La situación a la que se enfrentan algunos padres cuyo hijo o hijos tienen alguna discapacidad supone un fuerte impacto psicológico, en el que el estrés, depresión y ansiedad ente otras variables, están presentes e influyen de manera directa en el propio hijo o hijos. El estado de éstos padres a la hora de cuidar a sus hijos es importante, por lo que estudiar las variables que influyen en los padres de niños con discapacidad es interesante para poder intervenir en ellos y así mejorar el clima de convivencia.
Se pueden diferenciar entre la discapacidad física, psíquica y sensorial:
- Física: aquella que limita el desempeño motor de la persona e incluye anomalías orgánicas, en el aparato locomotor o las extremidades, asó como alteraciones en el sistema nervioso y alteraciones viscerales.
- Psíquica: se refiere a ciertos trastornos mentales o emocionales, además de otros trastornos que pueden llegar a ser crónicos y erosionan o impiden el desarrollo de sus capacidades funcionales sobre tres o más aspectos primarios de la vida cotidiana y menoscaban o impiden el desarrollo de la propia autosuficiencia económica.
- Sensorial: se define como aquella que está relacionada con la disminución de los sentidos.
Puede haber comorbilidad entre las distintas discapacidades. A su vez, estas discapacidades se ordenan por porcentaje de minusvalía con los siguientes intervalos:
- Menor del 33%
- 33% al 64%
- 65% al 74%
- Superior al 75%
Este porcentaje se calcula en función de las limitaciones en la actividad diaria. Una vez que este porcentaje llega al 25% entran a formar parte los factores sociales.
En este estudio se va a estudiar el afrontamiento y el estilo de crianza en padres de niños con discapacidad. Lazarus y Folkman (1984) dicen que “El afrontamiento al estrés se refiere a todos los esfuerzos cognitivos y conductuales que emplea la persona para hacer frente a las situaciones estresantes, así como al malestar emocional asociado a la respuesta al estrés”. Estos autores propusieron ocho estrategias de afrontamiento centradas tanto en el problema como en la emoción para hacer frente a estresores.
Por otro lado, con los estilos de crianza, los padres marcan unas metas y actitudes para educar a sus hijos en función de la cultura y la personalidad. En los diferentes estilos de crianza influyen un gran número de variables, lo que pone de manifiesto lo complejo del desempeño de los padres. Baumrind (1973) identificó cuatro patrones principales de educación. Estos fueron autoritario, permisivo, democrático e indiferente. En la Figura 1 se puede observar una breve representación de estos estilos de crianza.
Figura 1: Representación de Estilos de Crianza
Este estudio tiene como objetivo general observar las diferencias en afrontamiento y estilos de crianza en padres de niños con discapacidad.
Para ello se contó con una muestra de 60 padres y madres de niños con discapacidad psíquica, física, sensorial y mixta (física y sensorial, y física y psíquica).
Para su estudio, se procedió a evaluar a los padres mediante un cuestionario sociodemográfico, para controlar variables contaminadoras o extrañas, como tiempo que hace desde que recibieron el diagnóstico, número de hijos o el lugar que ocupa el niño con discapacidad entre los hermanos, entre otros. También se pasó el Cuestionario de Prácticas Parentales de Robinson y cols. (1995) y el Inventario de Estrategias de Afrontamiento CSI.
Se realizó un diseño correlacional de comparación entre grupos.
Para su análisis, se realizaron estadísticos descriptivos, la prueba U de Mann-Whitney, la prueba de Kruskal-Wallis y la Correlación de Pearson.
Tras realizar los análisis, se encuentra que los padres van a afrontar de la misma manera la situación independientemente del tipo de discapacidad, porcentaje de minusvalía, si es el padre o la madre y los años que hace que recibieron el diagnóstico.
En este estudio, se encuentra que los estilos de crianza no van a variar entre los distintos tipos de discapacidad ni entre el padre o la madre. En cambio, se encuentra que varía en función del porcentaje de minusvalía que tenga el hijo para el estilo de crianza Autoritario y Permisivo, siendo más autoritarios cuanto menos porcentaje de minusvalía tenga el hijo.
Por otra parte, los padres con hijos con un grado de minusvalía medio (65-74%), se sitúan o en el estilo Permisivo o Autoritario. Para el estilo Autoritativo no se encuentran diferencias significativas en función del porcentaje de minusvalía.
Debido a que hay una correlación positiva entre el afrontamiento adecuado y el estilo Autoritativo y una correlación positiva entre el afrontamiento inadecuado y los estilos Permisivo y Autoritario, se puede concluir que si hay un manejo adecuado, es indiferente el grado de minusvalía del hijo, ya que los padres tendrán un estilo Autoritativo, lo que fomentara la autonomía, madurez y éxito académico de los niños.
También se encuentran diferencias significativas en los estilos de crianza en función de los años que recibieron el diagnóstico, situándose en un estilo más Permisivo o Autoritario después de los primeros años tras recibir el diagnóstico (3-6 años).
Por los resultados obtenidos se considera importante trabajar el afrontamiento con estos padres, ya que es un factor de protección del estrés y se relaciona de forma positiva con el estilo de crianza Autoritativo, caracterizado por la comunicación bidireccional, una conducta asertiva, castigos razonados y verbales, expresando afecto y cariño, y utilizando el control. Con este estilo de crianza se desarrolla la autonomía, madurez y éxito académico del niño.
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