Rina Raphael para The New York Times.
Los fabricantes usan palabras sin definiciones claras ni específicas, como “auxilia”, “promueve”, “apoya”, “estimula”, “potencia” y “optimiza” con la intención de sugerir resultados positivos para la salud. Jonathan Jarry, científico y divulgador científico de la Oficina para la Ciencia y la Sociedad de la Universidad McGill, afirmó que no hay una manera cuantificable de medir una palabra ambigua como “apoya”.
Las empresas que venden suplementos, cuya eficacia no tienen que comprobar ante la Administración de Alimentos y Medicamentos, muchas veces se valen de los términos antes mencionados. Pero, con frecuencia, se deslindan de la responsabilidad con una pequeña advertencia en los frascos que dice que el producto “no está destinado a diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad”.
Un buen artículo para que no gastes dinero en cosas que no sirven.