Son muchas las series y películas que han tratado el trastorno del espectro autista. Entre las últimas podemos mencionar las siguientes: Rain Man, Nell, Mi nombre es Khan, Adam o Superbrother, por mencionar algunas. Lo cierto es que llevar a la pantalla un tema tan delicado y transmitir al espectador cómo puede ser la vivencia de una persona con TEA, no es nada fácil. Sin embargo, la serie Atypical logra llevarnos desde el primer momento a ponernos realmente en la piel de su protagonista. y lo hace explotando los recursos audiovisuales al máximo, como lo puede ser, desde el primer, capítulo las voces en off que nos ayudan a entender la perspectiva del protagonista.
Recordemos que el autismo es un trastorno neurobiológico del desarrollo permanente, aunque cada síndrome autista conlleva una sintomatología particular, son base común a todos, los siguientes dos factores: 1) Presentar deficiencias persistentes en la interacción y la comunicación social; y 2) Poseer patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades. (Volden, 2017). Para saber más consulta este interesante artículo donde abordamos los mitos y verdades de éste trastorno.
Netflix se lanza a tarea de abordar éste tema tan complejo y lo hace impecablemente. Creada por Robia Rashid, el elenco de la serie está conformado por Keir Gilchrist, como Sam; Jennifer Jason Leigh como Elsa, madre de Sam; Michael Rapaport como Doug, el padre; Brigette Lundy-Paine como Casey, la hermana; y Amy Okuda como Julia, su terapeuta.
Entre comedia y drama, la serie trata sobre un joven que no se ajusta fácilmente en lo que muchos llamarían el mundo normal. Nuestro protagonista es un chico de 18 años, Sam Gardner, en busca de su independencia, del amor y encajar en un mundo que le presenta muchas dificultades y decepciones. Sin embargo en esta búsqueda encontramos situaciones reales, divertidas y tiernas que nos harán vivir toda una gama de emociones inolvidables. La primera temporada nos cuenta cómo es que éste trastorno impacta en la vida cotidiana de no sólo de Sam, sino de la familia.
Cada uno de los miembros de la familia de Sam, como en todas las familias, tiene un peso importante. Existe una línea narrativa muy particular, y a medida que se desarrolla la serie, se exploran los cambios y las tensiones que se manifiestan e influyen en la vida de cada uno de los miembros.
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Sam ilustra una tríada de impedimentos. Habla con una voz monótona (propia de un desarrollo verbal atípico), interpreta muy literalmente y no comprende las señales sociales (dificultades sociales y emocionales), y tiene obsesiones (restricciones imaginarias o comportamiento repetitivo), lo que se manifiesta en su caso como un interés por todo lo referente a la Antártida y el Ártico y toda la fauna de esos ambientes, especialmente los pingüinos.
Los clichés a debate
En toda serie o película que aborde una condición particular, casi siempre encontraremos rasgos o características de la misma bajo determinados sesgos, ya sea minimizados, amplificados, ridiculizados, y cortados a medida, casi siempre en función de una estrategia de marketing, a menos que el objetivo sea con fines educativos o reivindicativos. Por eso, nos sorprende gratamente que Netflix, no lo haga tan abruptamente. De hecho vemos muchas situaciones aterrizadas en la realidad con un tratamiento muy oportuno, cuidado y que ayuda a que los espectadores aprendamos un poco más sobre esta condición. Por ejemplo, derribar esta tendencia a funcionar en base etiquetas o diagnósticos. Fomentar una mirada dónde la persona es, con todas sus fortalezas, luchas y debilidades. La puntuación aquí es sutil, pero marca una gran diferencia.
Como hemos comentado, representar a las minorías en pantalla conlleva un riesgo siempre. Claro que tenemos la ventaja de hacer visible esta realidad y en base a ella poder normalizar y proporcionar herramientas de identificación y apoyo, pero lo cierto es que ya que la información que llega a la audiencia no es muchas veces correcta y pasa por filtros, puede perjudicar más que beneficiar al colectivo y sus familiares en cuestión.
Cuando hablamos de un personaje con autismo de alto funcionamiento, casi siempre veremos que se centran en sus dificultades de comunicación, sociales, emocionales, en las obsesiones y comportamiento repetitivo, corriendo el riesgo de dejar fuera otros muchos (valiente, divertido, incluso sociable…) que le lleven más allá de ser un estereotipo. Recordemos que nos referimos a un trastorno muy amplio que conlleva diversas características y grados.
A manera de ejemplo, por un lado vemos al personaje trabajando en una tienda relacionada con los ordenadores —estereotipo de nuevo— pero por otro lado, en las series que estamos acostumbrados, casi nunca vemos algo tan relevante como es el sufrimiento que le produce a una persona con TEA el no saber qué decir o el hacer comentarios inapropiados. Esta parte también la observamos tratada con realismo en Atypical.
En conclusión, creo que aunque se reflejan algunos estereotipos, en una valoración general la serie ayuda a entender lo que una persona con autismo (de alto funcionamiento) siente, sus sufrimientos y sus luchas diarias, así como el profundo impacto que sobre sus familias tiene. Consigue además alcanzar el difícil equilibrio entre el humor, el drama, la ternura y la reivindicación social. Muy recomendable.
Referencias
Colombo, M. (2017). Mitos y verdades del autismo. Disponible en https://www.psyciencia.com//mitos-verdades-autismo/
Volden, J. (2017). Autism Spectrum Disorder. California: Springer International Publishing.