Una reciente investigación nos revela qué sucede en nuestro cerebro cuando decidimos comprar música nueva. La investigación, que fue desarrollada por neurocientíficos de la reconocida universidad canadiense Mc Gill y publicada en el Journal Science, encontró que la nueva música activa el área cerebral específica de la gratificación, lo que predice la decisión de comprar nueva música.
Los participantes escucharon 60 fragmentos musicales inéditos, mientras se somentían a una resonancia magnética funcional (IRMf) y proveían datos sobre cuánto estaban dispuestos a pagar por cada fragmento de música.
La directora de la investigación, Valorie Salimpoor, explicó:
“Cuando las personas escuchan un fragmento de música que nunca habían escuchado antes, la actividad en una región cerebral puede predecir consistentemente si le va a gustar o la va a comprar. Este centro cerebral se llama el núcleo accumbens, el cual está implicado en la formación de expectativas que pueden ser gratificantes. Lo que hace que la música sea tan emocionalmente poderosa es la creación de expectativas. La actividad en el núcleo accumbens es un indicador de que las expectativas se cumplieron o superaron, y en nuestro estudio encontramos que cuanto mayor es la actividad que vemos en este centro cerebral, la gente estará más dispuesta a gastar dinero.”
Puedes escuchar los fragmentos musicales que se utilizaron en el laboratorio haciendo click aquí.
El segundo descubrimiento importante fue que el núcleo accumbens no trabaja solo, sino que interactúa con la corteza auditiva, un área del cerebro que almacena la información sobre los sonidos y la música que hemos escuchado. Entre más gratificante es un fragmento de música, mayor es la interrelación entre estas regiones.
El cerebro asigna un valor a la música a través de la interacción entre antiguo circuito de recompensa dopaminérgico (que participa en el refuerzo de las conductas que son absolutamente necesarias para nuestra supervivencia como comer y tener relaciones sexuales) y algunas de las regiones más desarrolladas del cerebro que participan en procesos cognitivos avanzados específicos de los seres humanos.
El Dr. Robert Zatorre, investigador y co-director del International Laboratory of Brain, Music and Sound Research, explica que “esto es interesante ya que la música consiste en una serie de sonidos que cuando se consideran por separado no tienen valor inherente, pero agrupados en patrones, pueden actuar como recompensa.”
La actividad cerebral de cada participante fue igual aun cuando ellos escuchaban música que terminaron comprando, aunque las piezas que escogieron fueron todas diferentes, añadió la Dra. Salimpoor. Estos resultados nos ayudan a comprender porque a las personas les gusta diferentes tipos de música, cada persona tiene su propia corteza formada de manera única, que se desarrolla sobre la base de todos los sonidos y músicas que hemos escuchado a través de nuestra vida. Además, estas plantillas de sonidos que almacenamos probablemente tengan asociaciones emocionales.
La interacción entre el núcleo accumbens y la corteza auditiva sugiere que nosotros creamos expectativas sobre cómo los sonidos musicales deben desarrollarse sobre la base de lo que hemos aprendido y almacenado en nuestra corteza auditiva y, como resultado, nuestras emociones resultan del cumplimiento o violación de estas expectativas.
Estamos constantemente realizando predicciones relacionadas con las recompensas para lograr sobrevivir, y este estudio provee la primera evidencia neurobiológica de que también hacemos predicciones cuando escuchamos un estímulo abstracto como la música, incluso si nunca antes la habíamos escuchado. El patrón de reconocimiento es tan poderoso que nos puede hacer llorar o ponernos felices, como también comunicar y experimentar algunas de las emociones más profundas y complejas.
Actualización: Los investigadores quieren ampliar los resultados de la investigación y están realizando una encuesta online (solo ingles) y tienes la oportunidad de ganarte 100 USD por participar.
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