La investigación titulada “Puedes correr pero no esconderte: Pensamientos intrusivos en los seis contintentes” (You can run but you can’t hide: Intrusive thoughts on six continents) y publicada en el Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders, encontró que la mayoría de las personas podría haber experimentado pensamientos indeseados persistentes (93.6% de los participantes), imágenes mentales o síntomas del trastorno obsesivo compulsivo.
¿Desenchufé la plancha?
El estudio contó con la participación de 777 estudiantes de 13 países diferentes (Canadá, Argentina, Australia, Francia, Grecia, Hong Kong, Irán, Israel, Italia, Sierra Leona, España, Turquía y EEUU), a los cuales se les entrenó para distinguir entre las preocupaciones persistentes, rumiaciones sobre el pasado y los pensamientos intrusivos. Luego se les preguntó si habían experimentado por lo menos un pensamiento intrusivo durante los últimos tres meses.
Para el co-autor de la investigación, el Dr. Adam Radomsky, estos resultados muestran que no son los pensamientos indeseados los que generan problemas sino, más bien, lo que hacemos con ellos.
“Por ejemplo, la mayoría de las personas que tienen pensamientos intrusivos sobre saltar desde un balcón o desde una plataforma del subte, pensaría que es raro o tonto pensar así, en cambio, una persona diagnosticada con TOC se podría preocupar porque sus pensamientos son suicidas. Los pacientes con TOC experimentan estos pensamientos más a menudo y sienten mayor malestar a causa de los pensamientos, pero estos pensamientos parecen ser indistinguibles de aquellos que tiene la población general” explicó Radomsky.
¿Le puse llave a la puerta?
Esta investigación podría ayudar a las personas con el trastorno obsesivo compulsivo a no sentirse tan diferentes ya que, como vimos, estos tipos de pensamientos son extremadamente comunes. Y también puede ayudar a desarrollar tratamientos basados en la evidencia que permitan reconocer que es bastante común tener pensamientos intrusivos.
Fuente: Psypost
Imagen: HuffPost