Los elementos que estimulan nuestros sentidos son capaces de evocar distintas respuestas a nivel físico y psicológico, aún cuando no estamos plenamente conscientes de ello.
De hecho, un estudio encontró que las personas que están expuestas al olor de sus parejas durante la noche experimentaron una mejor calidad del sueño, a pesar de que sus parejas no estaban físicamente presente (Hofer et al., 2018).
La mejora en la calidad del sueño fue de un 2%, incremento similar al producido por la toma de suplementos orales de melatonina, a menudo utilizados como ayuda para dormir, señaló la coautora del estudio, Marlise Hofer.
En la investigación se analizaron los datos de sueño de 155 participantes que recibieron dos camisetas de aspecto idéntico para usar como fundas de almohada: una había sido usada previamente por su pareja romántica y la otra había sido usada previamente por un extraño o estaba limpia.
Para capturar el olor corporal en las camisetas, las parejas de los participantes recibieron una camiseta limpia para usar durante 24 horas, y se les pidió que se abstuvieran de usar desodorante y productos corporales perfumados, fumar, hacer ejercicio y comer ciertos alimentos que podrían afectar su olor corporal. Las camisetas fueron congeladas para preservar su aroma.
A cada participante se le dieron dos camisas para colocar sobre sus almohadas, sin saber cuál era cuál. Pasaron dos noches consecutivas durmiendo con cada camiseta. Cada mañana, completaban una encuesta sobre lo bien que se sentían. Su calidad del sueño también se midió objetivamente utilizando un reloj de sueño que controlaba sus movimientos durante toda la noche. Al final del estudio, los participantes adivinaron si las camisas con las que habían estado durmiendo habían sido usadas previamente por su pareja.
Los participantes informaron que sentían que descansaban mejor en las noches cuando creían que estaban durmiendo con el aroma de su pareja. Además, independientemente de sus creencias sobre la exposición a los olores, los datos de los relojes de sueño indicaron que el sueño objetivo mejoró cuando los participantes estuvieron realmente expuestos al olor de su pareja.
“Los datos de la vigilancia del sueño mostraron que los participantes experimentaron menos sacudidas y giros cuando se expusieron al olor de sus parejas, incluso si no sabían a quién olían,” señaló Frances Chen, autora principal del estudio.
Los investigadores dicen que la presencia física de una pareja romántica a largo plazo se asocia con resultados positivos para la salud, como una sensación de seguridad, calma y relajación, que a su vez conduce a un mejor sueño. Al señalar la proximidad física reciente, el simple olor de una pareja puede tener beneficios similares.
Referencia bibliográfica:
Hofer, M. K., Collins, H. K., Whillans, A. V., & Chen, F. S. (2018). Olfactory cues from romantic partners and strangers influence women’s responses to stress. En Journal of Personality and Social Psychology (Vol. 114, Número 1, pp. 1-9). https://doi.org/10.1037/pspa0000110
Fuente: Science Daily