En la compleja maquinaria del cerebro adolescente, la memoria de trabajo es un engranaje fundamental. Nos permite recordar una serie de instrucciones mientras realizamos una tarea, resistir distracciones y reorganizar la información en tiempo real. Sin embargo, no todos los cerebros se desarrollan al mismo ritmo. Un estudio reciente publicado en Development and Psychopathology sugiere que la negligencia infantil está asociada con un desarrollo más lento de la memoria de trabajo durante la adolescencia y la adultez temprana. Y lo más sorprendente: el abuso infantil, aunque devastador en muchas otras formas, no parecía tener el mismo efecto sobre esta habilidad cognitiva.
El equipo de investigadores de Virginia Tech, compuesto por Claudia Clinchard, Brooks Casas y Jungmeen Kim-Spoon, buscó comprender cómo distintos tipos de maltrato infantil influyen en la función ejecutiva, un conjunto de habilidades cognitivas esenciales para la planificación, la resolución de problemas y la adaptación a situaciones nuevas. Su hipótesis se basaba en el Modelo Dimensional de la Adversidad y la Psicopatología, que postula que diferentes formas de adversidad afectan el desarrollo cerebral de maneras distintas.
Un experimento de seis años
Para poner a prueba su teoría, los investigadores siguieron a 167 adolescentes desde los 14 hasta los 20 años. En distintos momentos de ese periodo, los participantes realizaron tres tareas diseñadas para evaluar la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva. En una de estas pruebas, los adolescentes debían repetir una serie de números en orden inverso, un desafío que mide la capacidad de mantener y manipular información a corto plazo. Además, al llegar a los 18-19 años, completaron un cuestionario que medía sus experiencias de maltrato, diferenciando entre negligencia (emocional o física) y abuso (físico, verbal, sexual o no verbal).
Los resultados fueron reveladores. Aunque todas las funciones ejecutivas mejoraron con el tiempo, aquellos que habían experimentado negligencia en la infancia mostraban una progresión más lenta en la memoria de trabajo en comparación con sus pares. “Esperábamos que la negligencia afectara también el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva, pero la memoria de trabajo fue la más afectada”, afirmaron los investigadores.
La negligencia y el cerebro en desarrollo
A diferencia del abuso, que suele implicar una estimulación intensa (aunque traumática) del sistema nervioso, la negligencia priva al cerebro en desarrollo de interacciones esenciales para su crecimiento. Los niños que crecen en entornos negligentes reciben menos estímulos, menos conversación, menos oportunidades para entrenar su memoria de trabajo en situaciones cotidianas. Este déficit parece prolongarse en la adolescencia, cuando el cerebro podría estar menos equipado para desarrollar esta habilidad al mismo ritmo que el de sus pares.
El estudio, sin embargo, tiene sus limitaciones. Al tratarse de un análisis correlacional, los investigadores no pueden afirmar con certeza que la negligencia sea la causa directa del retraso en el desarrollo de la memoria de trabajo. “Nuestros datos apoyan modelos teóricos bien fundamentados, pero no podemos inferir causalidad”, aclararon.
Preguntas para el futuro
El equipo de Virginia Tech ya tiene en mente los siguientes pasos. Quieren analizar cómo la función ejecutiva sigue evolucionando en la adultez y cómo el momento en que ocurre el maltrato puede influir en sus efectos. ¿Importa si la negligencia ocurre en los primeros cinco años de vida o entre los seis y los trece? ¿Hay factores genéticos que moderan estos efectos? ¿Cómo influyen otros tipos de adversidad, como la inestabilidad ambiental?
Mientras la investigación avanza, los hallazgos de este estudio subrayan una verdad que a menudo pasa desapercibida: las heridas más profundas no siempre dejan cicatrices visibles. La negligencia infantil no es un evento traumático evidente, pero sus efectos pueden persistir silenciosamente en la arquitectura del cerebro, moldeando el curso del desarrollo cognitivo de maneras que apenas estamos comenzando a comprender.
Referencia: Clinchard C, Casas B, Kim-Spoon J. Child maltreatment and executive function development throughout adolescence and into young adulthood. Development and Psychopathology. Published online 2024:1-14. doi:10.1017/S0954579424001457
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