“Ayer descubrí un artículo de Sarah Merritt Ryan en Psychology Today que quiero compartir con ustedes. Sarah ha experimentado crisis psicóticas y, en este artículo, relata su viaje personal. Habla sobre cómo, al principio de su diagnóstico, se vio atrapada en sentimientos de victimización y lastima, y cómo logró transformar esos sentimientos en autocompasión genuina.
A continuación el artículo:
Cuando volví a casa del hospital psiquiátrico tras varias ocasiones de psicosis, solo quería esconderme en un agujero y morir. La única manera en que seguía adelante, eventualmente logrando salir de la cama algún momento del día, era a través del sentimiento de autolastima. Me impulsaba la idea de que mi vida no era justa y de que no debería haber tenido que pasar por episodios psicóticos ni ser diagnosticado con esquizofrenia si nadie más que yo conozco había tenido que hacerlo. Me enfocaba en lo que pensaba que se suponía que debía estar ocurriendo en mi vida, pero no estaba pasando, en lugar de enfrentar directamente lo que mi vida realmente implicaba y seguir adelante.
Me sentía apenada por mí misma y aislada. Una razón es que nadie habla de esta enfermedad y todos son muy reservados al respecto. Estaba perdido sobre cómo avanzar porque no conocía a nadie más en mi situación. Y debido a que no conocía a nadie similar a mí, no tenía idea de cómo procesar lo que me había sucedido y seguir adelante de manera positiva y constructiva.
Tener lastima de mi misma no es un respuesta efectiva
Tenerte lastima surge de la sensación familiar de que la vida es injusta contigo. Puede parece que todo los demás tiene una vida predecible, y que tu vida es rara, estigmatizada, dolorosa, y nada de esto tiene sentido.
Durante mucho tiempo sentí lastima por mi, lo que aumentó mi negatividad y resentimiento. Aferrarme a mi ira me daba poder, especialmente porque no estaba dispuesta a dejar ir el pasado. Si soltaba mi ira y lastima, significaría que no merecía algo mejor que mis experiencias. Significaría que lo que he pasado estaba bien y que soy el tipo de persona a la que le suceden estas cosas extrañas, que no debería esperar una vida “normal”.
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Con el tiempo, sin embargo, a medida que una experiencia positiva conducía a otra, comencé a reconstruir mi vida con paciencia. Con el tiempo, empecé a desarrollar empatía y compasión hacia mí misma, lo que me guió hacia adelante. Por primera vez en mi vida, acepté verdaderamente quién soy al desarrollar un amor propio y respeto genuino. El verdadero amor propio no se alinea con la lastima que antes sentía.
Tenerte lastima no te lleva a ninguna parte
Tras experimentar una crisis psicótica, lo único que pude sentir por mi misma fue lastima. Es un sentimiento tan primitivo que perpetúa la idea de que lo que me sucedió no está bien y que no fue justo. Aunque ese sentimiento puede parecer muy acertado, la autolastima encarna una resignación ante la situación, como si fueras una víctima indefensa. Aunque no tienes control sobre una condición médica como la psicosis, puedes tomar las riendas de tu vida después y tomar mejores decisiones para ti mismo por amor, en lugar de hacerlo por lástima.
Tenerte lastima no te hace sentir bien contigo mismo. La autolastima no te ayuda a tomar medidas activas para mejorar tu vida. Alimenta un sentido de impotencia y la sensación de que no puedes hacer nada para cambiar tu situación.
La autolastima sabotea el progreso. Aunque sientas lástima por tu situación actual, la autolastima te mantiene paralizada en un lugar donde crees que no hay nada que puedas hacer al respecto. La autolastima te deja congelada en el tiempo, deseando poder retroceder y tener una vida diferente, cuando eso es imposible. En lugar de eso, debes concentrarte en cómo hacer lo mejor que puedas con la vida y la suerte que realmente tienes.
La compasión lleva a la acción
Lo que he aprendido en mi recuperación de la esquizofrenia es lo que significa amarte a ti mismo. Lo que te sucedió no es tu culpa, pero solo tú puedes tomar medidas activas para avanzar y ayudar en el progreso. Aunque no sea tu culpa, solo tú puedes hacer lo necesario para solucionarlo.
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Si sientes lástima por ti mismo, piensas que no es justo que tengas que tomar un antipsicótico tan estigmatizado, así que decides no tomarlo. Piensas que no deberías tener que lidiar con todo esto. No es justo tener este diagnóstico tan embarazoso y vergonzoso, así que quizás te rindes.
En contraste, el amor verdadero por ti mismo te da un respeto propio genuino y te ayuda a hacer cosas en tu beneficio, de manera incremental, que conducen a un cambio duradero. Ser tu propio defensor significa hacer cosas cuando no tienes ganas o incluso cuando no parecen hacer una diferencia. Por ejemplo, puedes asistir a cada cita con el terapeuta y programarlas semanalmente, si es necesario. Puedes cumplir con la medicación diaria y asistir a las consultas de psiquiatría. Puedes hacer todo lo posible por describir cómo te sientes y piensas para que los profesionales puedan ayudarte. Cuando algo no está funcionando, puedes perseverar y encontrar con paciencia lo que sí funcionará. El amor significa no rendirse nunca contigo mismo y siempre mantener la esperanza de lo mejor. Sigues adelante por la pura voluntad de creer en ti mismo y en lo que puede ser tu futuro.
La autocompasión para avanzar en tu vida
La compasión significa ser el mayor defensor y campeón de ti mismo. La compasión es estar orgulloso de quién eres, de lo lejos que has llegado y de saber que puedes seguir mejorando poco a poco cada día. La compasión es hacer que te esfuerces en hacer cosas por ti mismo, incluso cuando no tengas ganas. La compasión es gracia y amabilidad hacia ti mismo, donde no practicas el auto-daño ni te consideras siempre una víctima indefensa. La compasión es darte un respiro y apreciar tus logros. El amor y la empatía por ti mismo van de la mano.
La compasión es el camino para detenerte un momento, mirar hacia atrás en tu vida y apreciar por lo que has pasado y lo lejos que has llegado. No puedes avanzar verdaderamente sin comprender por completo lo que has superado. Y luego, dejas de mirar atrás y sigues caminando. La compasión es la herramienta que te permite darte crédito por lo lejos que has llegado y sentirte orgulloso.
El amor verdadero no proviene de apreciar y enfocarte en todo lo que está bien en ti. Se trata de abrazar todo sobre ti, tanto las fortalezas como las debilidades. Es crear un plan para ti mismo con pleno conocimiento y aceptación de cada aspecto de quién eres. El amor verdadero no puede ser destruido por un diagnóstico estigmatizado ni por la medicina que tienes que tomar. El amor verdadero te llevará desde la persona que eras antes de la enfermedad hasta la persona en la que te conviertirás.
Esto también pasará, y tu dolor no será para siempre. Un día volverás a gustarte a ti mismo, estarás agradecido por la vida que tienes y querrás ser tú. Solo tienes que dejar ir el pasado.
Puntos clave:
- Es natural sentir algo de lástima por uno mismo y sentirse señalado, pero eso no te ayuda a largo plazo.
- Enfócate en la vida que realmente tienes y acepta sus desafíos en lugar de desear tener otra vida.
- La autolástima es negativa y no es ni de cerca tan poderosa como la compasión y el pensamiento positivo.