Imagina una terapia que no hace intentos deliberados de reducción sintomática, pero obtiene la reducción sintomática como un subproducto. Imagina una terapia basada firmemente en la tradición de la ciencia empírica y aún así que mantiene un importante énfasis en valores, aceptación, compasión, contacto con el momento presente y con el sentido trascendente del ser. Una terapia tan difícil de clasificar que ha sido descripta como una “terapia cognitivo-conductual existencial humanística”. La Terapia de Aceptación y Compromiso, conocida como ACT (pronunciada como la palabra “act” y no como una sigla) es una terapia conductual basada en mindfulness que desafía las reglas básicas de la psicología occidental. Utiliza una mezcla ecléctica de metáforas, paradojas y habilidades de mindfulness (en general traducido como “atención o conciencia plena”) junto con una gran variedad de ejercicios experienciales e intervenciones conductales guiadas por valores. ACT ha demostrado su efectividad para una amplia gama de condiciones clínicas.
La meta de ACT
El objetivo central de ACT es el de crear una vida rica y significativa, aceptando el dolor que inevitablemente viene con ella. ACT (que significa “actuar” en inglés) es una buena abreviación porque esta terapia se orienta a tomar acciones efectivas guiadas por nuestros valores más profundos, en las que estamos totalmente presentes y comprometidos. Es sólo a través de la acción en la que estamos presentes y conectados, que podemos crear una vida significativa. Por supuesto que al intentar crear esa vida nos vamos a encontrar con toda clase de barreras bajo la forma de indeseadas y displacenteras “experiencias privadas” (pensamientos, imágenes, emociones, sensaciones, impulsos y recuerdos).
El objetivo central de ACT es el de crear una vida rica y significativa, aceptando el dolor que inevitablemente viene con ella
ACT es una de las llamadas “Terapias Conductuales de Tercera Ola” por su énfasis en el desarrollo de habilidades de mindfulness. A la vez una diferencia sobresaliente es que ACT considera a la práctica formal de meditación como sólo uno de los muchos caminos en la transmisión de las habilidades de mindfulness .
Otra característica distintiva que hace a ACT única es que no descansa en el supuesto de la “normalidad saludable”.
Normalidad saludable y Normalidad destructiva
La psicología occidental se basa en el supuesto de la “normalidad saludable”, esto es: que por naturaleza los humanos son psicológicamente sanos y que dado un ambiente saludable, estilo de vida y contexto social que brinde oportunidades de desarrollo del máximo potencial, los humanos están naturalmente contentos y conformes. Desde esta perspectiva, el sufrimiento psicológico es visto como anormal; como una enfermedad o un síndrome impulsado por procesos patológicos inusuales. ACT sospecha que este supuesto es falso. Claramente, aún cuando el estándar de vida es más alto que nunca, el sufrimiento psicológico nos rodea de cerca.
La raíz de este sufrimiento está en el lenguaje humano en sí mismo
ACT asume que los procesos psicológicos de la mente humana “normal” pueden ser destructivos y que tarde o temprano nos generan sufrimiento psicológico a todos nosotros. Más aun, ACT postula que la raíz de este sufrimiento está en el lenguaje humano en sí mismo. Desafortunadamente, el lenguaje humano es una espada de doble filo. Nos ayuda a crear mapas y modelos del mundo, predecir y planificar a futuro, compartir conocimiento, aprender del pasado, imaginar cosas que nunca existieron y crearlas, desarrollar reglas que guían nuestro comportamiento efectivo, entre otras ventajas. Pero el lenguaje tiene también su lado oscuro: lo usamos para hacer incapié y “revivir” eventos dolorosos del pasado, para asustarnos al imaginar eventos futuros displacenteros, para comparar, juzgar, criticar y condenarnos a nosotros mismos y a los demás y para crear reglas que pueden resultar restrictivas o destructivas.
Evitación Experiencial
ACT descansa entonces en la suposición de que el lenguaje humano naturalmente crea sufrimiento psicológico en todos nosotros. Una de las maneras en que lo hace es preparándonos para la lucha contra nuestros propios pensamientos y emociones, a través de un proceso llamado evitación experiencial. Dado que el abordaje desde la resolución de problemas funciona bien para el mundo exterior, es natural que intentemos aplicarlo a nuestro mundo interno: el mundo psicológico de pensamientos, emociones, recuerdos, sensaciones e impulsos. Pero con demasiada frecuencia, desarfortunadamente, cuando tratamos de evitar o deshacernos de nuestras experiencias privadas no deseadas, lo que hacemos es crearnos sufrimiento extra. Por supuesto, no todas las formas de evitación experiencial son poco saludables. ACT se focaliza en las estrategias de evitación experiencial sólo cuando los clientes las usan en un grado tal que se convierten en altamente costosas y dañinas para la vida que es significativa para ellos (en el corto plazo, cancelar un evento social puede dar lugar a cierta clase de alivio, pero en el largo plazo, el incremento del aislamiento social puede aumentar la experiencia de la depresión, por citar un ejemplo). ACT ofrece a los clientes una alternativa a la evitación experiencial a través de una variedad de intervenciones terapéuticas.
