¨Me sentía devastado al no encontrar alivio a mi dolor. Estuve deprimido durante años, pero me esforcé para que nadie se diera cuenta. Este dolor me incapacitó y he sufrido mucho. Pero lo peor de todo esto es que no sabía qué causaba mi dolor.¨ Así me contaba Felipe (su nombre ha sido cambiado para este artículo).
Felipe había gastado miles de dólares en examen médicos sin encontrar cuál era la causa de su dolor. Su vida se veía seriamente deteriorada y sufría en silencio por la incertidumbre que le carcomía la vida.
Pero todo esto cambió el día que un gastroenterologo le diagnosticó Fibromialgia, un trastorno crónico que se caracteriza por dolor musculoesquelético generalizado.
Felipe sintió alivio al saber cual era su diagnóstico y aunque al día de hoy no hay cura, si existen tratamientos que ayudan a reducir su malestar. Desde entonces, Felipe está más tranquilo, sabe qué tiene y ha buscado ayuda para mejorar su calidad de vida.
Así como él existen miles de millones de personas que sufren de dolor crónico y no saben qué tratamientos científicos existen. A continuación encontrarás un listado de los tratamientos con apoyo científico para el dolor crónico publicados por la revista Scientific American.
1. Terapia Cognitivo Conductual
La terapia cognitivo conductal (TCC) es un enfoque terapéutico que cuenta con aval científico y reconocimiento mundial. Su foco de intervención consiste en ayudar a los pacientes a examinar la relación entre los pensamientos, emociones y conductas.
La evidencia:
Un metanálisis realizado por investigadores alemanes en el año 2010 revisó 23 estudios que contaron en total con 1400 personas y encontró que la TCC fue más efectiva para reducir el dolor de la fibromialgia en comparación con otros tratamientos psicológicos. Cabe destacar que como todo tratamiento, su nivel de efectividad varía en cada persona.
2. Yoga
Los ejercicios de yoga pueden ser de gran para las personas que enfrentan dolores crónicos. Diversos científicos han especulado que el yoga podría alterar fisiológicamente la experiencia del dolor y reducir la actividad nerviosa y el ritmo cardiaco.
La evidencia:
En el 2010 se realizó un estudio controlado que contó con la participación de 53 mujeres que sufrían de fibromialgia y que fueron asignadas aleatoriamente a un programa de yoga de 8 semanas. Al finalizar el programa, las participantes reportaron menor intensidad de los síntomas de la fibromialgia y experimentaron mejoras en el dolor, fatiga, estado de ánimo y desarrollaron estrategias positivas de afrontamiento. En cambio, las participantes que no realizaron los ejercicios de yoga no no reportaron estas mejoras. Otros estudios han encontrado que el yoga puede reducir los marcadores biológicos de la inflamación y el estrés. Practicar yoga podría ser de ayuda, pero todavía faltan estudios que confirmen que puede aliviar el dolor.
3. Antidepresivos
Generalmente los antidepresivos son recetados como un tratamiento para regular los trastornos del estado de ánimo como la depresión. Pero varias investigaciones sugieren que también podrían aliviar el dolor nervioso, dolores de cabeza, dolor de espalda y la fibromialgia.
La evidencia:
No todos los antidepresivos tienen el mismo efecto sobre el dolor. Estudios han encontrado que los antidepresivos tricíclicos podrían ser particularmente efectivos para aminorar el dolor neuropático, que es causado por lesiones nerviosas. En el 2010 se publicó una revisión de 60 ensayos aleatorios que usaron 31 tipos de antidepresivos para tratar este tipo de dolor y se encontró que los antidepresivos tricíclicos y la venlafaxina proveyeron un alivio moderado en uno de cada tres pacientes.
4. Estimulación cerebral profunda (DBS)
Este tipo de estimulación consiste en la implantación quirúrgica de electrodos en las áreas cerebrales relacionadas con la modulación del dolor. Los electrodos reciben pulsos electrónicos a través de un cable implantado debajo de la piel que está conectado con un marcapasos localizado en el pecho. Estos pulsos eléctricos provocan cambios en la activación de las neuronas cerebrales.
La evidencia:
En el 2013 investigadores del Hospital John Radcliffe en Oxford, Inglaterra encontraron que la DBS podría calmar distintos tipos de dolor, incluyendo: el dolor post-ataque cardíaco, dolores de cabeza y dolor del miembro fantasma. El 66% de los 59 pacientes que recibieron DBS, reportaron mejoras a través de escalas estandarizadas que midieron la calidad de vida y los niveles de dolor. Al parecer este tipo de intervención funciona mejor en los pacientes que sufren de dolor por el miembro fantasma. Sin embargo, todavía falta investigación para que sea aprobado en nuestros países como tratamiento para el dolor.
5. Simpatectomía
La cadena nerviosa simpática es una red nerviosa que atraviesa la columna vertebral desde la base del cráneo hasta el cóccix. Cuando esta línea nerviosa se encuentra dañada, puede transmitir oleadas de dolor a todo el cuerpo. Una intervención quirúrgica o química puede interrumpir este proceso. Por ejemplo, un médico puede cortar un grupo de células nerviosas para detener una transmisiones dolorosas. Este tratamiento fue muy popular en los años 80 y 90, pero actualmente se ha reducido su práctica, debido a sus complicaciones médicas.
La evidencia:
Los científicos están de acuerdo de que el mal funcionamiento de los nervios simpáticos pueden contribuir al dolor crónico. Diversos cientificos creen que este tratamiento tiene potencial y en el año 2008, el anestesiólogo Prashanth Majunat y sus colegas encontraron que las personas que recibieron una simpatectomía por inyección de anestésico o por el calentamiento del tejido con ondas de radio tuvieron una reducción en un 50-70% del dolor que duró más de 4 meses.
Fuente: Scientific American
Imagen: Mejorconsalud