“Por subgrupo, lesbianas, gays, bisexuales y adolescentes tienen un riesgo elevado de suicidio en relación con los heterosexuales. Por ejemplo, los bisexuales tienen más probabilidades de considerar, planificar o intentar el suicidio que los heterosexuales”.
A esta conclusión llega un nuevo estudio publicado en la revista JAMA, donde se describen los hallazgos de un grupo de investigadores en relación con el riesgo de suicidio en adolescentes pertenecientes a las minorías sexuales (comunidad LGBT) en los Estados Unidos.
Los resultados fueron obtenidos a lo largo del año 2015, cuando se identificó el suicidio como la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 34 años y la tercera más importante en adolescentes de 10 a 14 años. Grosso modo, los datos confirman que los jóvenes de minorías sexuales tienen un mayor riesgo de considerar, planear o intentar suicidarse en comparación con sus pares heterosexuales.
Cifras preocupantes que evidencian un flagelo social
Según el estudio, el 40% de las lesbianas considera el suicidio frente al 19,6% de las mujeres heterosexuales, mientras que, de los hombres homosexuales, el 25,5% considera el suicidio en comparación con el 10,6% de los hombres heterosexuales. Entre los factores psicosociales que conducen a los pensamientos suicidas elevados, planes o intentos suicidas en los jóvenes LGBT, se encuentran los altos niveles de discriminación y rechazo por parte de familiares y amigos, así como los actos de violencia y crímenes de odio.
Los investigadores concuerdan en que sacar de circulación la actual estigmatización que predomina aún en algunos sectores en torno a la identidad de las personas LGBT puede reducir el riesgo de suicidio entre los jóvenes y adultos homosexuales. Este estudio proporciona datos valiosos para los investigadores y responsables políticos que buscan métodos basados en la evidencia para reducir el suicidio en adolescentes, especialmente para aquellos pertenecientes a las minorías sexuales.
Para Caputi, Smith y Ayers, autores del estudio, los riesgos sustanciales de suicidio entre las minorías sexuales merecen una reacción integral que involucre inversión en investigación para comprender y prevenir el suicidio entre las minorías sexuales.
“Los médicos deben analizar la orientación sexual de los pacientes y asignar recursos apropiados de salud mental. Los cuidadores deben vigilar las señales de conductas de riesgo de suicidio entre las adolescentes de minorías sexuales y buscar ayuda de apoyo cuando lo justifique”, escriben.
El estudio está limitado por la falta de datos sobre los riesgos de suicidio entre los adolescentes transgénero, pero estudios previos sugieren que cerca de la mitad de la población trans puede haber intentado suicidarse. Los investigadores también reconocen que la tasa de respuesta obtenida (60%) puede limitar la generalización de sus resultados. Se necesitan más investigaciones que incluyan adolescentes trans y una tasa de respuesta más consistente.
Fuente: Mad In America; JAMA
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