Hay quienes aseguran “no poder funcionar” sin una taza de café bien cargado a primera hora de la mañana para entrar en sincronía con la rutina diaria. Pero ¿qué ocurre cuando los amantes de la cafeína pasan por alto su dosis cotidiana para emprender la jornada?
La somnolencia, la irritabilidad, la jaqueca, la consipación, la dificultad para concentrarse, el letargo y la tendencia a la depresión son algunos efectos secundarios comunes de la abstinencia del café que muchos amantes de la cafeína seguramente desconocen desconocen.
La explicación bioquímica acerca de los efectos negativos que produce la adicción al café en periodos de abstinencia es determinante y se describe muy bien en el siguiente artículo publicado por Medical Daily: las moléculas de cafeína son similares a las moléculas de adenosina (la cual tiene, entre otros, un efecto sedante e inhibitorio sobre la actividad neuronal). Esto significa que el consumo de café satura los receptores que emplea la adenosina y bloquea su función; al momento de ocurrir esto, la cafeína detiene la actividad de la adenosina al tiempo que estimula los neurotransmisores haciéndonos sentir energizados luego de beber una taza.
Desde luego, esto solo funciona en la medida en que el consumo de café sea diario; cuando dejamos de tomar café, el funcionamiento de los receptores antes bloqueados cambia instantáneamente de modo que terminamos sintiéndonos más somnolientos. Además, los síntomas de la abstinencia pueden incluir anomalías en el ritmo cardíaco, ansiedad y desorientación.
En cuanto al vínculo entre la abstinencia del café y la depresión, un artículo publicado por Mayo Clinic destaca que cambios de ánimo drásticos podrían verse reflejados en personas que son particularmente sensibles a los efectos de la cafeína o la han consumido durante demasiado tiempo. En este caso, el insomnio a causa de la abstinencia podría afectar anímicamente al individuo; también la suspensión abrupta del consumo podría empeorar la depresión en caso de haberla anteriormente mientras el organismo se acostumbra al cambio.
El consumo exagerado de café se ha convertido en un hábito común en una sociedad donde los niveles de estrés y el ritmo de vida parecer exigir un estado alterado (y acelerado) de conciencia para subsistir. No obstante, la opinión común en relación con la cafeína seguramente cambiaría un poco si las personas tuvieran acceso a información importante acerca de los efectos secundarios de la abstinencia de cafeína y lo complejo que puede ser tratar dicha abstinencia.
Según la web especializada Caffeine Informer, los síntomas de la abstinencia podrían durar apenas un par de días o una semana para personas cuyo consumo de café ha sido ligero, pero para aquellos que han sido amantes desmedidos de la cafeína (un consumo aproximado de 1.000 mg o más al día), los efectos negativos de la abstinencia podrían llegar a durar 2 meses o más.
Una hipótesis ya propuesta en estudios anteriores sugiere que los síntomas de la abstinencia del café podrían ser también una consecuencia psicológica de “creer que vamos a experimentar síntomas de abstinencia”, o en otras palabras, lo que se conoce como expectativa. En este caso, las jaquecas (que constituyen un síntoma muy común) podrían ser resultado de esperar que vamos a tener jaquecas si dejamos de tomar café, lo cual equivale en realidad a un conjunto de síntomas autogenerados.
De cualquier forma, los componentes químicos de la cafeína y el efecto que estos producen en el cerebro debería bastar para que los amantes del café se pregunten dos veces si es buena idea “depender de la taza” para empezar bien el día.
Fuente: Medical Daily | Caffeine Informer | Mayo Clinic
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Cuál es la dosis recomendable de café?
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