A continuación se presenta la declaración de Arthur C. Evans Jr., PhD, Presidente de la Asociación Americana de Psicología, en reacción a las declaraciones del presidente Trump sobre la violencia armada y las enfermedades mentales:
Culpar a la enfermedad mental por la violencia armada en nuestro país es simplista e inexacto y va en contra de la evidencia científica actualmente disponible.
Estados Unidos es un caso atípico mundial cuando se trata de titulares horribles como los que nos consumieron todo el fin de semana. Aunque Estados Unidos representa menos del 5% de la población mundial, somos el hogar del 31% de todos los tiradores masivos a nivel mundial, según un análisis de CNN. Esta diferencia no se explica por la tasa de enfermedad mental en los EE. UU.
¿La gran diferencia? Acceso a armas de fuego.
Los estadounidenses poseen casi la mitad de los aproximadamente 650 millones de armas de propiedad civil en el mundo. El acceso a esta herramienta final y fatal significa más muertes que ocurren más rápidamente, ya sea en un tiroteo masivo o en la propia casa de alguien.
Como hemos dicho repetidamente los psicólogos científicos, la abrumadora mayoría de las personas con enfermedades mentales no son violentas. Y no existe un único perfil de personalidad que pueda predecir de manera confiable quién recurrirá a la violencia armada. Según la investigación, solo sabemos que una historia de violencia es el mejor indicador de quién cometerá violencia en el futuro. Y el acceso a más armas, y armas más mortales, significa más vidas perdidas.
Basado en la ciencia psicológica, conocemos algunos de los pasos que debemos tomar. Necesitamos limitar el acceso de los civiles a armas de asalto y revistas de alta capacidad. Necesitamos instituir verificaciones de antecedentes universales. Y debemos instituir leyes de bandera roja que eliminen las armas de las personas que corren un alto riesgo de cometer actos violentos.
Y aunque el presidente pidió a la nación que haga un mejor trabajo para identificar y actuar sobre las primeras señales de advertencia, eso requiere investigación para garantizar que estamos tomando decisiones basadas en datos, no en prejuicios y miedos.
Estamos de acuerdo con el llamado del presidente para fortalecer las verificaciones de antecedentes. Pero esto es lamentablemente poco de lo que se necesita. Debemos adoptar un enfoque integral de salud pública y proporcionar fondos federales dedicados a las agencias, incluidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los Institutos Nacionales de Salud, para comprender mejor las causas, los factores que contribuyen y las soluciones a la violencia armada.
El presidente dijo claramente que es hora de detener la retórica de odio que está infectando el discurso público. Le pedimos que use su poderosa posición para modelar ese comportamiento. Y le pedimos al gobierno federal que apoye la investigación necesaria para comprender mejor las causas de la intolerancia y el odio, y su asociación con la violencia, para que podamos idear soluciones basadas en la evidencia.
Traducción de la carta publicidad el 5 de agosto en la página oficial de la Asociación Americana de Psicología (APA).
3 comentarios
Dr Javier Ramallo, eso parece confundir el síntoma con la causa. De hecho, ninguno de esos ejemplos muestra que esa sea la causa. Hasta donde conozco sobre la literatura sobre la violencia y el comportamiento intolerante y el odio, el acceso a armas puede ser solo un aspecto, no suficiente, facilitador de conductas violentas de esa clase. Es claro que esa no puede declararse como la unica causa, aunque si una de las que permite que ocurran ese comportamiento en un tasa alta, pues permite de forma rapida ejecutar las conductas de asesinar. ¡Un saludo!
Disiento, aunque obviamente respesto profundamente la declaracion del presidente de la APA, el problema no es la facilidad al acceso de armas, el problema es que EEUU es una sociedad violenta donde la resolucion de los conflictos pasa por la violencia armada. No me gusta tu religion…te bombardeo, no me gusta como pensas…te bloqueo economicamente, no me gusta lo que tenes…te invado. Los ejemplos abundan.
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