Estamos agotados, como mínimo. Nos toca afrontar un contexto de estrés constante, donde estamos en alerta todo el tiempo, con miedo y ansiedad por la amenaza inminente de un mal potencialmente grave. La pandemia mundial nos presenta desafíos diarios que, sea como sea, debemos abordar (las cuestiones de salud y económicas no dan tregua). Todo esto acompañado de incendios que parecen no poder controlarse, sequía, crímenes en aumento, mayor vulnerabilidad de personas víctimas de violencia de género que se ven obligadas a compartir más tiempo con sus agresores y precisan nuevos recursos para pedir socorro. Todos necesitamos ayuda para lidiar con el estrés de vivir en crisis crónica.
¿Cómo administrás tu energía y atención en un contexto de crisis mundial?
Volver a pensar y renovar compromisos importantes en tu vida puede ser muy energizante y favorecer tu capacidad para enfrentar situaciones difíciles. O tal vez tomes este tiempo para diseñar estrategias y realizar cambios de rumbo. En cualquier caso, orientarte hacia tus valores siempre será una buena inversión y forma de recuperar algo de control.
Empezá preguntándote qué es importante realmente para vos. ¿Cuál es tu perspectiva a largo plazo?, ¿qué te ha funcionado en el pasado?, ¿qué no te funciona?
El punto no es castigarse por alguna decisión equivocada, ni apurarnos a tomar nuevas decisiones o autoengañarnos con un plan maestro que eliminará toda incertidumbre. De este contexto pueden surgir nuevos talentos (o reaparecer otros relegados), y tenemos la oportunidad de apartar tiempo para descubrirlos.
10 formas de lidiar con el estrés de vivir en crisis crónica
- Establecé límites saludables: contemplando la situación, adaptá tus horarios y fijá parámetros seguros para los proyectos con los que está trabajando. Una sugerencia es trabajar por intervalos de 30 minutos y luego tomar un breve descanso.
- Ayudá a tu cuerpo a relajarse: realizá ejercicios de respiración durante unos minutos; estirá y mové las articulaciones dentro de tus posibilidades físicas. Si te proponés ir un poco más allá, podrías empezar a incorporar algunos ejercicios de mindfulness en tu día.
- Fijá rutinas: tener un orden establecido ayudará a tu cerebro a sentirse más calmado y en control.
- Armá rituales: al cerebro le encantan las señales, por eso, armá rituales que le indiquen que es seguro entrar en modo creativo y dar riendas a la curiosidad.
- Usá una libreta personal para escribir estas preguntas y pensamientos: escribir te ayuda a procesar, encontrar claridad y sanar.
- Probá algo diferente: usá colores e imágenes para involucrar el procesamiento no verbal y la sabiduría.
- Hacé una nota visual sobre lo que estás decidiendo: si te sentís atascado con un asunto, crea recordatorios visuales con notas adhesivas y colocalas donde puedas verlas (el espejo del baño, la puerta de una alacena). Permitite pensar en ello hasta encontrar claridad.
- Realizá actividades familiares, en equipo o con amigos (aunque debas respetar el distanciamiento físico, podés servirte de la tecnología para esto).
- Concentrate en tu proceso de pensamiento: enfocá tu atención en una tarea a la vez, dedicate a ella, planificala y llevala a cabo. Hacé lo mismo con tus fortalezas, sueños, esperanzas y deseos: dedicales tu atención plena individualmente.
- No estás solo, no lo olvides. Puede que te sientas sólo, pero lo más probable es que haya alguien dispuesto a ayudarte, tanto como vos estás dispuesto a ayudar a otros.
Fuente: Psychcentral