Ciertamente para entender bien el análisis de conducta aplicado (ABA) es preciso conocer sus bases filosóficas y las investigaciones básicas que le ayudaron a avanzar.
Un poco de historia y filosofía
La filosofía detrás de ABA es el conductismo, así que revisaremos un poquito de la historia del conductismo, sus tipos y qué los distingue. También veremos los inicios del análisis experimental de conducta.
El conductismo de Watson
Recordemos que a principios de 1900 el campo de la psicología era dominado por el estudio de los estados de la consciencia y los procesos mentales. En ese contexto, John B. Watson se convierte en el vocero de una nueva dirección para el campo.
Para Watson, el tema de estudio de la psicología no eran los estados de la mente o los procesos mentales, sino el comportamiento observable. El sostenía que un estudio objetivo de la conducta debía consistir en observar la relación entre el estímulo ambiental (E) y las respuestas (R) que evocan. Así, el conductismo de Watson se convirtió en la psicología estímulo-respuesta (E-R).
Si bien el enfoque de Watson todavía no contaba con evidencia, estaba convencido de permitiría controlar la conducta y mejorar el desempeño en diversas áreas (educación, negocios, etc.).
A pesar de algunas declaraciones atrevidas que Watson realizó y de que el conductismo que subyace al análisis de conducta aplicado es diferente al propuesto por Watson, su insistencia en el estudio objetivo de la conducta fue una contribución inmensa al campo.
El conductismo radical de Skinner
B. F. Skinner escribió mucho sobre la filosofía de ABA, de hecho publicó un libro llamado Walden Dos, que describe una comunidad utópica donde se usan la filosofía y los principios de la conducta.
En su libro “Sobre conductismo”, publicado en 1974, él asegura que el conductismo es la filosofía de la ciencia de la conducta humana. La diferencia fundamental con otras teorías psicológicas (incluidas otras formas de conductismo) es que el mentalismo es el común denominador de muchas.
El mentalismo es el enfoque que asume que hay una dimensión interior, diferente a la dimensión conductual. Los términos que se usan para referirse a esta dimensión son: propiedades neuronales, psíquicas, espirituales, subjetivas, conceptuales o hipotéticas. El mentalismo asume que esta dimensión es la causa o al menos una mediadora de algunas o todas las formas de conducta (un ejemplo de constructos hipotéticos que se utilizaron para explicar la conducta, es la estructura psíquica descrita por Freud).
Los constructos hipotéticos no pueden observarse ni someterse a manipulación experimental.
Aunque Skinner creía que era un error descartar eventos que influyen en la conducta solo porque no son accesibles a otros, pensaba que usar explicaciones mentalistas para explicar las causas de la conducta no contribuía en nada. Además consideraba que eran el ingrediente principal de las formas circulares de ver las causas y efectos de los eventos y llevaban a un falso sentido de entendimiento.
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Por ejemplo, cuando una persona es sometida a consecuencias aversivas moderadas al caminar por el suelo mojado y mohoso, loma abajo en dirección su casa, puede ser que comience a caminar de una forma que describiríamos como cuidadosa. El problema es cuando empezamos a decir que camina cautelosamente por que es cuidadoso.
Hay muchas formas de conductismo:
- Estructuralismo
- Conductismo metodológico
- Formas de conductismo que usan lo cognitivo como factor causal.
- Conductismo radical.
Tanto el estructuralismo como el conductismo metodológico rechazan todos los eventos que no son definidos operacionalmente por evaluaciones objetivas.
El estructuralismo directamente evita el problema de las explicaciones mentalistas al concentrarse solo en la descripción de la conducta. No hacen manipulaciones de variables ni responden preguntas sobre factores causales.
El conductismo metodológico reconoce la existencia de eventos mentales pero no los considera en el análisis del comportamiento. Se restringen e ignoran así áreas de gran importancia para entender el comportamiento y no se apoya la innovación en la ciencia de la conducta.
Contrario a lo que algunos piensan, Skinner fue el primer conductista en ver a los pensamientos y emociones, que el llamaba eventos privados, como conducta. Para él, estos eventos privados podían analizarse con las mismas herramientas conceptuales y experimentales que se usan para la conducta observable. El hace tres suposiciones sobre los eventos privados:
- Son también conducta.
- Lo que los distingue de otras conductas es que son inaccesibles.
- Los influyen las mismas variables que influyen en las conductas públicas.
El conductismo radical de Skinner toma en cuenta y busca entender toda la conducta humana. La palabra “radical” significa exhaustivo, indicando que esta filosofía busca incluir todas las conductas, publicas y privadas. Es importante recordar que los individuos respondemos a ciertos estímulos que son accesibles para nosotros solos.
Los autores resaltan que su libro se basa en el conductismo radical y animan a los estudiantes de análisis conductual a leer los textos originales de Skinner.
Análisis de conducta experimental
La rama experimental del análisis de conducta comienza con la publicación, en 1938, del libro de Skinner “La conducta de los organismos”. En dicho texto se resumen las investigaciones que el autor realizó entre 1930 y 1937; además se presentan dos clases de conducta: Operante y respondiente.
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La conducta respondiente son los comportamientos reflejos (como los descritos en los trabajos de Ivan Pavlov en 1927). Las respuestas son elicitadas por estímulos que las preceden inmediatamente (reflejo), son involuntarias y ocurren cada vez que el estimulo se presenta.
