El debate sobre la eficacia de las distintas escuelas de psicoterapia es una constante entre los psicólogos. Si normalmente los debates pueden ayudar mucho a avanzar la ciencia, en este caso suele degenerar fácilmente en una defensa a ultranza del modelo al que cada uno se adhiere. Personalmente, creo que tiene mucho más sentido buscar los factores comunes y el cómo potenciarlos, o el estudio de los procesos de cambio para cada tipo de problemática. Creo que en el futuro la psicología cada vez tenderá más hacia la integración. El estudio de Lambert (1992) sobre los factores comunes en psicoterapia, que ya se ha mencionado anteriormente en otras entradas de este blog, es una lección de humildad para todos los modelos de terapia.
Moralmente es un deber preguntarnos qué tipo de ayuda es mejor
Sin embargo, no carece de sentido que los psicólogos nos planteemos la eficacia de los distintos tratamientos con según que poblaciones. Moralmente es un deber preguntarnos qué tipo de ayuda es mejor, y puede generar un interesante debate sobre los procesos de cambio en los que esa forma de terapia ayuda. Sin embargo, parece que al hablar de este tema, solo se menciona a la terapia cognitivo conductual como la única que ha sido capaz de demostrar su eficacia. Aunque otras formas de terapia tienen muchos más problemas para manualizar su intervención y/ o menor interés por la investigación, ni mucho menos es cierto que solo la terapia cognitivo conductual sea eficaz. Ser el primero en pasar la ITV no significa que el resto de los coches estén rotos.
Veamos que postula la APA al respecto.
Revisando el listado de terapias que han demostrado su eficacia a día de hoy en el tratamiento de la depresión, podemos ver que hay otras terapias:
- Terapia Conductual/ Activación conductual (Evidencia fuerte)
- Terapia Cognitiva (Evidencia fuerte)
- Sistema de Análisis cognitivo conductual de la psicoterapia (Evidencia fuerte)
- Terapia Interpersonal (Evidencia fuerte)
- Terapia de Solución de problemas (Evidencia fuerte)
- Terapia de Autocontrol/ Autogestión (Evidencia fuerte)
- Terapia de Aceptación y Compromiso (Evidencia moderada)
- Terapia Conductual de pareja (Evidencia moderada)
- Terapia Focalizada en la emoción (Evidencia moderada)
- Terapia Racional- Emotiva (Evidencia moderada)
- Terapia de Revisión vital/ Reminiscencia (Evidencia moderada)
- Terapia auto- sistema (Evidencia moderada)
- Terapia psicodinámica breve (Evidencia moderada)
Este listado está tomado de la división 12 del APA, que se encarga de recoger esta información. He traducido libremente al español algunos nombres de terapias que no conocía. Lo que más llama la atención es la ausencia de algunos de los pesos pesados de la psicología, como la terapia Gestalt, el Psicodrama, etc. También es digno de mención la presencia de la terapia psicodinámica, pese a su dificultad para manualizar, con el mismo nivel de evidencia que la terapia Racional- Emotiva o la terapia de Aceptación y Compromiso.
Por otro lado, la diferencia entre “Evidencia fuerte” y “Evidencia moderada” puede llevar a confusión. Lo que se determina “Evidencia moderada”, requiere unos niveles de diseño de investigación suficientes para probar la eficacia del modelo. Es decir, evidencia moderada, es ya una terapia eficaz reconocida. La “Evidencia fuerte”, requiere además investigaciones hechas por investigadores independientes y ensayos aleatorios controlados, metanálisis o revisiones sistémicas. Es posible que haya más terapias o se desarrollen nuevas que demuestren su eficacia, y que con el tiempo más investigaciones aumenten la evidencia ya existente.
