.
Referencia del estudio original:
Lynsey K. Romo (2018) An Examination of How People Who Have Lost Weight Communicatively Negotiate Interpersonal Challenges to Weight Management, Health Communication, 33:4, 469-477, DOI: 10.1080/10410236.2016.1278497
Fuente: Psyblog