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1. Escuchar para procesar
El terapeuta escucha y pone atención únicamente en aquella información que confirma aquello que sabe y piensa de su teoría, y cree que es lo mejor para su cliente. Sólo se involucra en una pequeña parte de la conversación: el único fragmento que resulta provechoso para confirmar su teoría y la contingencia de toda una ideología en la que ha sido formado. Detesta escuchar todas las buenas noticias que no se relacionan con su enfoque (el bienestar y el cambio a través de factores extraterapéuticos y en tiempo breve) y adora las buenas noticias que se relacionan con su teoría ya que no desvían su atención ni exigen algún movimiento creativo. Finalmente, demuestra su malestar cuando el cliente decide interrogar la eficiencia de su trabajo y los cambios que no ha conseguido: “es un paciente resistente”, se consuela.
2. Escuchar para rescatar
El terapeuta se encuentra buscando los sentimientos ocultos detrás de cada palabra para aprovechar su aparición -ya que confía que, ante todo, primero está la “liberación emocional” a partir de la expresión de los sentimientos más profundos- y desde su posición de escucha, tratar de facilitarle la vida a su cliente rescatándolo de su dificultad. El problema de esta clase de escucha es que niega a la otra persona la oportunidad de colaborar en la construcción de alternativas y posibilidades de cambio, perdiendo la perspectiva y creando un patrón que se repite de manera constante.
3. Escuchar para resolver
El cliente plantea el problema y el terapeuta deduce de su explicación, que necesita que se lo resuelva. Y como resulta sumamente atractivo ser el poseedor de las soluciones y la verdad sobre cómo deben de resolver las personas “estas situaciones”, uno las plantea sin reflexionar si lo que el cliente necesitaba en ese momento era sencillamente ser escuchado o si requería verdaderamente una respuesta de este tipo. Y si la propuesta de solución no es bien recibida, sentirá el agravio de una sabiduría ofendida.
Imagen: villunderlondon en Flickr
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2 comentarios
Excelentes aspectos! La lupa en la sesión terapéutica debe estar en el paciente, nosotros como terapeutas y en el proceso…
Excelente artículo: conciso, profundo y verdadero. Actualmente en NEUROCODEX estamos desarrollando lo que llamamos Rapport profundo, creando un clima que permita que el paciente genere sus problemas y respuestas en pocos minutos, gracias al poder de influencia con integridad que permite acompasar integralmente al otro. Pronto publicaremos algo al respecto.
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