Todos vamos a experimentar los síntomas del envejecimiento cerebral tarde o temprano, pero eso no significa que no podamos hacer nada al respecto.
Es normal que con los años notemos cambios funcionales estrechamente ligados con los “achaques de la edad”, como una mayor dificultad para recordar cosas que antes recordábamos sin ningún problema. No obstante, la vejez no tiene que ser sinónimo irrevocable de torpeza o asistencia requerida, existen prácticas sencillas que todos podemos comenzar a poner en marcha hoy mismo para minorizar los efectos del deterioro cerebral que sobreviene con los años e incluso reducir el riesgo de Alzheimer y otros tipos de demencia.
Un estudio publicado por The National Academies nos revela las pautas para ello.
Más de 5 millones de personas en ee.UU. viven con Alzheimer y se espera que la cifra aumente a 18 millones para el 2050
Entrenamiento cognitivo
El entrenamiento cognitivo consiste en un conjunto de actividades que ayudan a promover el pensamiento crítico, tales como completar un crucigrama o divertirse un rato con algún juego mental en línea.
La efectividad del entrenamiento cognitivo se considera controversial, sin embargo, existe la idea básica de que entrenar el cerebro puede ayudar a potenciar la neuroplasticidad, lo cual a su vez podría reducir el deterioro cerebral.
Se han realizado estudios a pequeña escala con resultados muy alentadores a favor de los juegos cerebrales: un 48 por ciento menos riesgo de ser diagnosticado con demencia diez años después en comparación con sujetos que no practican ningún entrenamiento cereral, por ejemplo.
Manejo de la presión arterial
Un estudio australiano realizado en 2013 descubrió que una presión arterial alta se relaciona particularme con un declive en las habilidades cognitivas. Específicamente, una presión alta localizada en el área braquial, el sitio donde tradicionalmente se toma esta medida, se asocia con un peor desempeño en pruebas de procesamiento visual, mientras que una presión arterial central alta podría influir en un peor desempeño tanto en el procesamiento de información visual como en la capacidad de reconocimiento.
Ejercicio físico
Por último, llevar un estilo de vida activo puede ayudar a reducir significativamente el deterioro cerebral, de acuerdo con un estudio conducido por la Universidad de Miami.
Los resultados, que fueron publicados en Medscape Medical News, indican que “realizar ejercicio físico intenso podría ayudar a las personas mayores a preservar sus habilidades cognitivas por más tiempo”, aunque esto, desde luego, no es que sea una gran sorpresa tomando en cuenta el sinnúmero de beneficios que la ciencia y la medicina han atribuido siempre a una vida cero por ciento sedentaria.
Fuente: Medical Daily; The National Academies