“La mejor medicina de todas es enseñarle a la gente cómo no necesitarla”, Hipocrates.
Casi todos los filósofos y médicos griegos se ocuparon del atletismo y de la vida en general de los atletas, pero más que ningún otro, lo hizo Hipócrates, pionero de la medicina occidental. Hipócrates, elaboró una metodología basada en la observación y la experiencia para el estudio de las enfermedades humanas, destacando que las causas de las mismas se debían a fenómenos meramente naturales y no a intervenciones de los dioses como se creía en ese entonces. La salud independientemente del régimen de vida de cada sujeto era para Hipócrates la consecuencia de un oportuno equilibrio entre los alimentos (lo que nutre) y los ejercicios físicos (lo que gasta). Es por eso que se buscaba conseguir el equilibrio saludable a partir de la gimnasia, que en la obra de Hipócrates aparece contenida en la dietética.
Un estilo de vida activo es determinante de la salud mental y física
Hipócrates estudió que el exceso de ejercicio resultaba perjudicial, y que era difícil fijar y medir la cantidad de ejercicio conveniente para cada persona. Reconoció también la importancia de los movimientos como factor de la eliminación de los productos inútiles o perjudiciales para el cuerpo humano, prescribiendo que para cada estación del año es necesario un régimen especial. Estudió las fatigas y sus causas, al mismo tiempo que su profilaxis y su tratamiento indicando masaje e hidroterapia.
En su metodología, el eje central es el logro del equilibrio entre los ejercicios físicos, las comidas y las bebidas. En realidad, no se puede esperar que el cuerpo de una persona se mantenga sano durante largos períodos de tiempo, si se abusa de él o se lo sobrealimenta. Precisamente en la desaparición del equilibrio saludable entre unos y otros, se encontraba la causa primaria de la enfermedad. Hipócrates señalaba, tal como lo demuestra la evolución, que tanto los alimentos como la actividad física (AF), si bien presentaban influencias opuestas, se complementaban.
Hipócrates expuso diferentes tipos de AF tales como: el paseo considerado como un ejercicio natural, las carreras conocidas por sus efectos orgánicos, musculares y de resistencia, los ejercicios gimnásticos y las distintas formas de lucha. De igual modo la aplicación que se debe hacer de la AF en cuanto a la cantidad e intensidad, en función del tiempo en que se realice, tema de plena actualidad, resulta muy estudiada y valorada en la Teoría Hipocrática. David B. Agus, autor del libro Hábitos prodigiosos para vivir más y mejor (2014) destaca algunos consejos y reflexiones de aquel entonces:
- Caminar es la mejor medicina para el hombre.
- Que la comida sea tu alimento, y el alimento tu medicina.
- Declara el pasado, diagnostica el presente y prevé el futuro.
- Primum non nocerum (lo primero es no hacer daño).
- Es mucho más importante saber qué persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona.
- Si encontráramos el modo de que cada persona hiciera la cantidad correcta de ejercicio y recibiera el alimento necesario, ni en exceso ni en defecto, habríamos hallado el camino más seguro hacia la salud.
- Un hombre sabio debería considerar la salud la mayor de las bendiciones y aprender cómo utilizar su propio pensamiento para extraer provecho de sus enfermedades.
- La naturaleza no entiende de excesos.
¿Actuales, no?