Con las nuevas tecnologías de la comunicación, el sexting (compartir mensajes explícitos o imágenes de personas desnudas o semidesnudas a través de los celulares) se ha convertido en una práctica bastante popular, especialmente entre los adolescentes quienes muchas veces no advierten los peligrosos riesgos que se desprenden de esta conducta debido a la fácil y descontrolada distribución del contenido íntimo a otras personas.
Se ha convertido en una práctica bastante popular
Podemos nombrar una lista de riesgos que van desde las sanciones escolares, problemas domésticos, conductas sexuales de riesgo, agresión física, cyberbullying, problemas emocionales, hasta el posible chantaje de una ex pareja luego de una ruptura. Como ejemplo, el reconocido sitio The Verge, publicó una serie de historias de mujeres que sufrieron la publicación de sus fotos íntimas por sus ex parejas en una web que cuenta con más de 1000 fotos de este tipo.
Para averiguar cuales son los factores que impulsan a los adolescentes a adoptar esta conducta, el Dr. Michael Walrave y su equipo, estudiaron las creencias y el efecto de la presión social en 498 adolescentes de entre 15 y 18 años de edad.
Luego de computar todos los datos y realizar los debidos análisis, se encontró que el 26% había participado en sexting en los dos meses previos a la investigación; además se halló que, entre las principales fuentes presión social se encuentran los amigos y parejas románticas, por encima de las actitudes propias de los adolescentes.
Al buscar una posible explicación sobre estas fuentes de presión social, se halló que los adolescentes que habían participado dijeron que lo habían hecho para obtener atención, reducir las probabilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual y encontrar una pareja romántica.
Al comparar los resultados por género, se encontró que las niñas tienen más actitudes negativas hacia el sexting que los varones y que ellas experimentan más presión social negativa para el sexting que los varones.
Las principales fuentes presión social se encuentran los amigos y parejas románticas
Otro dato llamativo fue que la creencia de que sus padres monitorearan sus celulares no fue un factor significativo en la conducta de sexting de esta investigación.
Los autores destacan que: “Sólo las creencias conductuales que esperaban resultados positivos del sexting fueron significativas en la predicción de la voluntad de los adolescentes a participar en ella.”
Según la investigación, estos datos confirman que “en vez de adaptar sus propias motivaciones para enviar mensajes de texto sexuales bajo sus propias evaluaciones, los adolescentes son relativamente más influenciados por la presión social de lo que ellos creen.”
Los investigadores ofrecen intervenciones específicas como ser:
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Iniciar campañas de sensibilización centradas en la presión de grupo y la aceptabilidad del sexting;
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Integrar el tema del sexting a la educación sexual de los adolescentes;
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Ofrecer a los adolescentes oportunidades para que participen en debates;
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Enseñar a los adolescentes cómo afrontar la presión social.
Los datos en detalle fueron publicados en la revista Behavior & Information Technology y puedes descargar el pdf completo.
Fuente: Psychcentral
Imagen: ABC