En diciembre del 2019 tuvo origen un brote de COVID-19, en Wuhan, provincia de Hubei, China. Una cuarentena obligatoria entró en vigencia el 23 de enero de 2020.
Del mismo modo, muchos gobiernos a nivel global dispusieron medidas de cuarentenas obligatorias, aislamiento y distanciamiento social, con una directriz muy importante: quedarse cada uno en su casa.
“Se ha indicado que el número cada vez mayor de pacientes y casos sospechosos, así como el número creciente de provincias y países afectados por el brote, han suscitado la preocupación del público sobre la infección en este brote, lo que ha aumentado la ansiedad”, señalaron los autores de un nuevo estudio que identificó varios factores que podrían resultar protectores contra la ansiedad específica de esta pandemia.
¿Quienes participaron del estudio? Fueron encuestados 7143 estudiantes universitarios de la Facultad de Medicina de Changzhi en la provincia de Hubei. Alrededor del 20 % tenían síntomas leves de ansiedad, cerca del 3 % tenían síntomas moderados y alrededor del 1 % tenían síntomas graves.
¿Qué encontraron los investigadores? Los estudiantes que viven con sus padres tienden a presentar niveles más bajos de ansiedad en comparación con los estudiantes que viven solos. Los estudiantes de áreas urbanas, los estudiantes de familias con un ingreso estable y los estudiantes que reportaron un mayor apoyo social también tenían un riesgo reducido de ansiedad (Cao et al., 2020).
“Este resultado sugiere que es necesario un apoyo social efectivo y sólido durante las emergencias de salud pública,” dijeron los investigadores.
La gran mayoría de los participantes (99,45%) no tenía familiares o conocidos infectados con COVID-19. Como era de esperar, los pocos que tenían familiares o conocidos infectados con COVID-19 tenían más probabilidades de estar gravemente ansiosos.
¿Qué factores específicos se relacionaron con los síntomas de ansiedad? Varios factores estresantes relacionados con COVID-19 también se asociaron con síntomas de ansiedad, incluida la preocupación por las influencias económicas de la epidemia, la preocupación por los retrasos académicos y la influencia de la epidemia en la vida diaria.
¿Qué recomendaciones da el equipo de investigación? “La salud mental de los estudiantes universitarios se ve significativamente afectada cuando se enfrentan a emergencias de salud pública, y requieren atención, ayuda y apoyo de la sociedad, las familias y las universidades.”
Se recomienda la colaboración del gobierno y la sociedad civil para resolver este problema con el fin de proporcionar servicios psicológicos de alta calidad y oportunos orientados a la crisis.
Algunos Estados han organizado programas de voluntariado para ofrecer apoyo virtual y/o telefónico a poblaciones especialmente vulnerables, como adultos mayores que viven solos y por formar parte de un grupo de riesgo se encuentran completamente aislados.
Referencia bibliográfica:
Cao, W., Fang, Z., Hou, G., Han, M., Xu, X., Dong, J., & Zheng, J. (2020). The psychological impact of the COVID-19 epidemic on college students in China. En Psychiatry Research (p. 112934). https://doi.org/10.1016/j.psychres.2020.112934
Fuente: Psypost