Por ejemplo:
- Luz brillante —> Pupila se retrae.
- Irritación de la garganta —> Tos
- Comida no digerible en el estómago —> Vómito
- Temperaturas altas (cuando tienes calor) —> Sudor
Al igual que muchos profesionales de la época, Skinner también notó que el paradigma de E-R propuesto por Watson no lograba explicar muchas conductas. Sin embargo, él tomó un enfoque diferente al que otros habían adoptado: Continuó observando el ambiente para encontrar los determinantes de las conductas que no eran causadas por estímulos antecedentes. Así fue que se dio cuenta de que el comportamiento cambia más por las consecuencias que le siguen inmediatamente que por los antecedentes (aunque el contexto es importante). Y surgen las contingencias de tres términos. Skinner llamó a esta otra clase de conductas, conducta operante.
La contingencia operante de tres términos fue un concepto revolucionario y se convirtió en la unidad primaria de análisis.
En el año 1938, Skinner nombra al campo que analizará la conducta operante y su relación con el ambiente como análisis experimental de conducta y propone una metodología: registrar la frecuencia con la que un sujeto (utilizó animales en un principio) emitía determinada conducta en una cámara experimental controlada y estandarizada.
Dichos procedimientos de investigación evolucionaron y ahora existen enfoques experimentales que permiten demostrar relaciones funcionales entre las conductas y diferentes tipos de eventos ambientales.
Skinner y sus colegas y estudiantes descubrieron y verificaron los principios básicos de la conducta operante que continúan siendo el fundamento empírico del análisis de conducta.
Análisis de conducta aplicado: primeros experimentos
Se reporta que el primer estudio publicado en utilizar los principios de conducta operante fue el realizado por Fuller en 1949. Se exploró el caso de un sujeto masculino de 18 años con discapacidad grave a quien se describía como “idiota vegetativo”, ya que permanecía acostado sin poder darse vuelta. Lo que hizo Fuller fue utilizar una jeringuilla (que llenó con leche y azúcar) para poner una pequeña cantidad en la boca del muchacho cada vez que movía su brazo derecho (se eligió ese brazo porque lo movía muy poco). Luego de 4 sesiones el chico movía el brazo a una posición vertical 3 veces por minuto. Los médicos hasta entonces consideraban que era imposible que el joven aprendiera algo.
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Durante los años 50 y principios de los 60, los investigadores se enfocaron en saber si los principios de conducta que se habían observado en animales aplicaban también para los humanos (puedes ver por ejemplo los trabajos de Sidney Bijau, Don Baer y Ogden Lindsley).
El análisis de conducta aplicado toma también otro estudio como uno de los más icónicos: la investigación de Ayllon y Michael en 1954 que se tituló: “La enfermera psiquiátrica como ingeniera conductual”. En un hospital estatal se utilizaron técnicas basadas en los principios de conducta para mejorar el funcionamiento de pacientes con trastornos psicóticos y discapacidad intelectual.
Sin embargo, los investigadores de esta época enfrentaron varios problemas: Las técnicas de laboratorio para medir la conducta y controlar variables muchas veces no estaban disponibles o su uso no era práctico en ambientes aplicados. Para solucionarlo, tuvieron que desarrollar procedimientos experimentales sobre la marcha; aunque el escaso financiamiento para esta nueva disciplina y la falta de un lugar donde publicar sus estudios dificultaban la comunicación entre profesionales.
A pesar de las dificultades, se hacían descubrimientos interesantes regularmente, por ejemplo: Atención y alabanzas contingentes del docente, sistemas de reforzamiento con fichas, instrucción programada, etc.
Durante esa misma época comenzaron a surgir programas universitarios sobre análisis de conducta aplicado en varias universidades de Estados Unidos, lo que ayudó a impulsar el crecimiento del campo.
El inicio formal de ABA
Dos eventos importantes marcaron el comienzo formal del análisis de conducta aplicado en el año 1968:
- Se empezaría a publicar la primer revista sobre el campo en Estados Unidos que, a su vez, les daría a los investigadores un lugar donde publicar sus resultados: El Journal of Applied Behavior Analysis (JABA), que aún hoy sigue siendo una revista científica muy importante.
- El segundo evento importante fue la publicación de un paper, escrito por Donald Baer, Montrose Wolf y Todd Risley, considerados los fundadores de la disciplina. En el artículo proponían una forma de juzgar la adecuada práctica e investigación en análisis de conducta aplicado. El título en español es el siguiente: “Algunas dimensiones actuales del análisis aplicado de conducta.”
Puedes leer el artículo de Baer, Wolf y Risley en inglés haciendo click aquí. Si no puedes leer en inglés, no te pierdas el próximo artículo de ABA donde comentaremos ese paper.
En el libro puedes encontrar una excelente lista de libros, revistas científicas y organizaciones profesionales que han contribuido al avance de esta ciencia, entre ellas: el libro ”Conducta verbal” (Skinner), el libro ”Conceptos y principios del análisis de conducta” (Michael), la revista mexicana de análisis de conducta, la revista brasileña de análisis de conducta, la división 25 de la APA, la BCBA, la ABAI y la Sociedad Mexicana de Análisis de Conducta.
Referencia: Cooper, J. O., Heron, T. E., & Heward, W. L. (2019). Applied Behavior Analysis (3rd Edition, Global edition). Pearson.