Los ansiolíticos son un tipo de drogas psicotrópicas que se utilizan para reducir la ansiedad y, en combinación con la psicoterapia, ayudan a aprender a afrontar las situaciones temidas (Myers, 2006).
Específicamente estas drogas deprimen la actividad del sistema nervioso central, disminuyen las frecuencias cardíaca y respiratoria a la vez que reducen sentimientos de nerviosismo y tensión. Ejemplo de ansiolíticos son el alprazolam (Xanax) y el diazepam (Valium). El diazepam y el clordiazepóxido son benzodiazepinas e inicialmente se las llamó tranquilizantes menores, mientras que a los antipsicóticos se los llamaba tranquilizantes mayores (Myers, 2006; Gross, 2005; Rathus, 2007).
Las benzodiazepinas se caracterizan por sus 4 efectos farmacológicos: hipnóticos, antoconvulsivos, ansiolíticos y miorrelajantes. Sin embargo, cada benzodiazepina los contiene en diferentes proporciones, es por eso que ésto determina su perfil de acción (Fernández García, González Viña y Peña Machado, 2003).
Las críticas al uso de este fármaco son que alivian los síntomas sin resolver los problemas subyacentes y que pueden producir dependencia psicológica, ya que la persona tenderá a tomarlo cada vez que sienta ansiedad, razón por la cual no se recomienda su uso prolongado ( Myers, 2006). También se han reportado casos en los que el individuo presenta síndrome de abstinencia luego de más de 6 meses de uso (Gross, 2005).
El mayor efecto secundario de estas drogas es el sentimiento de fatiga (Rathus, 2007).
Nota: Si estás tomando ansiolíticos no los dejes o modifiques sin consultar a tu médico.
Fuente:
Gross, R. (2005), Psychology, the science of mind and behaviour 5th edition. Hodder Arnold Publication
Myers, D. (2006), Psicología 7ma edición. Editorial Médica Panamericana:Madrid
Rathus, S. (2007), Psychology. Principles in practice. Holt, Rinehart and Winston: U.S.