He escogido el listado de la depresión y no de otro trastorno, por la terapia Focalizada en la Emoción, mi forma de hacer terapia. La terapia Focalizada en la Emoción, desarrollada por Leslie Greenberg, nace de la unión de la Terapia centrada en la Persona de C. Rogers, la Terapia Gestalt de F. Perls y del Focusing de Gendlin. Surge de la investigación sobre el proceso de cambio en las personas y, al contrario de lo que se critica de la mayoría de las terapias humanistas, ha logrado demostrar empíricamente su eficacia.
Me parece muy meritorio que una terapia humanista haya logrado demostrar su eficacia en el tratamiento de la depresión y se preocupe por demostrar que lo que hace funciona y no es palabrería mágica. Además, en Portugal un investigador independiente está investigando su eficacia en depresión y se está investigando y usando en el tratamiento de abuso sexual, trauma, ansiedad social, trastorno límite y trastornos de alimentación. Además ha desarrollado su aplicación a la terapia de pareja (integrándolo con la terapia sistémica) y está empezando en terapia de familia.
Me parece muy meritorio que una terapia humanista haya logrado demostrar su eficacia en el tratamiento de la depresión y se preocupe por demostrar que lo que hace funciona y no es palabrería mágica
En el caso de la Terapia Focalizada en el Emoción, existen al menos tres investigaciones cuyos resultados pre-post están disponibles y otros tres que se podrían calcular. Las tres primeras investigaciones son las más importantes. Tanto el York I Depression study (1998) y el York II Depression study (2001) los realizó Greenberg y su equipo en la universidad de Toronto. En estos estudios, se comparaba la Terapia Focalizada en la Emoción con la terapia Centrada en la Persona. No se encontraron diferencias en la reducción de síntomas depresivos ni al terminar la terapia ni durante el seguimiento 6 meses después, pero la TFE tenía mejores resultados a mediados y final de tratamiento tanto en el nivel total de los síntomas, como en la autoestima y reducción de problemas interpersonales. La tercera investigación, la llevó a cabo Watson y su equipo en Toronto en el 2003. En ésta, compararon la TFE y la terapia Cognitivo Conductual. No encontraron diferencias significativas entre ambos grupos. Ambas terapias mejoraron el nivel de depresión, autoestima, sintomatología en general y actitudes disfuncionales. Sin embargo, la TFE mejoraba la asertividad de los pacientes.
La TFE ha demostrado con el ejemplo que se puede demostrar la efectividad de las terapias humanistas, hacer una terapia verdaderamente integradora, y crear la terapia a partir de lo investigado en los procesos de cambio, no investigar a raíz de una teoría de terapia ya construida con anterioridad. Ojala todas las formas de terapia puedan ir acercándose más y mejoren nuestra comprensión de los trastornos.
Artículo escrito por Yuri Héctor López Romero para Aprende Viendo Terapia, la plataforma online y presencial de entrenamiento de psicoterapeutas.
Imagen: Emociones en Unsplash
Referencias bibliográficas:
- Elliott, R., Watson, J. C., Goldman, R., & Greenberg, L. (2003). Learning emotio- focused psychotherapy: The process- experiential approach to change. Washington, DC: American Psychological Association.
- Greenberg,L.S., Golgman, R., & Angus, L. (2001) The York II psychoterapy study on experiential therapy of depression. Unpublished manuscript, York University.
- Greenberg, L. S., & Watson, J. (1998). Experiential therapy of depression: Differential effects of client- centered relationship conditions and active experiential interventions. Psychotherapy Research, 8, 210- 224.
- Greenberg, L. S., & Watson, J. (2005). Emotion-focused therapy for depression. Washington, DC: American Psychological Association.
- Lambert, M. (1992). Implications of psychotherapy outcome research for eclectic and integrative psychotherapies. En Handbook of Psychotherapy Integration. New York: Basic Books
- Watson, J. C., Gordon, L. B., Stermac, L., Steckley, P., & Kalogerakos, F. (2003) Comparing the effectiveness of both process-experiential with cognitive- behavioral psychotherapy in the treatment of depression. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 71, 773-781.
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