La amígdala es una estructura del cerebro que se encarga de las emociones y que está estrechamente relacionada con el proceso de aprendizaje y la memoria. Es uno de los principales núcleos que conforman el sistema límbico, un complejo sistema que se encarga del procesamiento y generación de emociones que se encuentra en lo que se conoce con el nombre de cerebro medio.
Se trata de una estructura bastante compleja que, como sucede con casi todo el cerebro, aún no se conoce la totalidad de sus funciones e implicaciones, pues a medida que avanzan las investigaciones científicas se revelan cada vez más misterios del maravilloso complejo amigdalino y su impacto en la vida y supervivencia de los mamíferos.
¿Qué es la amígdala?
La amígdala es una estructura subcortical que se encuentra ubicada en la parte interna del lóbulo temporal medial de todos los mamíferos. Se encarga de controlar todo lo relacionado con las emociones y los sentimientos. Junto con otras estructuras cerebrales conforma el sistema límbico.
Cuenta con una gran cantidad de conexiones que van hacia el encéfalo, y se sabe que además de influir en las emociones, juega un papel fundamental en el proceso mnémico. Al ser una estructura tan compleja e importante, cuenta además con la posibilidad de afectar la manera en la que funciona todo el organismo y el sistema nervioso.
Es una pieza clave de la supervivencia de los mamíferos, pues se encarga de dar una respuesta fisiológica y conductual ante los estímulos, integrando las emociones con las respuestas establecidas que se tienen (patrones conductuales).
Su importancia radica en que no solo se trata de una estructura que se encarga de generar las emociones ante las diversas situaciones que se presentan, sino que además tiene la capacidad de inhibir conductas, lo cual ha sido clave para la supervivencia y evolución de los mamíferos, incluyendo a los seres humanos.
Se encarga además de la expresión somática que se tiene ante las emociones que se presentan y la coordinación entre esas emociones y su sentimiento de manera consciente siendo una pieza clave para el aprendizaje basado en las experiencias emocionales.
También se le conoce con el nombre de complejo amigdalino, esto debido a que está formada por 3 partes, siendo una de las estructuras más complejas del cerebro de la cual aún no se logra comprender por completo su función e implicaciones en la vida entera de los mamíferos.
Complejo amigdalino: las 3 partes de la amígdala
La amígdala está conformada por 3 partes, como mencionamos anteriormente y ellas son:
- Núcleo corticomedial. Es la parte encargada del control hormonal y captación de feromonas, por ende tiene un papel importantísimo en la función sexual de los mamíferos, además de ser la parte encargada de producir la sensación de saciedad al comer.
- Núcleos basolaterales. Estos núcleos se encargan, junto al núcleo corticomedial, de producir la saciedad. Son fundamentales también en el aprendizaje de las respuestas emocionales, principalmente las relacionadas con el miedo.
- Núcleo central. Es el principal responsable de las respuestas emocionales. Su función afecta directamente al sistema nervioso autónomo y a las respuestas físicas en relación con las respuestas emocionales.
Funciones de la amígdala
Como varias de las estructuras cerebrales, la amígdala cuenta con diversas funciones que permiten a los mamíferos poder funcionar y sobrevivir. Es importante tener en cuenta que aún quedan misterios en relación con todas las funciones que cumple esta compleja estructura. A continuación veremos algunas de ellas.
Respuesta emocional
La amígdala no sólo se encarga de producir una respuesta emocional, sino que es capaz de anticiparla, teniendo en cuenta los estímulos que se presentan produciendo reacciones fisiológicas que nos preparan para inhibir respuestas o actuar, como tensión muscular, aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la respiración, etc.
Se ha determinado que la amígdala es fundamental para la percepción y producción de reacciones relacionadas con el miedo, incluso se han realizado estudios mediante el procesamiento musical donde se ha observado que los pacientes con lesiones en la amígdala son incapaces de percibir la música que se asocia al miedo.
Memoria episódica
Una de las cualidades más destacadas de la amígdala es su función dentro de la memoria episódica, la cual nos ayuda a rememorar situaciones que se han vivido previamente. Permite recordar emociones asociadas a eventos particulares, sobre todo cuando han tenido un impacto emocional importante.
Gracias a esta función se puede recordar lo que se estaba haciendo con detalles, e incluso nos permite ser capaces de sentir como si estuviéramos viviendo de nuevo determinadas situaciones, principalmente aquellas en las que ha estado presente el miedo como emoción central.
Procesamiento de la información
La amígdala es la estructura que se encarga de recoger toda la información de alrededor para determinar una respuesta emocional ante ello que nos permita mantenernos a salvo, y en esto juegan un papel importante las experiencias previas.
Por ejemplo, si hemos sido atacados por un perro es más probable que estemos atentos de cualquier perro que pueda estar en la calle. Nuestra atención se enfoca en la búsqueda de ese estímulo significativo que tiene importancia para nosotros.
Análisis social
Por otro lado, a través de las funciones de la amígdala podemos determinar si otras personas son o no confiables, mediante la evaluación y análisis de su rostro y expresiones faciales, siendo fundamental dentro del proceso de cognición social.
En lo que se refiere a ello, estudios como el de Winston y colaboradores (2002) o el estudio de Engell y colaboradores (2007), ambos realizados con imágenes cerebrales, informaron que la actividad de la amígdala aumenta cuando una persona se enfrenta a una cara de aspecto poco fiable.
Y otro estudio, de Adolphs y colaboradores (1998), encontró que pacientes con lesiones bilaterales en la amígdala evalúan cada rostro que se les presenta como digno de confianza, y que la amígdala se activa cuando una persona se encuentra con rostros temerosos. Estos hallazgos demostrarían que las personas perciben que un objeto, en este caso un rostro, es digno de su confianza cuando la amígdala no está activada.
Aprendizaje emocional
La amígdala también se encarga de ayudar a que el cerebro sea capaz de consolidar y posteriormente almacenar toda la información que ha tenido implícito un impacto emocional. Mientras mayor sea el impacto emocional, más fuerte se consolidará el aprendizaje.
Por eso resulta sencillo recordar aquellas cosas que se han aprendido o vivido con emociones intensas (sobre todo agradables), como la alegría, y más aún aquellas que se han aprendido con miedo, pues su huella emocional ha sido más fuerte.
Referencias:
- Adolphs, R., Tranel, D. & Damasio, A. The human amygdala in social judgment. Nature 393, 470–474 (1998). https://doi.org/10.1038/30982
- Andrew D. Engell, James V. Haxby, Alexander Todorov; Implicit Trustworthiness Decisions: Automatic Coding of Face Properties in the Human Amygdala. J Cogn Neurosci 2007; 19 (9): 1508–1519. doi: https://doi.org/10.1162/jocn.2007.19.9.1508
- Winston, J., Strange, B., O’Doherty, J. et al. Automatic and intentional brain responses during evaluation of trustworthiness of faces. Nat Neurosci 5, 277–283 (2002). https://doi.org/10.1038/nn816