Se conoce como dolor crónico a aquel que persiste en una persona durante semanas, meses o incluso años, algunas veces sin causa clara de ello, aunque normalmente se debe a una lesión o infección, y no siempre es curable. El dolor continuado junto a factores ambientales puede derivar en trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión.
Si nunca habéis tratado a una persona con este problema es importante que tengáis ciertas cosas en cuenta, por ello os traigo los 5 aspectos más relevantes a la hora de hacer terapia con pacientes de estas características:
La rumia
Los pacientes que padecen dolor crónico suelen presentar pensamientos introspectivos negativos debido a que la fuente del dolor es interna. Estos pensamientos van asociados a ideas obsesivas sobre la causa de la enfermedad y su sufrimiento, creando un círculo vicioso problemático haciéndolos vulnerables a la ansiedad y la depresión.
Búsqueda de valores
Este tipo de pacientes pierden los hábitos que tenían y no disfrutan de la misma manera de las cosas que hacían antes de la enfermedad caminando por un rumbo que no lleva a ninguna parte, por ello hay que ayudarles a enfocar su vida a lo que más les importaba, y esos son los valores, como la familia, auto-cuidado o profesión entre otros.
Vivir con el dolor de fondo (Defusión)
Al padecer un dolor constante, llega un momento en el que los pacientes se fusionan con la enfermedad y su comportamiento está condicionado por el dolor mas que por su capacidad de tomar la iniciativa. Para tratar este problema no hay nada mejor que ejercicios de Defusión Experiencial, así el paciente tomará perspectiva de la situación y estará dispuesto a vivir la vida que quiere vivir junto al dolor.
Inactivación
Como he mencionado antes los pacientes en esta situación no suelen practicar las cosas que disfrutaban antes de la enfermedad y normalmente no tienen fuerzas o dejan que el dolor controle sus vidas. En estos casos hay que promover la activación con ejercicios apetitivos que sean reforzadores naturales de la persona, poniendo metas en actividades que antes les agradaban y enfocadas en sus valores.
Excesiva medicación
Si tenéis la misma suerte que yo probablemente vuestro paciente haya pasado antes por un psiquiatra que por vosotros, y eso significa que toma medicación para el dolor, y que, inevitablemente, al ser un dolor constante, genera cierta dependencia a los fármacos. Al establecer las metas reforzantes enfocadas a valores y promoviendo una actitud activa en el afrontamiento del problema, es recomendable ir bajando la dosis progresivamente, así conseguiremos que la propia persona sea fuerte y tome las riendas de su vida sin la necesidad de una pastilla.
Para más información al respecto podéis consultar el libro de casos de Carmen Luciano, eminencia internacional en el campo de la terapia de Aceptación y Compromiso:
Luciano, M. (dir.) (2001). Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Libro de casos. (Puedes comprarlo aquí)
Además de todo lo relacionado con esta terapia encontraréis casos específicos de dolor crónico, en concreto en este artículo:
Luciano, M. C., Visdómine, J. C., Gutiérrez, O., & Montesinos, F. (2001). Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y dolor crónico. Analísis y Modificación de Conducta, 27(113), 473-501.
Por: Asier Valera Muñoz de Toro. Graduado en Psicología por la Universidad de Málaga.Psicólogo Colegiado con base de acción en la Terapia de Aceptación y Compromiso,Psicoterapia Analítica Funcional y Activación Conductual. Perfil de LinkedIn
Artículo publicado en Terapias Contextuales, una institución especializada en el entrenamiento online y presencial de las terapias de tercera generación, y cedido para su publicación en Psyciencia