- Explíquele todo lo que quiera al paciente, sus conductas, sus síntomas, sus actitudes, el porqué –lineal- de lo que le pasa.
- Crea profundamente que el insight, el darse cuenta, o la toma de consciencia, es un prerrequisito absoluto para el cambio.
- Por lo tanto privilegie el por qué y no el para qué.
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Dé relevancia a la explicación y no a la acción.
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Busque afanosamente el origen de la sintomatología: las causas de la situación presente se encuentran en el pasado de la persona.
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No pregunte, no intervenga, observe en silencio.
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Frente a cualquier paciente que le cuestione o le pregunte, responda austeramente “a ud. ¿que le parece?”
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Respete los silencios y cuando el paciente hable, asienta con un gesto de cabeza de arriba hacia abajo y emita una especie de rumor gutural con la boca entrecerrada, casi expulsándolo por la nariz, “hummmhummm”.
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No sea intervencionista y preguntón.
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No se atreva a incorporar más miembros a la terapia, ¡no sea hereje!, más de uno es una contaminación.
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Descuide el contexto en donde se desarrollen las acciones, no tiene importancia.
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Aplique el principio dormitivo al que alude Bateson, clasifique, rotule y etiquete al paciente en una categoría y después medique.
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El paciente identificado como psicótico es el enfermo, no se le ocurra pensar que puede ser la expresión de una disfuncionalidad del sistema familiar.
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Realice tratamientos extensos, de años, eso sí, con una gran frecuencia de horarios semanales.
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Maneje dichos horarios, pautándolos en forma rígida, con días y horas semanales rigurosamente establecidos.
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No sea ocurrente y menos creativo, no sea loco.
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Adhiérase ortodoxamente a un modelo, constituya su identidad profesional a través del modelo, sea Ud. el modelo.
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Tenga mucho cuidado con las estrategias, todo intento de utilizarlas será considerado como una manipulación hacia el paciente.
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No sea directivo, y menos aún, imperativo en su lenguaje, ¡ni lo piense!
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¿Qué significa eso de mandarle al paciente tareas para el hogar…?
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Piense siempre que existe una realidad externa al ser humano, vea si su paciente está adecuado o no, es decir, si tiene juicio de realidad.
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Esté convencido de que la realidad se descubre y no se inventa, ¿está ud. en su sano juicio?
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Eríjase como representante de la verdad, o sea, su sistema de creencias es el válido.
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Nunca se le ocurra explicitarle al paciente el sentimiento que a Ud. le despierta alguna situación, actitud o reacción que él manifieste en la sesión.
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Nunca connote positivamente alguna acción del paciente; puede tomarse como una sospecha de seducción o de reforzarle el yo.
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Su pensamiento como terapeuta debe partir de la patología, todos somos neuróticos, y no de la salud.
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Por lo tanto, debe pensar que un paciente se debe curar y no resolver el problema.
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Para construir una hipótesis piense monádica, causal y linealmente, sosteniendo que el paciente debe retornar a sus status quo anterior a sus síntomas.
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Considere que las crisis no significan la posibilidad de cambio.
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En conclusión, piense en el paciente como un caso, no como un ser humano que sufre o que padece con su problema…y además reivindique el manicomio como un templo de la salud mental…
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p style=”text-align: right;”>Extraído de La construcción del universo.
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p style=”text-align: left;”>
6 comentarios
Hay que saber captar la ironía!
Muchas gracias. Excelente síntesis de la perspectiva contemporánea versus los las prácticas anquilosadas dominantes.
Pues el artículo está mal titulado porque yo interpreté otra cosa, o sea, cómo no ejercer como un terapeuta sistémico, que es distinto. Deberían haber titulado: “30 consejos de Paul Watzlawick para no ser un “BUEN” terapeuta sistémico”. Pequeño manual de grandes errores”.
Menos mal que leí el foro, porque de lo contrario ni me habría dado cuenta.
Pero este hombre no estaba bien de la cabeza.No se sabe si estaba tratando con personas, o con cosas a las que manejar y con las que se pudiera considerar a sí mismo como un ser perfecto y un semidios. Quizás no he entendido bien este artículo, y sólo es una ironía.
Hola Mapi, gracias por comentar! El artículo trata sobre todo lo que NO haría un buen terapeuta sistémico, es decir que para ser un mal terapeuta sistémico tenés que seguir todos esos pasos ¿Se entiende?
Saludos!!
Ok.Entonces de acuerdo.
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