Los padres siempre han ayudado con la tarea y se han asegurado de que sus hijos cumplan con responsabilidades como tareas domésticas, pero el tiempo extendido y a menudo desestructurado que las familias pasan juntas durante la crisis actual crea nuevos desafíos.
Después de un desastre como un huracán o un incendio, establecer una estructura es importante para mantener la consistencia y mantener una sensación de control tanto para los padres como para los niños. Esto incluye crear un horario y comunicar expectativas y pautas claras sobre cosas como el tiempo frente a la pantalla.
Pero, ¿cómo hacen los padres para que los niños sigan el horario y cumplan con las responsabilidades sin fastidiar y de una manera que evite las explosiones y los berrinches?
Wendy Grolnick, una psicóloga y experta en crianza de los hijos que ha trabajado con padres en situaciones de desastre, ha estudiado cómo los padres pueden ayudar a los niños a ser más motivados y disminuir los conflictos en la familia. En este artículo, comparte algunas estrategias para hacer que la casa funcione mejor durante la crisis del coronavirus.
1 – Involucre a los niños en el establecimiento de horarios
Cuando los niños participan en la creación de pautas y horarios, es más probable que crean que las pautas son importantes, las aceptan y las sigan.
Para involucrar a los niños, los padres pueden organizar una reunión familiar. En la reunión, los padres pueden discutir el horario y pedir a los niños su opinión sobre decisiones como a qué hora todos deben estar fuera de la cama y vestidos, cuándo los descansos del trabajo escolar funcionarían mejor y dónde debería estar cada miembro de la familia durante el tiempo de estudio.
No todas las ideas serán factibles: los niños pueden sentir que estar vestidos para el mediodía está bien. Pero cuando los padres escuchan las ideas de un niño, les ayuda a ser dueños de su comportamiento y a participar más en lo que están haciendo.
Bien puede haber diferencias de opinión. Los padres pueden negociar con sus hijos para que al menos algunas de las ideas de los niños sean adoptadas. Resolver conflictos es una habilidad importante para que los niños aprendan, y lo aprenden mejor de sus padres.
2 – Permita que los niños tengan alguna opción
El trabajo escolar debe hacerse y las tareas deben completarse, pero tener alguna opción sobre cómo se llevan a cabo puede ayudar a los niños a sentirse menos presionados y coaccionados, lo que socava su motivación.
Los padres pueden presentar algunas tareas domésticas y los niños pueden elegir cuál prefieren. También pueden elegir cuándo o cómo los completan: ¿quieren lavar los platos antes o después de ver su programa de televisión?
Los padres también pueden darles a los niños opciones sobre la actividad divertida que les gustaría hacer al final del día o para un descanso de estudio.
3 – Escucha y proporciona empatía
Los niños estarán más abiertos a escuchar sobre lo que deben hacer si sienten que se comprenden sus propias perspectivas. Los padres pueden decirles a los niños que entienden, por ejemplo, que no es divertido estar en la casa y que extrañan estar con sus amigos.
Los padres pueden comenzar los pedidos con una declaración empática. Por ejemplo, “Sé que parece que vestirse es una tontería porque estamos en la casa. Pero vestirse es parte de la rutina que todos hemos decidido”. Incluso si no estuvieran de acuerdo con la perspectiva de sus hijos, cuando los padres demuestran que entienden, la cooperación mejora, al igual que la relación padre-hijo.
4 – Explica las razones para las reglas
Cuando los padres explican por qué están pidiendo algo, los niños pueden comprender mejor la importancia de actuar de manera particular. Las razones serán más efectivas cuando sean significativas para los niños en términos de sus propios objetivos. Por ejemplo, un padre puede decir que dividir las tareas familiares ayudará a todos a tener más tiempo para actividades divertidas después de la cena.
5 – Resuelvan los problemas juntos
No todo irá según el plan, habrá momentos de frustración, molestias y gritos. Cuando las cosas no están funcionando, los padres pueden intentar involucrarse en la resolución conjunta de problemas con sus hijos, lo que significa emplear empatía, identificar el problema y encontrar formas de resolverlo.
Por ejemplo, un padre podría decir: “¿Sabes cómo te he estado molestando para que te levantes por la mañana? Se que es muy molesto que te pidan que te apures en la mañana. El problema es que, aunque decidimos que todos nos levantaríamos a las 8 a.m., no te levantas de la cama. Pensemos en equipo para ver qué podemos hacer para que la hora de la mañana sea más fluida. ¿Cuáles son tus ideas?” He observado que esto elimina el estrés de las mañanas para los padres que trabajan y necesitan llevar a sus hijos a la escuela antes de ir a trabajar, y creo que también podría ayudar durante la pandemia.
Todas estas prácticas pueden ayudar a los niños a sentirse más dueños de su comportamiento. Eso los hará más propensos a cooperar.
Sin embargo, estas estrategias requieren tiempo y paciencia, algo difícil de encontrar en momentos de estrés. Los estudios de investigación muestran que los padres tienen más probabilidades de gritar, exigir y amenazar cuando el tiempo es limitado, están estresados o preocupados por el rendimiento de sus hijos. Por eso es importante que los padres encuentren tiempo para su propio cuidado y rejuvenecimiento, ya sea dando un paseo, haciendo ejercicio, meditando o escribiendo en un diario. Una pandemia u otro desastre presenta desafíos para los padres, pero el uso de estrategias de motivación puede ayudar a los padres a proporcionar un ambiente más tranquilo y efectivo que también facilite una relación positiva entre padres e hijos.
Autora: Wendy Grolnick – Profesora de psicología en Clark University.
Artículo publicado en The Conversation y cedido para su publicación en Psyciencia.