Después de realizar un análisis funcional de la conducta problema y establecer los objetivos terapéuticos, los terapeutas que trabajan con la terapia de aceptación y compromiso (ACT) utilizan el proceso de la desesperanza creativa para mostrar a los consultantes que los intentos de control de los pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones (eventos privados) no son estrategias efectivas para reducir el malestar y que irónicamente generan todo lo contrario: aumentan el sufrimiento psicológico. Todo este proceso no se hace a través de simples explicaciones teóricas, sino por medio de ejercicios experienciales y metáforas.
Los colegas de TerapiasContextuales.com (que por cierto tienen un estupendo curso de metáforas en la práctica clínica) compartieron esta metáfora conocida en ACT que ilustra este concepto en el tratamiento de la depresión:
Imagina que la depresión en la que te encuentras ahora se parece un poco al juego de tirar la cuerda con un monstruo grande.
A veces sientes que no vas a conseguir ganar, cuanto más tiras, más fuerte tira el monstruo hacia su terreno.
Te das cuenta que entre los dos hay un abismo sin fondo, y si pierdes sabes que serás arrastrado al interior del abismo y ahí te vas a quedar para siempre.
Pero imagínate que para ganar en realidad tienes que hacer otra cosa completamente diferente.
Tal vez para ganar no tienes que tirar excesivamente de la cuerda. Tal vez para ganar debes de descubrir la manera de soltarte de ella.
En esta metáfora, le persona y la cuerda es una representación de lo que se quiere controlar con la depresión, puede la forma de sentir o los propios pensamientos.
Y el monstruo es el miedo paralizante, que por ese mismo miedo dejamos de hacer muchas cosas, o al contrario hacemos muchas cosas para evitar sentirlo. El monstruo puede tener en diferentes formas, emociones, personas, eventos o situaciones que estes evitando.
Muchas veces para ganar la batalla con el miedo, solamente tenemos que soltar el control, soltar la cuerda. El monstruo siempre va a estar ahí, pero ahora sabes que ya no te arrastrará al abismo, porque en lugar de tirar y pelear con el, ahora solo aceptas su presencia.
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