Intervenciones Terapéuticas
Los clientes aprenden a dejar de luchar contra sus experiencias privadas –abrirse a ellas, hacerles espacio y permitirles ir y venir sin resistirse. La energía y el tiempo que gastaron previamente tratando de controlar cómo se sienten, es ahora invertida en realizar acciones efectivas (guiadas por sus valores) para cambiar su vida para mejor. De ahí que las intervenciones de ACT se focalizan en dos procesos principales: 1) desarrollar aceptación de experiencias privadas indeseables que están fuera del control personal y 2) desarrollar compromiso y acción orientada a vivir una vida valiosa.
El control es el problema, no la solución
Se trata de incrementar la toma de conciencia por parte del cliente de que las estrategias de control emocional son en realidad las responsables de sus problemas y de que mientras continúen obsesionados con tratar de controlar cómo se sienten, están atrapados en un círculo vicioso que incrementa el sufrimiento. El control es el problema, no la solución. Una vez que la “agenda de control emocional”, con la que llegan los clientes, es gentil y respetuosamente desestimada, introducimos los seis principios centrales de ACT.
Los Seis Principios de ACT
ACT utiliza estos principios para ayudar a los clientes a desarrollar Flexibilidad Psicológica. Cada principio tiene su propia metodología, ejercicios, metáforas y tareas.
1-Defusión Cognitiva: aprender a observar los pensamientos, imágenes, recuerdos y otras cogniciones como lo que son –nada más que piezas de lenguaje, palabras e imágenes- en oposición a lo que dicen ser –eventos amenazantes, reglas que tienen que ser obedecidas, verdades objetivas y hechos.
2-Aceptación: hacer espacio a emociones indeseadas, sensaciones, impulsos y demás experiencias privadas; permitirles “ir y venir” sin luchar contra ellas, huir de ellas o prestarles una indebida atención.
3-Contacto con el momento presente: brindar total atención a la experiencia en el aquí y ahora, con apertura, interés y receptividad, focalizándose y comprometiéndose totalmente (participando de lleno) en lo que se está haciendo en ese momento.
4-El Yo-observador: acceder al sentido trascendente del ser, la continuidad de conciencia que es imperturbable, siempre presente e impermeable al daño. Desde esta perspectiva, es posible experimentar en directo el hecho de que no somos nuestros pensamientos, emociones, recuerdos, impulsos o sensaciones. Estos fenómenos cambian constantemente y son aspectos periféricos de nosotros, pero no son la esencia de quienes somos.
5-Valores: clarificar lo que es más importante, desde el fondo del corazón, qué clases de personas queremos ser, qué es lo significativo y valioso en nuestra vida y qué queremos representar en esta vida.
6-Acción Comprometida: establecer metas guiadas por valores e involucrarse en acciones efectivas para alcanzarlas.
La Relación Terapéutica ACT
El entrenamiento en ACT ayuda a los terapeutas a desarrollar las cualidades esenciales de compasión, aceptación, empatía, respeto y la habilidad de estar psicológicamente presente aún en presencia de emociones fuertes. Más aun, ACT enseña a los terapeutas que, gracias al lenguaje humano, están en el mismo barco que sus clientes –de modo que no tienen que ser “seres iluminados” o tener “todo resuelto”. De hecho, podríamos escucharlos decir a sus clientes algo como ésto:
No quiero que pienses que tengo toda mi vida en orden. Es más como si se tratara de ti escalando tu montaña allí y yo escalando la mía aquí. No es como si yo ya hubiera alcanzado la cumbre y estoy descansando. Es sólo que desde donde yo estoy en mi montaña, puedo ver los obstáculos en tu montaña que tú no puedes ver. De modo que puedo señalártelos y tal vez mostrarte algún camino alternativo para sortearlos.
Fragmentos traducidos del texto: Embracing Your Demons: an Overview of Acceptance and Commitment Therapy
2 comentarios
Me encanto el artículo! Gracias Paula! y la foto me parece increíble!!
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