Los humanos somos críticos y juicios por naturaleza. Sin embargo, resulta interesante observar cómo nuestros juicios cambian cuando nos enteremos de que una persona atravesó dificultades en su infancia.
Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Missouri desarrolló una investigación que muestra el efecto asimétrico de nuestros juicios.
Juicios asimétricos
Según la investigación: en el caso de comportamientos negativos o antisociales, vemos las acciones de las personas con experiencias adversas durante su infancia, no como un reflejo de su carácter moral, sino más bien como un reflejo del entorno en el que crecieron. En cambio, cuando alguien ha experimentado adversidad en la infancia y hace algo bueno, tendemos a pensar en ese comportamiento más como un reflejo de su personalidad (fuerte, decidida, esforzada) y no de su ambiente. Y por lo tanto los elogiamos más por ello.
La investigación
El estudio, basado en un análisis estadístico de encuestas realizadas a 248 participantes, sugiere que las personas tienden a creer que sufrir de adversidades en los primeros años de vida es una “experiencia deformadora” que altera el desarrollo moral de un individuo. En este sentido, perciben que las adversidades en la infancia puede desviar a las personas de su verdadera esencia y llevarlas por un sendero antisocial.
Esta investigación se basa en los trabajos previos de los autores en los que encontraron también que las personas tienden a considerar a un delincuente violento como menos culpable y menos merecedor de castigo cuando se les informa que el acusado sufrió graves daños en la infancia. También encontraron que las personas tienden a elogiar más a alguien por sus buenas acciones como adulto después de descubrir que esa persona tuvo que superar adversidades o sufrimientos en su infancia, como abuso y negligencia.
Referencia: Philip Robbins, Fernando Alvear. Deformative Experience: Explaining the Effects of Adversity on Moral Evaluation. Social Cognition (En publicación), 2023 abstract