Conocer qué tratamientos son eficaces para cada persona es nuestro deber como profesionales. En este sentido, un nuevo estudio internacional encontró que tener un trabajo de alto estatus podría significar que no respondas a tratamientos estándar con fármacos para la depresión.
Los científicos presentaron sus resultados en la conferencia anual del European College of Neuropsychopharmacology (ECNP) en Viena, y sus resultados también podrán encontrarse en el journal European Neuropsychopharmacology.
Es importante conocer que hasta un tercio de los pacientes que reciben terapia con medicamentos para la depresión no responden al mismo. Saber qué grupos son menos propensos a responder a la medicación podría ayudar a los clínicos a entender qué tratamientos son más apropiados para cada individuo.
En el caso de los trabajadores, también puede ayudar a los empleadores a tomar decisiones para mejorar las condiciones laborales estresantes. Aunque hay muchos estudios que vinculan a los estatus económicos y sociales bajos con mayor propensión al desarrollo del trastorno (1, 2, 3, 4), no se ha investigado mucho sobre cómo los niveles ocupacionales responden al tratamiento.
Podría ayudar a los clínicos a entender qué tratamientos son más apropiados para cada individuo
Conociendo esta brecha en la información, un grupo internacional de investigadores pertenecientes a Bélgica, Italia, Israel y Austria reclutaron a 654 trabajadores que se presentaron a la clínica por síntomas depresivos. Se clasificaron sus trabajos de acuerdo a niveles ocupaciones: 336 (51.4%) mantenían trabajos de alto nivel, 161 (24.6%) de nivel medio y 157 (24%) de nivel bajo.
El 65.6% de los pacientes eran mujeres, lo que refleja la diferencia de género normal en el reporte de depresión. La mayoría de los pacientes eran tratados con ISRS, aunque también se utilizaban otros agentes farmacéuticos además de la terapia.
Se observó que aquellas personas con trabajos de alto nivel recibían menos ISRS y más psicoterapia.
Los científicos analizaron los resultados del tratamiento para cada sector y encontraron que el 55.9% de las personas en el grupo de alto nivel eran resistentes al tratamiento. En contraste, solo el 40.2% de los trabajadores de nivel medio presentaban dicha resistencia y un 44.3% de los trabajadores de bajo nivel.
Esta diferencia también se refleja en el grado de remisión, con sólo alrededor de uno de cada seis en remisión en el grupo de nivel superior, en comparación con alrededor de uno de cada cuatro de los otros grupos.
El Dr. Siegfried Kasper comenta: “Aunque estos hallazgos deberían ser considerados preliminares, indican que las ocupaciones de alto nivel pueden ser un factor de riesgo para la pobre respuesta al tratamiento.”
Los autores creen que hay muchas variables que expliquen los descubrimientos, por ejemplo, puede que hayan estresores y demandas laborales específicas; las personas pueden encontrar difícil la aceptación o afrontamiento de la enfermedad o continuar con la medicación. También pueden haber factores de naturaleza cognitiva, conductual o de personalidad.
El Dr. Joseph Zohar enfatiza que, tomando en cuenta lo observado en el estudio, las prescripciones deben considerar no solo los síntomas y la genética, sino también el trabajo.
Fuente: PsychCentral