Llega a la consulta una persona de sexo femenino de unos 37 años a quién vamos a llamar María. Ella fue muy insistente en pedir la consulta y que fuese conmigo dado que necesitaba que sea con un profesional sexólogo. Estuvo dispuesta a esperar 2 meses hasta que tuve un hueco en la agenda y pude ofrecerle una cita. El día de la entrevista se presentó en el horario establecido. Al ingresar, se la notaba con vergüenza acerca de aquello que estaba a punto de comentarme. Luego de explicarle las reglas básicas de la terapia y en qué consistía el secreto profesional, me preguntó si no me molestaba que hablara sin demasiado tecnicismos ya que podría marearse intentando buscar las palabras correctas. Naturalmente la alenté a que pudiera hablar con ella quisiera y sin ningún tipo de tapujo.
Finalmente decidió dar el primer paso y decir lo siguiente “Gabriel estoy acá porque verdaderamente no sé si tengo algún problema o no, si necesito iniciar una terapia o con esta conversación es suficiente. Estoy perdida. El tema es que desde hace un tiempo a acá me inicié en el mundo de las aplicaciones de citas y me doy cuenta de que pasó mucho tiempo en ellas, que me encanta verme con hombres que sean algunos años más chicos que yo y calentarlos. He llegado a estar con más de uno en el mismo día. O sea, siempre 1 a 1, pero luego de estar con ese tipo, algunas horas más tarde, me fui a encontrar con otro, y me doy cuenta de que lo disfruto mucho. Pero también me pregunto si es un problema lo que tengo ¿o qué? Por eso estoy acá”.
Si bien la entrevista continuó por los canales que debía continuar una primera entrevista de admisión, me llevó a pensar y querer compartir con ustedes algunas reflexiones en torno a la adicción al sexo.
Muchas personas disfrutan del sexo y necesitan practicarlo a diario solas o en pareja. Tener sexo es algo sano y de hecho provee una serie de beneficios tanto físicos como mentales (Mollaiolli et al., 2020). Eso sí, que su práctica no se convierta en un comportamiento obsesivo o un deseo incontrolable.
En el caso que esto llegara a ocurrir, entonces ¿podríamos estar hablando de una adicción al sexo?
El Consejo Nacional sobre Adicción y Compulsividad Sexual describe la adicción sexual como “patrones persistentes y crecientes de comportamiento sexual que se manifiestan a pesar de las crecientes consecuencias negativas para uno mismo y para los demás”. La evaluación de la adicción sexual muestra que no es necesariamente la frecuencia o el tipo de comportamiento, sino la pérdida de control, o la compulsividad y las consecuencias negativas, lo que indica adicción (Orzack & Ross, 2000).
Hoy en día, el constructo previamente citado no se encuentra descripto en los manuales tradicional de clasificación de trastornos mentales, ya sea, el DSM o la CIE. Lo que sí podemos ubicar en el DSM, en su última versión DSM – 5 – TR y su antecesora, es el trastorno hipersexual. Este trastorno se encuentra caracterizado por aumento en la frecuencia, intensidad de fantasías, excitación, impulsos y conductas sexuales no parafílicas, asociadas con impulsividad, que provocan malestar significativo, deterioro social u ocupacional. Presenta alta prevalencia en varones y elevada comorbilidad en el Eje I (Hipersexualidad, Trastorno Hipersexual Y Como, 2013).
En cuanto a la caracterización del trastorno hipersexual, ésta se ve diferente en cada persona. Quién lo presenta posee una preocupación excesiva por fantasías, impulsos o conductas sexuales que son difíciles de controlar, presentan angustia o afecta, de manera negativa, la salud, el trabajo, las relaciones u otros aspectos de la vida.
La conducta sexual compulsiva puede comprender una variedad de experiencias sexuales que normalmente son agradables. Como, por ejemplo: la masturbación, el cibersexo, múltiples parejas sexuales o el consumo de pornografía. Cuando estas conductas sexuales se transforman en un elemento que la persona lo considera esencial para su vida, los considera difíciles de poder controlar y son disruptivas o perjudiciales para sí o para los demás, pueden entonces considerarse comportamientos sexuales compulsivos.
