Las personas con bajo CI tienden a ser menos felices y tienen un pobre estado de salud en comparación con las personas con alto CI. Así reportaron los investigadores de la University College London.
Los autores explican que la felicidad y el CI están asociados de forma independiente con los resultados de salud positivos. Sin embargo, estudios anteriores no habían sido coherentes respecto a la relación entre el CI y el nivel de felicidad.
La Dra. Angela Hassiotis y su equipo se dispusieron a determinar cuál es el vínculo entre el CI y la felicidad y si los factores sociales y clínicos podrían agravar este vínculo, y en caso afirmativo, en qué medida.
Los investigadores reunieron y estudiaron los datos de la Encuesta de Psiquiatría de Adultos de Inglaterra del año 2007. Todos los participantes tenían una edad de al menos 16 años y vivian en sus respectivos hogares. Se incluyó información sobre 6.870 de ellos. La felicidad fue clasificada de acuerdo a una escala validada de tres puntos, mientras que el CI verbal se midió por medio de la Prueba Nacional de Lectura para Adultos.
Los psicólogos encontraron una relación significativa entre el CI y los niveles de felicidad:
- Las personas con bajos CI (70 a 99) tienen los niveles más bajos de felicidad.
- Las personas con altos CI (120 a 129) tienen los niveles más altos de felicidad.
- Algunos factores, como el nivel de ingresos, salud, síntomas neuróticos y actividades del diario vivir pueden impactar en los niveles de felicidad de las personas. Se encontró que estos factores pueden reducir en un 50% la relación entre el CI y la felicidad.
El equipo agregó:
“Aquellos con bajo CI son menos felices que las personas con mayor CI. Las intervenciones que se dirigen a las variables modificables como el salario (por medio de la mejora de educación y las oportunidades de empleo) y los síntomas neuróticos (mediante la mejora del diagnóstico de los problemas de salud) pueden mejorar los niveles de felicidad en los grupos con Ci más bajos”.
Las personas que se ubican en el rango bajo de CI son más propensas a tener menores salarios y mayor incidencia en trastornos mentales comunes y en comportamientos suicidas.
La Dra Hassiotis sostiene que estos descubrimientos son particularmente relevantes. Las personas con bajo CI son menos felices debido a las gran desventaja socioeconómica y tienen más probabilidades de ser menos felices, ya que necesitan más ayuda con los requisitos de la vida diaria, tienen una salud más pobre y reportan más síntomas de trastornos psicológicos.
La co-investigadora, Dra. Afia Ali concluye que las intervenciones que ayudan a reducir las desigualdades sociales -mejora en la educación pública, reducción del desempleo, promoción y práctica de atención primaria de salud, detección pro-activa y el tratamiento temprano de problemas de salud- pueden mejorar los niveles de felicidad entre las personas con menor CI.
Fuente: Medicalnewstoday.com
Imagen: insouciance en (Flickr)
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