El trastorno de ansiedad generalizada es una de las condiciones de salud mental con mayor prevalencia en el mundo. Su característica principal es la preocupación constante que sufre la persona, la cual es excesiva, incontrolable y concerniente a muchos y muy variados temas (salud, rendimiento académico, trabajo, etc). Esta preocupación es acompañada por la dificultad para cortar tales pensamientos por lo que se manifiestan con una intensidad y frecuencia sobredimensionadas respecto a la probabilidad real de que ocurra lo que se teme.
Las cargas de la ansiedad sobre la función cognitiva y el bienestar en general son múltiples, por ese motivo, comprender mejor cómo opera en el cerebro y el comportamiento es un paso importante para reducir esas cargas.
El estado de ansiedad se diferencia de la ansiedad general en que es un evento agudo provocado por una situación particular. Un estudio reciente (Ward et al., 2020) buscó conocer más sobre la forma en que el estado de ansiedad opera en la memoria de trabajo y en la cognición. Para ello, utilizaron el riesgo de exposición a una descarga eléctrica “dolorosa, pero tolerable”, mientras se desarrollaba una tarea asignada.
La memoria de trabajo es esencial para realizar todo tipo de funciones cognitivas y tareas diarias, incluido el razonamiento y la toma de decisiones; permite la representación activa y la manipulación de información durante un breve intervalo de tiempo. Las deficiencias en la memoria de trabajo están asociadas con dificultades de aprendizaje, poca capacidad de atención e incapacidad para planificar y completar tareas (complejas).
Cómo se desarrolló el estudio
Los investigadores asignaron una tarea de detección de cambios lateralizados a 60 estudiantes de pregrado, mientras se encontraban en un estado de ansiedad mayor.
En las pruebas les presentaron dos imágenes (en este caso, una serie de líneas rojas y azules), ligeramente a la izquierda y a la derecha de un punto central, y les pidieron que atendieran solo a un lado, y solo a algunas líneas (rojas) pero no a otras (azules). Tras una breve pausa, les mostraron un segundo conjunto de imágenes, en las que había un cambio sutil. Los participantes debían detectar correctamente tal cambio.
Qué encontraron
Si bien los investigadores demostraron que el estado de ansiedad afecta negativamente la capacidad de la memoria de trabajo, tal afectación no alteró la capacidad de filtrar distracciones (en este caso, las líneas azules), una teoría prominente en la literatura actual. Los autores señalan que muchos estudios que evidencian esta teoría se realizaron en el contexto de la ansiedad generalizada, en lugar del estado de ansiedad, lo que puede explicar las diferencias.
Hallaron también que el estado de ansiedad no tuvo ningún efecto en sus medidas conductuales primarias, lo que significa que los participantes fueron capaces de compensar con éxito para realizar tareas cognitivas en el mismo grado que sus pares menos ansiosos.
Estos hallazgos son valiosos para entender las maneras en que pueden aliviarse algunas de las cargas de la ansiedad, concluyen los autores.
Referencia bibliográfica: Ward, R. T., Lotfi, S., Sallmann, H., Lee, H., & Larson, C. L. (2020). State anxiety reduces working memory capacity but does not impact filtering cost for neutral distracters. En Psychophysiology (Vol. 57, Número 10). https://doi.org/10.1111/psyp.13625
Fuente: Psypost