Las personas con hipersexualidad presentan con mayor frecuencia alteración de la dinámica de pareja y familia, mayor riesgo de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, problemas laborales derivados del consumo de pornografía en las horas de trabajo y presencia de malestar personal como consecuencia de su conducta sexual (Chiclana, 2012).
Los principales síntomas asociados a la hipersexualidad pueden dividirse entre los conductuales y los cognitivos:
Síntomas conductuales del trastorno hipersexual:
- Contactos sexuales frecuentes
- Masturbación compulsiva
- Búsqueda de nuevos contactos sexuales para huir del aburrimiento provocado rápidamente por los anteriores
- Tentativas repetidas e infructuosas de poner fin o reducir las conductas sexuales excesivas
- Participación en actividades sexuales sin excitación psicológica
- Problemas judiciales relacionados con la conducta sexual
- Recurso frecuente a la pornografía
Síntomas cognitivos y emocionales del trastorno hipersexual:
- Pensamientos obsesivos concernientes a la sexualidad y las relaciones sexuales
- Sentimientos de culpabilidad por las actividades sexuales excesivas y problemáticas
- Soledad, aburrimiento o sentimiento de rabia como desencadenante
- Depresión y baja autoestima
- Vergüenza sobre las conductas sexuales propias
- Indiferencia respecto a las parejas sexuales habituales
- Falta de control en general, en la vida (no exclusivamente con la conducta sexual)
- Deseo de huir o suprimir emociones desagradables
- Preferencia por el sexo anónimo
- Costumbre de disociar la vida privada de la sexualidad (Fernández, 2019).
¿Qué causa la hipersexualidad?
Hoy en día no es claro qué causa exactamente la hipersexualidad. La investigación señala las siguientes como posibles causas de esta condición:
- Se cree que condiciones como la epilepsia causan daño a algunas partes del cerebro, lo que a su vez podría desencadenar la condición.
- Un desequilibrio químico en el cerebro: el cerebro controla casi todo nuestro funcionamiento diario, incluido el comportamiento sexual. Un desequilibrio químico podría causar una completa falta de interés en los impulsos o comportamientos sexuales o hipersexualidad. Hay alguna evidencia que sugiere que un desequilibrio de dopamina podría desencadenar la condición.
- Medicamentos: según algunos investigadores, la hipersexualidad podría desarrollarse como un efecto secundario de ciertos medicamentos. Se ha descubierto que los medicamentos de reemplazo de dopamina, que generalmente se usan para tratar la enfermedad de Parkinson, a veces causan hipersexualidad.
Además de las causas probables de la afección, ciertos factores de riesgo podrían poner a algunas personas en mayor riesgo de desarrollar la afección que a otras. Estos incluyen abuso de drogas o alcohol, antecedentes familiares de problemas de salud mental y abuso sexual (Kwong, 2022).
Tratamiento para la hipersexualidad
Al igual que con muchas otras condiciones de salud mental, la hipersexualidad se trata más comúnmente con una combinación de medicamentos y psicoterapia.
Medicamentos
Una de las causas probables de la hipersexualidad es un desequilibrio químico en el cerebro. Los medicamentos pueden ayudar con esto y ayudar a aliviar los síntomas de la afección. Los medicamentos recetados a menudo para ayudar con la hipersexualidad incluyen:
- Estabilizadores del estado de ánimo: Algunas investigaciones muestran que podrían ayudar a reducir los impulsos sexuales en personas que tienen hipersexualidad.
- Antidepresivos: En ciertos casos, la hipersexualidad puede ser provocada por otras condiciones de salud mental como la depresión. El tratamiento de la condición que desencadena la hipersexualidad también podría ayudar a controlar los impulsos y comportamientos sexuales. Los IRSS, en particular, se han recetado y se ha demostrado que ayudan a las personas con hipersexualidad.
- Naltrexona. La naltrexona (Vivitrol) generalmente se usa para tratar la dependencia del alcohol y los opiáceos y bloquea la parte del cerebro que siente placer con ciertos comportamientos adictivos. Puede ayudar con las adicciones conductuales, como el comportamiento sexual compulsivo o el trastorno del juego.
- Antiandrógenos. Estos medicamentos reducen los efectos biológicos de las hormonas sexuales (andrógenos) en los hombres. Debido a que reducen los impulsos sexuales, los antiandrógenos a menudo se usan en hombres cuyo comportamiento sexual compulsivo es peligroso para los demás.
Psicoterapia
La psicoterapia, puede ayudar a aprender cómo manejar el comportamiento sexual compulsivo. Los tipos de psicoterapia incluyen:
- La terapia cognitivo conductual (CBT, por sus siglas en inglés), Fundamentalmente se centra en enseñar al consultante estrategias para hacer que estos comportamientos sean menos privados e interfieren con la posibilidad de acceder a contenido sexual tan fácilmente.
- Terapia de aceptación y compromiso, que es una forma de TCC que enfatiza la aceptación de pensamientos e impulsos y el compromiso con estrategias para elegir acciones que sean más consistentes con valores importantes.
- Psicoterapia psicodinámica, que es una terapia que se enfoca en aumentar su conciencia de los pensamientos y comportamientos inconscientes, desarrollar nuevos conocimientos sobre sus motivaciones y resolver conflictos.
- Grupos de Autoayuda: Estos siguen el modelo del programa de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos. Algunos de estos grupos incluyen: sexo anónimo, adictos al sexo anónimos, adictos al sexo anónimos, adictos al sexo y al amor anónimos y compulsivos sexuales anónimos.
Estas terapias se pueden brindar en formato individual, grupal, familiar o de pareja (Compulsive Sexual Behavior – Diagnosis and Treatment, 2022).
Lidiando con la hipersexualidad
Muchas personas con hipersexualidad informan que sienten una profunda vergüenza. Al igual que con cualquier otra afección mental, el tratamiento adecuado y las estrategias de afrontamiento pueden ayudar a la persona a vivir una vida saludable y mantener sus impulsos bajo control.
Referencias
- Chiclana, C. (2012). Trastorno hipersexual y comorbilidad en el eje I .
- Compulsive sexual behavior – Diagnosis and treatment. (2022, December 13). Mayo Clinic. Retrieved February 7, 2023, from https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/compulsive-sexual-behavior/diagnosis-treatment/drc-20360453
- Fernández, P. (2019, January 23). Trastorno hipersexual: ¿qué es la adicción al sexo? Top Doctors. Retrieved February 1, 2023, from https://www.topdoctors.es/articulos-medicos/que-es-en-realidad-la-adiccion-al-sexo#
- Griffiths, M. (2012). Internet sex addiction: A review of empirical research. Addiction Research and Theory, 20, 111-124.
- Hipersexualidad, trastorno hipersexual y como. (2013, March 1). Psiquiatria.com. Retrieved February 1, 2023, from https://psiquiatria.com/bibliopsiquis/hipersexualidad-trastorno-hipersexual-y-comorbilidad-en-el-eje-i/
- Kwong, I. (2022, November 14). Hypersexuality: Definition, Symptoms, Causes, Treatment. Verywell Mind. Retrieved February 7, 2023, from https://www.verywellmind.com/hypersexuality-definition-symptoms-treatment-5199535
- Mollaiolli, D., Sansone, A., Ciocca, G., Limoncin, E., Colonnello, E., Di Lorenzo, G., & Jannini, E. (2020). Benefits of Sexual Activity on Psychological, Relational, and Sexual Health During the COVID-19 Breakout. J Sex Med, 18(1), 35–49. 10.1016/j.jsxm.2020.10.008
- Orzack, M., & Ross, C. (2000). Should Virtual Sex Be Treated Like Other Sex Addictions? Sexual Addiction & Compulsivity, 7, 113 – 125. : http://dx.doi.org/10.1080/10720160008400210
- Rosenberg, K., Carnes, P., & O’Connor, S. (2014). Evaluation and Treatment of Sex Addiction. Journal of Sex & Marital Therapy, 40(2), 77-91. https://doi.org/10.1080/0092623X.2012.701268Schneider, J. (2004). Sexual Addiction & Compulsivity: Twenty Years of the Field, Ten Years of the Journal. Sexual Addiction & Compulsivity, 11, 3-5. https://doi.org/10.1080/10720160490458193